Tiempo con nuestros hermanos

190 11 27
                                    

Matt estaba sin palabras, estaba tan feliz que no sabía ni cómo se llamaba. Su bebé. Su hijo. Un fuerte y musculoso campeón como el o una hermosa princesita como ella. Fuera lo que fuera, el joven ex-nadador estaba convencido de que iba a amar a esa criatura con toda su alma. Sin embargo, la joven socorrista entendió lo contrario.

-Oye, esta bien si no quieres hacerte cargo, lo entiendo de verás. Independientemente de todo eres hombre y sé que esto no estaba en tus planes así que...-

Matt la calló con un beso lleno de emoción, ternura e ilusión, sin duda quería ese bebé. Ya no era el vanidoso y egocéntrico atleta que debía ser mundialmente conocido por todos. Ahora era un vigilante de la playa y futuro padre.

-No sabes lo mucho que he esperado por esto. Claro que voy a estar contigo, hermosa. Este bebé también es mío y yo lo amo y lo adoro al igual que a su madre-

Laura sonrió y lo besó, lo amaba con locura, sabía que él no la abandonaría porque la amaba, al igual que a ese bebé. Ambos saldrían adelante con su bebé, quería que naciera y conociera el color de las flores, escuchara mil pájaros cantar, jugar como todo niño y que sonriera mientras recibía muchos cariños de papi y mami pero sobretodo, quería escucharlo o escucharla decir: Te quiero, mamá.

La joven socorrista sonrió con ilusión, Matt la tomó en brazos y la llevó hasta la cama, la acostó con delicadeza y luego él se puso a su lado.

-Te amo, Laura. Me haces tan feliz. Gracias por tan hermoso regalo-

Ella sonrió y lo besó fugazmente.

-Yo también te amo, Matt. Te amo como no tienes una idea-

Y ambos durmieron como angelitos, así los dos se veían adorables, hacían la pareja perfecta.

Al día siguiente, el joven ex-nadador se levantó con un propósito: estar con Ale. Ya estaba cansado de verla tan mal y no poder hacer nada, sin embargo, en lo que fue a ver a su hermana, la notó animada.

-Conocí a un chico. Era muy tierno y muy respetuoso conmigo-

Matt sonrió, le encantaba la idea de que su hermana por fin conocía a un hombre bueno para ella y esta vez tenía la certeza de que sí era el indicado.

-Me alegro por ti, hermanita. Extrañaba tu sonrisa-

Ambos se abrazaron y el joven ex-nadador la invitó a comer una pizza. Eso bastó para que Ale se soltara y corriera a cambiarse, le encantaba ver a Ale tan animada. En lo que estaba lista, ambos salieron no sin antes dejar una nota a Lau de que habían salido.

Nada más levantarse, la joven socorrista se duchó y se vistió, no había rastro de Matt, tampoco de Ale. Al ver que habían salido, a Laura se le ocurrió algo, tomó el teléfono y llamó a su hermana.

-Gaby, ¿te parece si tenemos un día de chicas hoy?-

Laura podía sentir la emoción de su hermana al otro lado de la línea, hacía tiempo que ambas no hacían algo juntas.

-¡No se diga más!-

Al final, las chicas acordaron reunirse en Starbucks porque ambas tenían hambre y no habían desayunado. Por lo que, quisieron tener un desayuno entre hermanas, además había algo que quería decirle y aprovecharía esa ocasión. La joven socorrista cogió sus cosas y se fue no sin antes dejar una nota a Matt y a Ale para que si llegaban no se preocupasen.

Aquella mañana, Valentina había terminado todas las cosas que tenía pendiente por hacer. Era un trabajo algo agotador y requería de mucho tiempo. Estaba revisando la planilla para las nuevas inscripciones, las cuales ya serían dentro de unos siete meses aproximadamente. Por lo que debía tener todo listo antes de tiempo. De repente, la puerta se abrió y la joven jefa se encontró con un grata sorpresa.

Mi Socorrista Ideal. Los Vigilantes de la Playa® #ZafiroAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora