Loving You (Sheo)

Shailene. Shailene Woodley

Capítulo 3

Baje las bolsas de Carls Jr. y camine con ellas hacia el ascensor, hoy no tenía ganas de escaleras, hoy tenía ganas de comer una enorme hamburguesa. El ascensor estaba a punto de cerrar sus puertas cuando una rubia con el pelo amarrado en dos coletas y una camisa de osos lo detuvo, su mirada se centró en mí y entro tímidamente al ascensor. Había pasado ya una semana que no nos dirigíamos la palabra, y aunque no lo quisiera reconocer necesitaba saber que estaba pasando en su vida, si habían aceptado la exposición, si aún querían conocerme y en especial saber de quién se trataba ese chico que había ido a visitarla. Me debatía entre saludarla o preguntarle cómo estaba pero no lo hice, como un cobarde no lo hice.

—Carls Jr. No me parece una buena opción de comida— Hablo de repente con su voz suave e infantil.

—Ni a mí, pero es bueno salir a veces de lo cotidiano.

Me miro un buen rato y luego sonrió.

—Te he extrañado Theo.

Perplejo. Así es como me quede, de todas las cosas que pude haber esperado salir de la boca de Shailene, esta fue la menos esperada.

— ¿Ah sí?, ¿Extrañas al viejo y gruñón Theo?—Sonrió al escucharme decir viejo.

— ¿Viejo?, No debes de tener menos de 25 años.

—Tengo 29

Sus ojos se abrieron de sorpresa— ¿De verdad?

—Sí.

—Wow, yo apenas tengo 23.

Sonreí, se veía pequeña, no de 23 pero no me esperaba una edad más adulta, las puertas del ascensor se abrieron dejándonos en nuestro pasillo, voltea  verla y ella a mí y después cada quien entro a su departamento, ella dejando la puerta abierta y yo cerrando la mía a mis espaldas. Devore la hamburguesa con tantas ganas al igual que las patatas fritas y mi refresco Coca-Cola, no era un almuerzo muy saludable, pero no podría cocinar, no después de la asombrosa cena que hizo Shailene, ningún platillo mío podría compararse con el de ella. Nunca. Dos voces de mujer charlando se escuchaban desde el pasillo, por la voz infantil supe que se trataba de Shailene pero no podía distinguir la otra voz. Con cuidado y tratando de no ser descubierto, me asome un poco por las persianas que daban hacia el pasillo, ahí se encontraba su puerta abierta dejando ver a una mujer, con un traje elegante azul marino, posada en la entrada luciendo impaciente. Minutos después salió una chica desconocida, o al menos para mí. Vestía un vestido negro que le llegaba dos dedos arriba de la rodilla y su cabello rubio suelto y peinado con dos broches hacia atrás. La chica volteó y se descubrió el misterio, ¿De verdad se trataba de Shailene?, ¿Pero qué?, esa no era la Shailene que yo conocía, esta era una Shailene normal, una Shailene que si aparentaba sus 23 años. La mujer la tomo por el brazo firmemente, y la saco del pasillo casi arrastras hacia el ascensor, dejándome confuso y con un millón de preguntas.

Ya habían pasado unas cuantas horas y no podía dormir, llevaba ya dos latas de Red Bull para mantenerme despierto y poder ver de nuevo a Shailene, se sentía extraño pero necesitaba volver a verla. El golpeteo de unas llaves me hizo ponerme de pie nuevamente. Era Shailene. Estaba a punto de entrar a su departamento cuando abrí la puerta del mío y volteo a verme, lucia cansada y frustrada.

—Hey.

—Hola— Hablo casi en un susurro

— ¿Sucede algo?

—No, solamente estoy hecha una mierda y mi familia trata de joderme más cada vez que me ven y estoy cansada de ellos y solo quisiera… desaparecer y no volverlos a ver nunca.