Bucky Barnes

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ONE SHOT.

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«ayúdame a volver»

Bucky daba vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño después de una de sus habituales pesadillas.
Al no conseguirlo, salió al balcón a tomar un poco el aire.

La noche era fría, un frío reconfortante pero a la vez matador. Las calles estaban tranquilas y al Sargento Barnes solo se le pasaban recuerdos por la cabeza.

—Buck —una voz a sus espaldas hizo que se girase quedándose mudo.

—¿_____? —el soldado quedó atónito ante la imagen de su novia—. No puede ser.

—¿Qué haces, James? ¿Donde está el hombre del que yo me enamoré? —la chica hablaba bajo pero con voz firme y cortante—. No eres el mismo.

—El Sargento Barnes quedó enterrado en nieve al caer del tren —aquellas palabras pincharon en el corazón de ambos como una daga—. No entiendo nada, ¿qué haces aquí? ¿Cómo es posible?

—Lo importante es que he venido, y para ayudarte —se acercó un poco más a Bucky para observarle diretamente a los ojos—. Tienes que cambiar, Buck. Tú no eres así, estás haciendo daño a la gente a quien le importas.

Bucky cogió las manos de su novia, frías como un canto de hielo pero igual de suaves que siempre.

—Te he echado de menos —susurró—. Por eso soy así, tú deberías estar aquí conmigo.

—No pienses en eso. Piensa en lo que puedes hacer después del Soldado de Invierno —Bucky bajó la cabeza al oír las últimas palabras—. Ayuda a los demás, se el héroe que siempre has sido —_____ cogió la cabeza de James y le hizo mirarle a los ojos—. Se que el Buck de siempre está ahí dentro.

—No quiero que te vayas. Quédate conmigo, volveré a ser como antes con tu ayuda —el pelinegro se acercó más a la pelirroja—. Ayúdame a volver.

Se quedaron en esa posición durante unos minutos, observándose el uno al otro con anhelo y amor. El tiempo separados les estaba haciendo daño y _____ quería ayudar a Bucky.

—Tengo que irme, Buck —habló la ojinegra.

—No, por favor —Bucky la aferró más a él y la dio un abrazo. Aunque ella estaba fría, él la dio calor en ese abrazo que demostraba la necesidad de tenerse—. Quédate y ayúdame.

—Ya te he ayudado. No necesitas más, cielo. Eres el de siempre, sólo tienes que buscar dentro de ti —ella se separó de él y volvieron a conectar las miradas—. Tengo que irme, estoy segura de que volverás a ser el héroe que siempre has sido.

Dejó un delicado beso a su novio en los labios y se alejó entre la oscuridad de la habitación, solo alumbrada por la vaga luz de la luna. Bucky observó como el amor de su vida se marchaba para, posiblemente, no volver nunca.

Se sentó al lado de la barandilla y se quedó mirando a la luna. Haría lo que su novia le había pedido, para hacerla feliz. Lo único que se arrepentía de no haber poder hecho fue de salvarla de aquella bomba que calló en plena guerra.

Pero sabía que ella había estado ahí con él, y que haría lo que fuese para que ella se sintiese orgullosa del hombre que es. Porque ella le ayudó a ser el Bucky de siempre, a ser un héroe. Le ayudó a volver.

MARVEL IMAGINAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora