Serena no era muy fanática de las celebraciones en palacio, pues ella prefería no estar rodeada de tanta gente pero al ser hija de grandes amigos de Odín y Frigga se vio obligada a ir.
—Lady Serena —Odín saludó a la joven después de una reverencia por su parte—. Cuanto tiempo ha pasado desde nuestra última reunión.
—Sí, ha pasado bastante —sonrió ante El Padre de todos mientras Frigga la observaba con cariño.
—Llamaré a Thor y Loki, seguro que se alegran de volver a verte —Frigga fue en busca de sus primogénitos mientras Serena se lamentaba de haber venido.
Aquellos hermanos la estresaban demasiado con sus peleas por todo, ya sea una guerra mundial o el mero hecho de que alguno estornudase, siempre competían por todo. Thor era un chico alegre, prepotente y un conquistador, en ambos sentidos. En cambio, Loki era frío, calculador y sarcástico la mayoría del tiempo. Ambos eran completamente diferentes y eso era algo que, aunque no quisiera admirit, le gustaba de los dos dioses.
—Lady Serena, cuánto tiempo —saludó risueño el Dios del Trueno besando la mano de la rubia seguido de un guiño—. Un placer volver a verte.
Loki solo la dio una pequeña sonrisa ladeada, signo de que él tampoco quería estar allí.
La tarde pasó lenta pero a Serena se la hizo más amena gracias a los hijos de Odín. Pasearon por los grandes jardines de Asgard, hablaron de su infancia y de la actualidad. Hasta se burlaron de la gente estirada de palacio.
—He de reconocer que me lo he pasado bien —comentó Serena llegando a palacio de nuevo, había llegado la hora de irse.
—Nos alegramos de eso, a lo mejor te animas a venir más seguido —dijo el Dios del Engaño mirando a su su amiga.
—Si prometeis no pelearos cada dos por tres —rió la rubia—. En el fondo me caéis bien.
—Vuelve pronto, Lady Serena —Thor volvió a coger su mano para besarla y darla un guiño, acto que hizo que la chica se pusiera nerviosa.
—Te estaremos esperando —Loki la dio, esta vez, una sonrisa completa que enterneció a Serena.
Una vez que la doncella abandonó Asgard, los dos hermanos se dirigieron a sus aposentos mientras hablaban.
—Hemos estado una tarde entera sin pelear, hermano —habló primero el de cabello rubio.
—Gracias a Serena —prosiguió el moreno—. Por cierto, he observado como la mirabas y hablabas. Y ni lo pienses, Thor.
—¿Por qué? ¿Acaso te gusta, hermano? —se rió Thor, pues no era común en su hermano que sintiera algo por una mujer.
—Yo me ganaré su corazón —Loki parecía más serio de lo normal.
—Eso habrá que verlo, porque Lady Serena es la mujer perfecta para ser reina de Asgard junto a mí —comentó el rubio con notable superioridad.
—No basta una cara bonita y un cuerpo perfecto para enamorar a alguien, don musculos —el Dios del Engaño se apoyó contra el marco de la puerta de su habitación—. Se necesita comprensión, detalles con ella, ser su mayor apoyo y estar con ella para todo. Bueno o malo.
—¡Ja! ¿Y tú vas a hacer eso, oh gran y todopoderoso Dios de la frialdad? —se burló el Dios del Trueno, pues Loki no se caracterizaba por su agradable compañía y su sonrisa a todas horas.
—Lo verás, pero no adelantes acontecimientos —por primera vez, una sonrisa asomó por el rostro del moreno—. Yo seré su rey.
—Ella será mi reina —contraatacó Thor.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
