MARVEL IMAGINAS.

Thor Odinson 1.

one shot.
Dedicado a FerPotter1412

______________________________________
«Siempre tú»

Fernanda se despertó debido a la luz que entraba a su habitación por la ventana. Maldijo por lo bajo, pues odiaba madrugar y se levantó para después vestirse con un vestido largo azul cian y recoger su cabello en una larga trenza adornada con una diadema de flores blancas.

Hoy era el día de la proclamación del nuevo rey, honor que recaía en Thor, hijo de Odín y valiente guerrero. Thor era un semidios, el Dios del Trueno. Alto, fuerte, de cabellos largos y rubios y unos ojos azules que derretían a las damas cuando los guiñaba. Era un excelente guerrero pero su carácter burlesco y personalidad chulesca le hacían ver como un niño que lo único que busca es guerra.

Dejando de lado todo eso, Fer era una de las ciudadanas de Asgard y debía asistir a la ceremonia aunque no tuviese muchas ganas de ir. Estaba enamorada del hijo de Odín y sabía que él jamás se fijaría en ella.
No con todas sus "amigas" princesas o guerreras.

En cambio, ella era una gran amiga de su hermano, Loki. Loki la ayudaba en dominar el arte de la magia y la verdad era que se hicieron grandes amigos compartiendo tanto tiempo juntos. El dios del engaño sabía el enamoramiento de su amiga hacia su hermano y no dudó en echarla para atrás alegando que su hermano era un mujeriego que no buscaba el amor de una mujer, sino que perseguía la guerra y no miraba por los que dejaba atrás.

Fernanda no quería pensar que Thor fuese así pero las insistentes quejas de Loki hacia sus sentimientos la hacían dudar mucho sobre el rubio.

Una vez acabada la ceremonia, Fer se acercó a Loki quien se encontraba en el umbral de la gran puerta solo.

—Aburrida, eh —comentó Loki observando como su amiga suspiraba—. No le mires, no te hará bien.

—No puedo no mirarle, Loki —contestó ella poniendo de nuevo la mirada en Thor, observando como sonreía y daba las gracias por las constantes enhorabuenas que recibía.

—Me pones enfermo —sabía que era un comentario de broma, Loki solía decirlo cuando su amiga se ponía en plan cursi y enamoradiza.

—Me quieres. Y no entiendo porqué no quieres ayudarme en conquistarle —refunfuñó Fer.

—¿A quién quieres conquistar? —una voz en su costado hizo que a ella le diese un ataque de nervios, pues era Thor quien se encontraba a su lado.

Loki soltó una risita y rodó los ojos mientras se despedía para dejarles solos.

—Así que tienes un amado, no me lo habías contado —habló Thor bebiendo de la sustancia desconocida de su vaso.

—Si, bue-bueno... Yo... —la lengua de Fer la estaba traicionando, pues no conseguía formar una frase coherente. Eso le hizo gracia al dios del trueno, quien hizo andar a la chica a su lado.

Salieron de la gran sala en dirección a los enormes jardines de Asgard. El camino fue en silencio exceptuando las repetidas veces en las que la gente se acercaba a Thor para felicitarle.

—¿No vas a decirme de quién estás enamorada? —cuestionó el de cabellos rubios llegando a una zona más alejada.

—¿Para que te rías? No, gracias —Thor rió ante la contestación de Fer.

—No me reiría de ti, podrías lanzarme algún tipo de conjuro extraño que te hubiese enseñado mi hermano —ambos se sentaron en el verde césped mientras Thor pronunciaba las palabras.

—No lo haría, no quiero hacerte daño —sus sentimientos salieron en ese momento y la vergüenza a la par. Thor rió mientras ella se sonrojaba notablemente.

Un silencio agradable se hizo presente mientras observaban en atardecer desde un lugar privilegiado. De vez en cuando había algún comentario por parte de alguno pero sólo querían disfrutar de la belleza del paisaje y la compañía del otro. Los último rayos de luz se marcharon y la noche cayó en Asgard dando paso a las brillantes estrellas. Thor sonrió al verlas, pues le encantaban.

—Te gustan las estrellas, eh —comentó Fer mirando hacia arriba, imitando al dios.

—Tú me gustas más —Fer hizo contacto visual con el hijo de Odín al escuchar tales palabras. Él sólo la miraba con una sonrisa—. Me gustas, ¿para qué esconderlo?

—Vaya, yo... —se armó de valor y decidió expresar sus sentimientos al igual que él—... Llevo enamorada de ti desde que tengo memoria, Thor.

No la dio tiempo a decir ni una palabra más, pues el rubio presionó sus labios con los suyos mientras posaba una de sus manos en la mejilla de ella. El beso duró lo suficiente para que ambos sintieran una conexión especial, algo que jamás habían sentido con otro ser.

—Sé mi reina.