Para mi, tu y yo, siempre.

Capítulo 13: Mano y mano.

Los chicos ya se habían ido.
Me quedé con Manuel y Dan.
Estaban a cada lado, tenía la necesidad de besarlo. El problema es que no sabía a quién.

Manuel se tenía que ir, me dijo que su hermana no estaba del todo bien, lo despedí y me dió un beso en la comisura del labio. Hubiera preferido que se quedase.

-¿Aún me quieres -él sabía perfectamente que si.

-No lo sé ¿Te lo mereces? -¡Joder! Realmente tenía que besarlo.

Me pase a su lado izquierdo (al borde del sofá) coloque mis piernas encima de las suya.

-Ella no es tan bonita cómo tú -tocaba mis manos.

-Seguro eso pensaste cuándo la besabas -el enojó había ya subía en mi.

-¿Vas a empezar? Todo comenzaba bien -quite mis manos.

Empecé a gritar -No habría que empezar si tú no hubieras hecho esa tontería ¡Joder! Es lo que querías, no lo niegues - empecé a manocear.

Se puso encima de mi, tomo mis manos y las puso por sobre mi cabeza.

-¡Ya! Basta, tranquilízate. Me rasguñaste -puso su frente en la mía.
Empezó a besarme como si fuera el fin de los tiempos.
Dejaba mis manos y las suyas trataban de quitarme la blusa.
Decidí sentarnos, estába sobre sus piernas.

—¡Sam, Sam! -gritaba alguien desde afuera.
Era la voz de Manuel... Dan rodeo los ojos.

—¡Joder! ¿En serio le vas a abrir? -me dijo mientras me colocaba la blusa.

—¿Qué pasa Manuel? -respondía mientas habría la puerta. Cerré lo ojos por él sol.

—¿Estas ocupada? -puso sus manos en mi cadera.

—Espera... ¡Manuel! -grite porque me había cargado.

Por un momento solo sentía​ como caía, toque el piso. Toqué mi frente y al abrir los ojos mis manos tenían sangre.

—Eres un estúpido Dan, si no me hubieras empujado esto no estaría pasando -su voz se escuchaba preocupada.

—Cállate idiota ¡Sam, Sam! Levántate -no podía, empecé a ver todo oscuro.

Sentí su mano agarrando la mía.