Capítulo 16: ¡Fiesta!

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—¡Sam, despierta! -abrí los ojos, escuché la voz de mamá pero no la ví.

Tomé el móvil del escritorio para ver la hora.
8:30.
Tenía mensajes y el único que leí  fue el de Vaney.
Vaney
Hermosa, la fiesta no será formal.

Después de 5 minutos (los cuales los ocupe para asearme)  baje al comedor, supuse que mi madre me habló para desayunar o algo así. Llevaba una blusa muy holgada y un short.

—Buenos días -Amir estaba en la casa.
¡Demonios! Se me había olvidado que mamá le dijo que viniera a desayunar.

Papá estaba en la sala leyendo el periódico, madre preparaba aún el desayuno y Amir por alguna razón estaba en las escalas.

—¡Amir! ¿Todo bien? -padre le gritó.

—Si, si. Solo una llamada del trabajo

—Así que te necesitan -lo miraba pero él estaba en el teléfono.

—Aún no -levanto la mirada para verme.

Tocó mi mejilla y paso los caballos que estorbaban detrás de mí oreja.

—Amir...

De inmediato quito su mano.
Mis pensamientos solo decían besalo, besalo.
Pero no podía. ¿Por qué pensaba eso?

Lo tome del cuello, el colocó sus manos en mi cintura.
¡No Sam, no lo hagas! Eso es lo que hubiera querido escuchar.
Me pegó a la pared, y empezó a besarme. Fue tan lento como si lo quiera recordar.
Subí mis piernas hasta su cintura.
Subió la escaleras y entro a mi cuarto. Se sentó en la cama, yo lo empujé para que se recostara. Pero no dejábamos de besarnos, no queríamos tomar aire.
Nos separamos solo para que se quitará la camisa.

Alguien abrió la puerta.

—¡Sam!-era Vaney.

Me quite de encima de Amir.

—¡Vaney!

—Sam dile que se vaya ¡Ahora!

Amir salió.

—¿Qué demonios te sucede? ¿Por qué juegas con todos? Manuel, Dan y Felipe se pelean por ti. Dijiste que necesitabas tiempo y él no es tiempo -apunto a la puerta.

—¡Tranquilízate! Sé que esto es una mierda, que la cago cada que se me presenta pero no quiero estar con alguien. Quiero ser libre, poder estar con quien se me de la gana -trataba de no gritar.

—Bien. No les diré nada porque ellos no se merecen esto pero tú lo harás, lo más pronto posible. Lo harás -ahora me apuntaba a mi.

Después de eso bajamos y desayunábamos. Vaney miraba muy feo a Amir.

—Bien, me voy. Fue un gusto... -mi madre interrumpió.

—No es nada, sabes que eres bienvenido y puedes venir cuando quieras

—Sam, acompañalo a la puerta -dijo mi padre.

Nos paramos y fuimos hacia la puerta. La entre cerré para poder hablar afuera de casa.

—Amir... -una de sus manos la dejo en mi cadera y la otra en mi mejilla.

—Ten un buen día -y se fue, así. No sabía que quería, si un beso o que se fuera.

Al entrar Vaney le ayudaba a mi madre con los platos, tardo un rato y subimos. Me ayudó con que ropa me pondría (cosa que fue buena ya que no tenía cabeza para eso). Se fue a su casa a prepararse y yo me quedé. Tarde un rato ya que divagaba mucho.

Para mi, tu y yo, siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora