Ya era por la tarde cuando acabó con los papeles de sus nuevos pacientes. Resopló cansado quitándose las gafas, dejándolas de cualquier manera sobre la mesa, se apoyó en el respaldo de la cómoda silla de cuero y se masajeó el puente de la nariz que tenía marcado por las gafas.
Llamaron a la puerta de manera rítmica, alzó la cabeza y descubrió la cabeza de Phoenix sonriéndole desde el marco. Se levantó arrastrando la silla y se acercó hasta él.
- ¿Qué pasa?
- Venimos a buscarte, ya se ha acabado tu hora y venía a ver si te apetecía salir un poco con nosotros.
- Os lo agradezco.- Sonrió.- Pero tengo que volver a casa y prepararme para mañana.
- Mike... Son las ocho de la tarde, nos tomamos algo y te vas, llevas horas aquí dentro. ¡Necesitas relajarte!
- Tenía que arreglar papeles... Ponerme al día...
- ¡No me jodas, soso!- Se oyó detrás del pelirrojo la voz de Brad.- Vente y deja de protestar.
Mike rió con ganas, negó con la cabeza resoplando con resignación.
- Está bien, recojo esto y me voy con vosotros.
- Te esperamos abajo.- Accedió, Phoenix.
Se sentía bien por el arropo de sus compañeros, no llevaba ni un día allí dentro y Brad y Phoenix ya lo consideraban uno más, un amigo y realmente lo agradecía, aquello era muy grande y sentirse solo no le hacía mucha gracia.
Cerró la puerta pasando la llave, las guardó en el bolsillo del pantalón y se ajustó la bandolera en el hombro bajando las escaleras en un suave trote.
Llegó a la puerta cuando escuchó un violento golpe provenir de arriba. De la sexta planta. Todo se quedó en silencio esperando alguna reacción, al ver que no ocurría nada, cogió el pomo de la puerta.
- ¡Qué descanse, doctor!- El grito resonó por todo el edificio seguido de una risa muy característica.
Los dedos se crisparon en torno al pomo blanco, sintió que el vello se le puso de punta sobre la nuca y cuando quiso darse cuenta la boca la tenía seca.
Abrió la puerta de manera brusca, casi sacándola de su sitio y salió casi corriendo hacia los dos chicos instándoles en alejarse de allí.
Mike decidió coger su coche en vez de ir con Brad y David, así se aseguraría de que bebería poco al tener que conducir. Se pediría una copa y la mantendría durante el rato que estuviera con ellos en el bar.
Aún sentía el cuerpo temblarle, no entendía muy bien por qué se ponía de esa manera, sólo era un perturbado que parecía haberse encaprichado con él, nada más. Inspiró hondo intentando relajarse y encendió el motor siguiendo el coche de sus compañeros.
Entraron en un bar, estaba iluminado con luces de colores que parpadeaban dejando de vez en cuando el local en penumbras. Acostumbrando los ojos a ese ambiente se hicieron paso hasta la barra donde pidieron algo de beber y se sentaron en los taburetes.
- Bueno ¿Qué tal tu primer día?
- Tranquilo.- Se encogió.- He estado ordenando cosas y revisando unos informes de otros médicos que llevaban a los pacientes que yo voy a atender.- Le dio un trago a su cerveza acariciando el vidrio humedecido.
- Eso está bien.- Sonrió, Phoenix.- ¿Habéis subido al sexto piso?
- Tío... No vayas por ahí...- Le advirtió Brad y Mike bajó la cabeza, incómodo.
ESTÁS LEYENDO
Syquiatric
FanfictionMike Shinoda llega a su nuevo trabajo en el hospital psiquiatrico de Phoenix. Todo le va bien, pero se dará cuenta de que hay un paciente muy especial en la planta de retención que conseguirá poner su mundo patas arriba. Autora original: OrangeLyzard