Cuando pudo volver a abrir los ojos y se descubrió solo en la habitación sintió que los ojos le picaban de una manera agónica y dejó caer todas las lágrimas que había retenido durante el momento que había descubierto a Dylan robándole.
Le había dado tanto, su confianza, su cariño y ahora lo descubría hurgando en sus cosas, robándole. Tenía que admitir que días atrás le habían asaltado las paranoias de que tenía menos dinero, pero no quería verlo, no quería aceptar ese hecho
Y ahora le había golpeado con fuerza. Literalmente. Se tocó la sien donde Dylan lo había golpeado, siseó de dolor y se miró los dedos llenos de sangre. No sólo sus dedos, su rostro y su camiseta también estaban manchados.
Se levantó a duras penas y cogió la caja, donde estaba su cartilla del banco y los papeles del piso y comprobó que lo único que se había llevado había sido el dinero que pagaba mensualmente, el único dinero que dejaba en casa para no olvidarse nunca del plazo de pago.
Cerró la caja dejándola sobre el futón y se limpió las lágrimas con rabia, sorbiendo por la nariz de manera ruidosa.
"Ese niño te hará daño, tarde o temprano, y de la peor manera que te esperes" Frunció el ceño incorporándose, se mareó unos segundos, no estaba seguro de cuanta sangre podría haber perdido en todo el rato que llevaba inconsciente. Cogió su chaqueta y salió de casa muy seguro de dónde debía ir.
Chester estaba sentado en el marco de la ventana cuando dio un respingo ante el azote de la puerta. Se giró confundido, dispuesto a echar a quién se hubiera atrevido a entrar, no estaba de humor para tonterías de nadie, sin embargo se quedó con la replica en la boca al descubrir a Mike allí dentro. Aún sorprendido saltó de la ventana para acercarse a él, se bloqueó al darse cuenta de que llevaba la parte izquierda del rostro ensangrentado, igual que la ropa.
- Mike... ¿Qué te ha...?
No pudo acabar la frase porque Shinoda lo cogió del cuello de la camiseta, besándolo con fuerza, mordió sus labios e insistió en abrir su boca con su lengua. A pesar de no entender a qué venida todo aquello, se dejó hacer sujetándose a su camiseta y abriendo la boca dándole el paso que tan desesperado intentaba adquirir. Jadeó sin pretenderlo cuando las manos del médico lo rodearon por la cintura y aferró su trasero uniendo más, si era posible, sus cuerpos.
Se separaron ante la falta de aire, Mike respiraba de manera entrecortada, pero no había quitado la mueca de enfado que tenía en el rostro, con el ceño fruncido y la mandíbula tensa. Chester por su parte tenía las mejillas sonrojadas por la intensidad del beso.
- ¿Qué pasa, Mike...?
- ¿Acaso no es esto lo que querías? ¿Lo que llevas buscando desde que llegué?
Quiso contestar, pero nuevamente Mike lo había puesto contra la puerta y lo levantó colocándose entre sus piernas. Se sujetó a sus hombros para no caerse y rodeó su cintura con las piernas.
- No hagas preguntas, mantén la boca cerrada por una vez.- Le pidió en un gruñido.
Chester no protestó, sonrió acariciándole la mejilla, podía hacerse una idea de lo que le había ocurrido, así que simplemente lo cogió de la barbilla y lo besó agarrando su pelo, enredando los dedos entre los mechones.
Mike lo sujeto de los muslos apretando los dedos contra su piel consiguiendo que gimiera, haciendo que también se aferrara a sus hombros.
Lo separó de la puerta llevándoselo consigo hasta la cama dónde lo tumbó cayendo con él. Se apoyó con ambas manos sobre la mullida superficie. Chester quiso volverlo a tocar, pero como respuesta Mike sujetó sus manos por encima de su cabeza, impidiendo que pudiera moverse.
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Syquiatric
ФанфикMike Shinoda llega a su nuevo trabajo en el hospital psiquiatrico de Phoenix. Todo le va bien, pero se dará cuenta de que hay un paciente muy especial en la planta de retención que conseguirá poner su mundo patas arriba. Autora original: OrangeLyzard