VI

182 26 4
                                    


No le contó lo que había sucedido con Chester aquel día, no lo veía algo demasiado importante. Sí, había saltado sobre él de manera imprevista, lo había sujetado con intención de asfixiarlo si se movía demasiado y había cruzado totalmente la línea de la intimidad. Pero lo peor de todo, es que había conseguido escaparse de su habitación.

Quizás eso sí fuera importante comunicárselo al director, pero con sutileza, tenía conocimiento, que a determinadas horas de la noche, algunas puertas de ciertas plantas se abrían para que los pacientes pudieran pasearse, pero siempre eran pacientes tranquilos, que tenían algún tipo de insomnio o simplemente deseaban pasearse un rato y volver a la cama.

Pero dudaba que Joe estuviera tan mal de la cabeza como para utilizar el mismo mecanismo con Chester, sin duda él tenía que haber conseguido alguna forma de poder salir sin que nadie se diera cuenta y otra cosa que tenía en mente. ¿Lo habría hecho aposta? Habría salido al saber que él tenía turno esa noche y solo quería atormentarlo a él.

¿De verdad tendría tanta obsesión por él como para hacer algo similar? Deseaba que hubiera una respuesta mejor que esa.

Aquella tarde se paseó con sus pacientes por el pequeño jardín cercado que había justo detrás de la sala del comedor, mientras hablaba con ellos observaba el pequeño paseo, pues del tiempo que llevaba allí pocas veces había salido del edificio y se había parado a mirarlo con detalle.

Era un pequeño paseo de piedra, con pequeños jardines a los lados, al fondo de cada cuadro de césped había pequeños setos recortados y algunos rosales. También había un espacio más grande con grandes árboles para que se sentaran debajo o en los bancos a disfrutar de la sombra que estos les proporcionaban.

Hicieron eso justamente, se sentaron en uno de los bancos mientras Ben seguía hablando de sus problemas y él escuchaba con atención.

En un momento, levantó la cabeza y todo su cuerpo se convulsionó al ver una sombra en el sexto piso moverse con rapidez de la ventana hacia dentro, como si se hubiera dado cuenta de que lo había visto y no quería que lo reconociera.

Confundido le restó importancia al asusto y siguió atendiendo a Ben, que ahora lo miraba esperando alguna veredicto de su parte.

- ¿Hoy también te quedas hasta tarde?- Le preguntó Brad en una de esas que habían salido a fumar. Aunque el pelo mocho sólo acompañaba a los otros dos.

- Sí, esta noche también tengo que darle la cena a Sally y ayer me marché sin acabar unos informes y tengo que dárselos cuanto antes a Joe, son notas importantes sobre pacientes nuevos que estoy tratando.

- Entonces no te vienes a tomar algo.

- Lo siento.- Exhaló el humo del cigarro.- Pero no puedo.

- Bueno quedamos el fin de semana.

- Yo... He quedado con Dylan...- Se sonrojó de manera inconsciente.

- ¿Vais a pegaros todo el día follando?

- ¡NO! Hemos quedado bien, vamos a pasar el día, juntos, fuera.

Los otros dos se miraron y empezaron a vitorearle y a aplaudirle, le golpearon en la espalda de manera orgullosa y Mike tuvo que alejarse de ellos entre risas enseñándoles el dedo corazón a modo de respuesta a sus burlas.

- Ya era hora tío.

- Oye, que estamos bien así.

- Sí, pero se nota que a ese chico le gustas.

- Era hora que empezarais a ir un poco más en serio.

- Vale, pero tiene 23 años, no sé, a lo mejor para él solo era un tonteo, no quería arriesgarme.

SyquiatricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora