Había pasado ya sus dos semanas de prueba, concretamente ya llevaba un mes trabajando para Hahn y se encontraba a gusto allí.
Realmente siempre se había encontrado bien en ese hospital.
Había conocido a Rob Bourdon, la pareja de Phoenix y le había parecido un chico realmente simpático y guapo, todo tenía que decirlo.
De vez en cuando quedaban los cinco, ellos con sus parejas y él, que a veces llamaba a Dylan para no sentirse tan incómodo.
Dylan era un caso especial. Después de aquella noche que habían pasado justos creyó no volverlo a ver, pero no fue del todo así. Brad y Phoenix insistían en volver al mismo bar algunos fines de semana, pasar las horas hablando y bebiendo, sin problemas ya que al día siguiente no había que trabajar.
Entonces lo vio de nuevo, él seguía yendo también aunque en su día le había dicho que no encontraba nunca nada interesante allí. Siendo persuadido por sus dos amigos, se había acercado a él y habían estado hablando de poco y menos, retirándose casi al momento del bar, dejando a los otros dos solos. No podía decir que lo consideraba su novio porque en todo ese tiempo habían quedado contadísimas ocasiones y muchas de ellas solo era para sexo. Sin embargo ninguno decía de hacer aquello más formal y Mike, en cierta manera, lo agradecía pues no se veía involucrado en una relación más sería, al menos no con ese chaval.
Esa mañana se había despertado especialmente tarde, comenzaba su turno de tarde, desde las tres hasta las diez, cosa que estaba acostumbrado ya que en su periodo de práctica le habían hecho llevar los dos horarios y él mismo se había quedado hasta tarde revisando papeles y consultando libros que tenían allí, otras veces incluso se ponía a tocar un poco el piano tranquilizando la atmósfera nocturna del hospital.
Por otra parte no había vuelto a pasar por el sexto piso, se prohibía a si mismo subir a esa planta, no quería tener otro encuentro con Chester o descubrir a Joe herido por su culpa.
A veces aparecía así, magullado o con algunas vendas y no hacía falta preguntar para saber que había sido por culpa de su paciente.
Mentiría si no admitiese que tenía curiosidad por saber cómo era y si de verdad era tan peligroso como aparentaba.
Unas manos acariciándole el pecho le hicieron volver a la realidad y ver que Dylan se había despertado y lo abrazaba por la espalda besándole en la cabeza.
- Buenos días.- Sonrió acariciando las manos que tenía en el pecho.
- Hola ¿No tienes que trabajar?- Se sentó a su lado, estirándose.
- Esta tarde, trabajo de tarde esta semana.
- Entonces no nos podremos ver...
- No, esta semana no.
Dylan puso una mueca que hizo sonreír a Shinoda, lo abrazó besándole con cariño, el rubio rió dejándose hacer y correspondiendo a su beso.
- Yo por las mañanas tengo que ir a la universidad...- Resopló.- Pero bueno, el fin de semana...
- Sabes que puedes venir aquí siempre que quieras.- Le aseguró, Mike.
Desayunaron tranquilamente los dos, después Dylan se marchó a la universidad y él empezó a prepararse para ir a trabajar.
Puntual como siempre entró saludando a Myriam, una costumbre también adquirida por los días allí dentro, y subió a su consulta para empezar con los papeles. Se quedó quieto al ver a uno de sus pacientes esperándolo en la puerta.
Sorprendido se acercó a él saludándolo.
- Buenas tardes, Will.
- Buenas tardes, doctor, siento molestarle.
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Syquiatric
FanfictionMike Shinoda llega a su nuevo trabajo en el hospital psiquiatrico de Phoenix. Todo le va bien, pero se dará cuenta de que hay un paciente muy especial en la planta de retención que conseguirá poner su mundo patas arriba. Autora original: OrangeLyzard