—Han encontrado los cuerpos sin vida de tres jóvenes en la residencia de uno de nuestros mejores oficiales, todo esto ocurrió en una fiesta hecha por sus hijos, según las declaraciones de quienes encontraron los cuerpos, no saben quién pudo haberlo hecho, no hay sospechosos, no hay nada que pueda culpar a alguien, ahora mismo me informan que están revisando las cámaras de seguridad para encontrar al culpable. Algo sumamente raro entre todo esto es que los cuerpos se han encontrado sin una gota de sangre; algunos llegan a la conclusión de que han usado la sangre para rituales satánicos ¿puede ser esto cierto? ¿O será que algunas leyendas de vampiros regresaron? Pero aquí entre nos, si los vampiros regresaron ¿los duendes y las hadas también? —la conductora rió—. No salgan de noche hasta tener más información, no dejen salir a sus hijos a fiestas y si ven algo sospechoso, no dude en llamar a la policía.
Mi padre apagó el televisor.
—¿Te has dado cuenta de lo qué has causado? Si una cámara no se borró algo de la grabación, estás muerta, no solo tú, todos ¡nos pusiste en riesgo a todos, Caroline!
—Nadie se va a enterar, y yo sólo mate a dos... no a tres.
—No puedo con esa actitud tuya, es mejor que la vayas cambiando antes de que llegues más lejos o que yo tenga que tomar ciertas medidas.
—Ese es mi problema, has lo que quieras conmigo, me da igual —dije fastidiada.
—¡Maldita sea Caroline, quita esa actitud desesperante!
—Deja de ser hipócrita —me levanté del sofá quedando frente a él— no actúes ahora como un hermano, sabes que no lo soporto. —Pase por su lado, no quiero estar escuchando sus sermones.
—¡Caroline! —ignore a mi padre— ¡Caroline vuelve aquí! —cerré la puerta detrás de mí.
—¡Caroline! —me detuve al escuchar a Michael, corrió a alcanzarme.
—¿Qué pasa? Estás muy feliz —tiene una gran sonrisa en su rostro.
—¿Vamos a cenar hoy? Vamos con Helena, Antonio, tú y yo ¿si?
—No puedo, dudo que me dejen ir —hice una mueca.
—¿Ahora qué hiciste? —no contesté, suspiró— no respondas, pero ve, por favor.
—Si no me dejan, entonces voy sin permiso de todas formas.
—No, esta vez pídelo... No quiero que te metas en más problemas.
—Lo importante es que allí estaré, eso es lo que importa ¿bien? —asintió.
Salí de casa sin permiso como era de esperarse, le dije a Michael qué si tenía el permiso.
—¿Por qué no vamos a tomar algo en mi casa después de acabar con esta cena?
—Paso, tengo un montón de tarea, lo siento —dijo Helena con pena.
—Yo llevaré a Helena, perdón —se disculpó Michael, yo no respondí, esto podría servirme para después volverlo a ver.
—Oigan... —habló Helena un poco impaciente— las cosas que hay en los cuentos de hadas son imposibles en la vida real ¿cierto?
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El bosque ll •Transformación•
Fantasía(Terminada sin editar) Como las mentiras siempre están presente, esta vez no habrá excepción... Como tampoco habrá para la traición... Muchos volvieron, otros más se fueron y algunos más se irán o llegarán. Cuando me hablan de un bosque ya no entien...