1

3.3K 264 44
                                    

Había caminado todo el centro comercial más de dos veces junto a Emma. Ella buscaba un regalo para su novio y yo solo la acompañaba por ser su amiga y dar mi opinión.

-Este le quedaría muy bien.- le dije mostrándole una camisa con la frase de "Soy un pendejo" ganándome una carcajada de Emma.

-Déjalo en paz. Cuando lo conozcas mejor te va a agradar mucho.

Rodé los ojos.

-Ni porque me presente a G-Dragon me vuelvo su amiga. Es un pendejo y pendejo se queda.

Mi odio hacia Min Yoongi venía desde que llegue a Corea y me entere que le había roto el corazón a Emma. Ella pudo ser lo suficientemente tonta como para perdonarlo, pero yo no. No me agradaba su actitud fría.

-En realidad, ambos se detestan porque son iguales.- canturreo ella tomando una camisa que decía "Me gustan menores".- Esta es para ti, asalta cuna.

Esta vez fue mi turno de reír. Al pensar que solo le llevo dos años a Jimin.

-No, yo necesito una que diga "Me gustan los culones" o "Me gusta dar orales".- un chico que pasaba por allí levanto la mirada de golpe hacia mí y me guiño el ojo. Emma por su lado se limito a ignorar mis miradas con el chico.

-¿Ves lo que digo? A Yoongi también le gustan las culonas, o ¿por qué crees que sale conmigo?

Me gire a ver a la morena bajita y si, culona.

-Deja de compararme con él.



Jimin era tan dulce y tierno a la hora de besarme, sin apuros, como si estuviera intentando descubrir todos los secretos de mi piel. Pero yo quería mas, quería que me tomara y me hiciera gritar sin importarle nada.

Lo admito le había hecho una mamada al chico de la tienda, lo disfrutó y se largo sin importarle dejarme con las ganas. Gracias a todo lo sagrado tenia a Jimin para desquitarme.

-No uses los dientes, no me gusta.- le dije con un hilo de voz.

Jimin abrió mas mis piernas y esta vez uso su lengua para tocar mi centro, lento, me estaba atormentado.

-Oh dios, ¡Jimin!- grite por un espasmo que había recorrido todo mi cuerpo y él se separo asustado.

-¿Te lastime? Lo siento, no queri...

Lo tome de sus hombros y lo bese desesperada, necesitaba sentirlo.

-Cassie.-gimió en mi boca.- quiero hacerte mía.

Lo mire, estaba sonrojado con los labios entreabiertos y su cabello naranja despeinado. Desabroche sus jeans y se los quite de un jalón junto con sus boxers.

-Con una condición.- le dije bajito en su oído mientras tomaba su miembro entre mis manos.- di que me quieres follar.

Su gemido me hizo sonreír orgullosa, al igual que su miembro hinchándose un poco más.

-Te quiero follar Cassie. Dios, quiero follarte hasta que te duelan las piernas.

Jamás decía palabras vulgares así que cuando se lo pido se pone nervioso, pero también se excita. Y a mí me excita escucharlo con su voz ronca y más si se que todas esas cochinadas solo me las dice a mí.

Me recostó en la cama con lentitud y subí mis piernas a sus caderas. Me penetro de la misma manera que me besaba, me encanta. Cuando estuvo completamente adentro hundió su cara en mi cuello.

-¿Te gusta?

-Si.-susurró, como respuesta tome su trasero entre mis manos y lo acerque más a mí mientras apretaba su pene con mis músculos internos.- ¡ooh siii!

Tomo mis caderas y comenzó a moverse dentro de mí. Esta vez fue mi turno de gemir y pedirle que lo hiciera más rápido entre jadeos, pero Jimin parecía disfrutar ver mi desesperación, así que hizo todo lo contrario. Entraba rápido y salía lentamente, eso estaba haciendo que retorciera los dedos de los pies del gusto y le dijera cosas sucias al oído. Al escucharme empezó a embestirme con fuerza.

-Sigue hablando, por favor.- ahora él sonaba desesperado, estaba cerca al igual que yo.

-Jimin así, me gusta cómo me follas.- dije mientras tomaba una de sus manos y la dirigía a mi clítoris, él entendió y empezó a tocarme al mismo tiempo que me seguía penetrando.- ¿Quieres que me corra alrededor de tu miembro?

Un ronco "si" salió de sus labios y me corrí mientras hundía mis uñas en su espalda. Jimin no pudo aguantar mucho más y también acabo bramando mi nombre.

Cuando estuvimos calmados me levante y empecé a vestirme, odiaba quedarme desnuda con un hombre más de lo necesario.

-¿Te gusto Cassie?

Lo mire, por más que siempre él era así de tierno no podía evitar sentirme extraña cada vez que se preocupaba si yo había disfrutado tanto como él, o cuando me decía "Cassie". Jimin era el único en llamarme de ese modo.

Asentí fingiendo indiferencia.

-Sí, bastante. Te estás volviendo muy bueno en esto.

Su sonrisa resplandeció haciendo que sus ojos se volvieran chiquitos.

-Es porque tengo una gran profesora.

Le devolví la sonrisa sin pensarlo.


Inocencia (Saga Pure Love #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora