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Jamás pensé que podría sentirme incomoda en la cama con un hombre, bueno si. Claro que estaré incomoda si lo único que debíamos hacer era dormir y abrazarnos.
Jimin dormía abrazado a mi cintura completamente desnudo mientras que yo le había tenido que rogar que me dejara para ponerme toda la ropa de nuevo.
El techo se había vuelto más interesante y la suavidad de la cama mi martirio. Me había prometido que esto no pasaría otra vez y aquí estaba, dañándome a mí misma. Solo faltaba que Jimin me rompiera el orgullo.

Fue inevitable pensar en mi ex novio y tensarme más de lo que ya estaba. Me levante con sumo cuidado de no despertar a Jimin y me dirigí a la cocina, donde tome varias botellas de cerveza y una de ron. Me iba a emborrachar y pobre el que intentara detenerme.

-¿Qué haces?- dijo Jimin con la voz ronca por el sueño justo cuando termine la tercera cerveza.

Gracias a todo lo sagrado y se puso un bóxer.

-Intento encontrar la Atlántida ¿y tú?- le respondí con sarcasmo y ya algo prendida. Pero no obtuve la actitud reprobatoria que imagine y que cualquiera me hubiera dado; él se sentó frente a mí y pasaba la mirada de la botella a mí.

-Te acompaño. Se supone que pasaremos la noche juntos ¿no? Así sea intentando encontrar la Atlántida- mi corazón se acelero, bombeando más sangre al resto de mi cuerpo, entre ellos mis mejillas, pero quise creer que es por culpa del alcohol. Lleve la botella a mis labios y tome un gran trago desviando la mirada de él.- ¿Estás bien?

No, no, no y no, definitivamente no.

Pero no podía decirle eso, sería darle ventaja sobre mí y soy demasiado orgullosa para eso.

-Sí, claro. Solo me dio por emborracharme a medianoche, supongo que ya has tenido esa sensación alguna vez.

Esta vez fue Jimin quien se puso rojo como un tomate. Se puso nervioso, lo supe por su mirada perdida en el suelo y por la forma en que jugaba con sus manos. No lo entendí, le he dicho mil cosas groseras, pervertidas e irónicas y nunca se había puesto en este plan.

Cuando estuve a punto de preguntarle Jimin miro la botella de cerveza en mi mano por un buen rato y fue cuando todo encajo en mi cabeza. Resistí una carcajada.

-Park Jimin...Jamás te has emborrachado.- si, no era una pregunta era una completa afirmación y él lo confirmo con su gesto.- dime que al menos lo has probado.

-No lo digas así, no te burles.- su puchero me ablando el corazón y claro por otro lado me dieron ganas de chuparle los labios y lo que tenía entre las piernas.- claro que lo he probado, es solo que tengo prohibido emborracharme mientras trabajo, que es casi todo el tiempo y cuando no estoy demasiado cansado para hacerlo.

Suspire. Las ideas que venían a mi cabeza eran demasiado escandalosas para alguien como él, pero ya que la idea de este juego es corromperlo lo mas que pueda...

Destape una de las botellas y se la ofrecí.

-¿No lo quieres intentar ahora?- negó rápidamente con la cabeza alegando que mañana tendría que ir a trabajar. Lo interrumpí con un beso, un beso que le prometía placer si él hacia lo que le decía.- Nadie va enterarse, será algo entre nosotros y tranquilo cuando estés indefenso no me voy a aprovechar de ti.

Sonrió dejándome sus ojos chiquitos muy cerca de mí y esta vez fue Jimin quien me beso, colocando sus manos en mis mejillas apretándome contra él, metiendo su lengua en mi boca sin miedo alguno. El enano me estaba excitando con su osadía.

-Ambos sabemos que eso no es cierto.




Perdí la noción del tiempo y de la cantidad de botellas que ambos consumíamos. A pesar de ello, aun me quedaba algo de cordura, mientras que mi compañero pelinaranja no sabía ni siquiera donde estaba parado. Llamaba a gritos a sus hyungs, bailaba de manera sexy o graciosa para hacerme reír, y tenía uno de mis diseños de bragas como sombrero.

-¿En serio hiciste eso?- dije entre lagrimas causada por la risa.

Jimin asintió.- Si, de verdad yo fui quien rompió la laptop de Yoongi la semana pasada. Se enojo mucho y pensó que fue Namjoon, y no lo negué porque ya lo habían dejado pasar y no quería que se molestaran conmigo.

Parecía arrepentido, pero divertido a la vez por la anécdota.

-Una vez Emma se peleo con su hermana porque pensó que esta le había robado y perdido su vestido favorito, pero la verdad es que fui yo.- ambos reímos.- somos unos malotes.

Jimin tomo la ultima botella que quedaba y comenzó a beberla como si fuera agua, nada comparada a su primera botella que había hecho gestos de asco o desagrado.

-No, no lo soy. Si lo fuera no sería tan bobo estando contigo y tomaría la iniciativa como cualquier chico.

Deje la botella en la mesa en medio de la sala y me senté a horcajadas de él. Estaba con los ojos puestos en mi cuerpo y empezaba a sentir su miembro endurecerse.

-Pierde el miedo entonces.-le susurre al oído.- hazme lo que quieras Jimin.

Me tomo del trasero y me lanzo al suelo sin pensarlo un segundo. Sus besos eran fogosos, húmedos y apasionados. Y por primera vez no me quito la ropa, me la arranco al igual que yo lo hice con la suya.

El alcohol me tenía más sensible de lo normal y Jimin me estaba haciendo que me quemara, jamás me había tratado así lo que significa que mi plan funcionaba.

No hubo juego previo, ninguno lo necesitaba. Estábamos tan excitados y necesitados el uno del otro que no aguantamos. Jimin me penetro y no dejo que me acostumbrara, sus caderas iban y venían de manera violenta mientras tenía su rostro hundido en mi cuello y sus manos tomaban mis muslos para levantar mis piernas y enrollarlas alrededor de su cuerpo, estaba segura que sus manos me dejarían marcada. Gemía cada vez mas alto y eso lo estaba volviendo loco.

-Háblame.- demando sin dejar de moverse.- de que te este cogiendo como me plazca no significa que no quiero que me excites con tus palabras sucias.

Maldije a todo lo que da. Park Jimin me estaba siendo mal hablado, no me importaba si era por culpa del alcohol, eso era lo que quería, lo que me encendía.

-¿Así que te contagie mi fetiche?- logre decir entre gemidos y una sonrisa que borre automáticamente cuando sus ojos me observaron fijamente. Las palabras comenzaron a salir de mi boca y no sé como Jimin hizo para ir más rápido y más profundo haciendo que el sonido de nuestras pieles chocando fuera más fuerte de lo normal. Era demasiado para mi cuerpo, me corrí gritando su nombre.

-Oh Cassie, muñeca no me dejes así.- salió de mí y me levanto de un tirón colocando mi torso sobre la mesa donde había puesto las cervezas, quede sorprendida por su fuerza, abrió mis piernas y volvió a penetrarme desde atrás. Era la primera vez que lo hacíamos en esta posición.- córrete otra vez, por favor. Hazlo conmigo.

Sus movimientos empezaron y mis ojos se cerraron por el placer. Jimin me estaba dominando a su manera, es mucho mejor de lo que imagine. Sus gemidos en mi oído me desesperaban y su miembro tocaba el punto exacto para estar rogando por más, deseaba lo mismo que él.

Jimin toco mi clítoris con algo de rudeza, no me importo y menos cuando ese simple roce me llevo más cerca a mi segundo orgasmo.

-Oh Dios.- gimió.- me voy a co...ah.

En el momento que lo sentí llenarme grite y me corrí mientras que él no dejaba de tocar la parte más sensible de mi cuerpo.

Luego de eso no supe en qué momento nos acostamos en el sofá completamente desnudos y nos quedamos dormidos abrazados el uno al otro.



¿Extrañaban las actualizaciones?

¿Qué creen que va a pasar con Jimin y Cassie?

Inocencia (Saga Pure Love #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora