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Capítulo 1

  Aquel lugar parecía limpio aunque estaba cubierto levemente de polvo, la luz del ardiente sol alumbraba el lugar, él estaba sobre lo que era una camilla. Poco a poco fue tomando conciencia, paso saliva y respiró ondo.

  Su cuerpo dolía y ardía demasiado. Lo último que recordaba era a él y a alguien más. Él sin poder controlarse y aquella otra persona tratando de que él no lo matase. Eran recuerdos borrosos pero a la vez claros, como el cuchillo que traía el cual amenazaba a la otra persona.

—Tmm... —murmuró.

  Le dolía el simple hecho de pensar. Levemente fue abriendo los ojos. Percatándose que llevaba otra ropa, de lo que únicamente distinguió fue la camisa de manga corta color azul claro. De la cintura para abajo era cubierto por una sábana de color crema.

  Observó un poco a su alrededor. Había dos mesas, una pequeña y otra más grande pegada a una pared, ambas tenían materiales medicinales. La vista bajo a su brazo, donde una pequeña jeringa atravesaba una de sus venas. Vio el líquido trasparente que bajaba por un pequeño tubo de plástico poco a poco.

  Trató de quitarlo de su brazo pero alguien entró a la habitación en donde se encontraba.

—Yo no haría eso si fuera tú. —escuchó al extraño hablar, su boca y nariz eran cubiertos por un pedazo de tela.

  Sus ropas estaban algo empolvadas pero siendo sinceros nadie podía tener una ropa totalmente "limpia" desde que el mundo colapso.

—¿Quién eres tú? —habló él, su voz era rasposa, y le dolía pero aun así volvió a preguntar— ¿Dónde estoy?

—Hey, tranquilo rubiecito... Todo a su debido tiempo, aun debes descansar —habló él extraño.

—¿Con que aterrorizando a nuestro invitado, he? Que modales los tuyos —escuchó la voz de una chica al voltear observó un cuerpo delgado y unos centímetros más pequeño que el primero.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó él desesperado.

—Tranquilo, en tus condiciones la locura empeora tú estado... —habló la chica— No quiero que vayas a matar a alguien de nosotros.

—Estaría tranquilo si me respondieran.

—Estás bien y a salvo, eso es lo que importa. Ahora debo reiniciar el tratamiento antes de que los síntomas vuelvan a empezar... —dijo ella y se acercó a la mesa más grande, después dirigió la mirada al chico— Ahmm... ¿puedes retirarte o quieres darme una muestra de tú sangre?

—Lo haría pero... Tengo cosas que hacer así que adiós —este salió del lugar rápidamente.

  Ella cerró la puerta y quitó el pedazo de tela que también cubría su cara. Al fin pudo ver más sus rasgos faciales, su piel era levemente clara, sus ojos eran entre un color café claro combinado con verde y su cabello era castaño oscuro que al sol se veía con tonos más claros. No había duda de que era un chica.

  Ella saco su chaqueta lanzándola a una silla. Y después levantó su manga. Extendió el brazo y cerró su puño. Tomó lo que antes estaba preparando, paso un algodón con alcohol por su vena y paso la aguja sacando un poco de sangre.

  Saco la aguja cuando ya tuvo la muestra suficiente y después dejo la jeringa en una bandeja metálica. Puso el mismo algodón en el lugar donde metió la aguja.

—¿Y como te sientes? —preguntó ella a él.

—Bien...

—¿Puedes decirme algo sobre ti? ¿Quién eres, de dónde vienes? —se detuvo un poco y volvió a hablar— ¿Puedes decirme tú nombre?