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Capítulo 5

  La lluvia había seguido por varios días, lo que convertía la arena en una especie de lodo difícil de pisar. O bueno al menos con botas. El refugio lucía bien, cinco meses fueron los suficientes para poder construir un edificio estable. De vez en cuando algunos zarpaban a otro lugar para conseguir material para aquel edificio de madera. Mientras todos la pasaban bien en ese lugar acogedor.

  Thomas salía, quitaba sus botas y caminaba bajo la lluvia. Dejando que esta lo empapara y disfrutando de la suave arena bajo sus pies. Hasta llegar a su cabaña, limpiar sus pies y recostarse en la cama y pensar. El sonido de la lluvia lo ayudaba a pensar y si corría con suerte podía recordar algo sobre su pasado.

  El ruido del un trueno lo hizo dar un brinco, y recordó un pequeño momento. Aquella vez en la que Minho había sido golpeado por un rayo. Sonrió por la reacción de este al despertar.

—Ahora te ríes con el techo Shank. Ya no se si realmente estas loco o simplemente puedes pensar. —escuchó la voz de Minho desde la puerta— Vaya no creí que esta choza fuera tan acogedora.

—No le llames choza, que mucho me a costado. —dice Thomas mientras se sienta en su cama.

—Pues para mí que la construiste con los pies.

  Thomas no quería molestarse no se sentía de humor para bromear con él de ojos rasgados. Rodó los ojos al ver como este inspeccionaba su choza.

—¿A qué viniste Minho? —interrogó el castaño llamando la atención del recién nombrado.

—Pues a que más... A pasar tiempo con mi Shank favorito. Hace años que no te veo, casi desde que salimos del laberinto —dijo y se acercó a la cama para rodearlo con un brazo.

  Thomas lo miro con extrañeza.

—¿Por qué me ves así? —al no recibir respuesta dejo de abrazarlo y paso sus manos al frente uniendo ambas— Ya enserio Thomas, quita esa cara de confundido.

  Thomas dejo de mirarlo, dirigió su vista al frente viendo como afuera todavía llovía. Ninguno de los dos habló, estaban callados escuchando el sonido de la lluvia caer.

—Te seré sincero ¿Esta bien? —la voz de Minho llamó su atención y volteó a verlo presentando atención a lo que este diría— Hablé con Sonya. Los dos creemos que realmente estas mal por ya sabes... Lo que paso con Newt.

  Mientras hablaba jugaba con sus manos, de una forma extraña pero dejo de prestarle atención cuando mencionó al rubio. Rápidamente Thomas se puso de pie evitando mirarlo.

—Claro que no. No me pasa nada.

  Minho le lanzo una de esas miradas de: Ajá, no te creo.

—Me quedaré aquí hasta que lo admitas. —dijo mientras se recargaba y se cruzaba de brazos en la cama.

  Thomas suspiro y con una mano hecho su cabello hacia atrás.

—Bien, te escucho. —insistió el asiático.

  El moreno comenzó a dar vueltas lentas por el lugar mientras acariciaba su cabello con nerviosismo. Dio un último suspiro.

—Está bien —dijo con frustración para después decir lo que Minho quería oir—: Quizás me afecto un poco.

  Minho estaba serio. Lo que hizo que Thomas diera otros resoplidos más.

—Bien. Tú ganas, realmente si me afecto mucho —admitio— pero ¿A quién no le afectaría?

—Thomas, aunque duela, hiciste lo correcto.