Itatí

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Después de haber estado pensando tanto, lo decidí, realmente no fue tan difícil, tomé una carpeta y le dejé los papeles de divorcio sobre la mesa a Carlos, ya estaba arta de él, todo el tiempo me hacía escenas de celos, me maltrataba y la verdad es que se colgaba de mi carrera, era un alcohólico que jamás aportaba nada para los gastos de la casa, era un mantenido, siempre me lo habían dicho pero yo hacía caso omiso, me daba terror enfrentarme a la realidad. Me pregunto por que lo aguante tanto, la verdad es que él si tenía por que reclamarme púes según el la causa de nuestros problemas siempre fuerón mis hijos Eduardo y Roberto, sí el siempre me reclamaba e insinuaba que mis hijos no eran suyos y aunque yo se lo negaba y le insistía que sí, él tenia razón, aquellas bendiciones fueron fruto del amor entre Pedro y Yo, jamás lo olvidaré, yo lo sigo amando pero el parece muy feliz junto a Rebeca y su familia, cuando me enteré que había quedado embarazada de él ya era demasiado tarde yo no podía entrar así de fácil en la vida de él, ya los dos estábamos casados y sinceramente yo preferí alejarme de él, sin mencionar que las amenazas de Rebeca me tenían aterrada, salí de mis pensamientos cuando sentí la mano de Carlos estamparse en mi cara, me había golpeado nuevamente pero esta vez no me dejé, le di una bofetada y le grité ¡Ya no más!, no era la primera vez que me pegaba pero yo siempre me había dejado púes mis hijos necesitaban de una figura paterna aunque esta vez yo ya estaba cansada de la misma rutina además del maltrato familiar por parte de él y sus celos absurdos que no me dejaban continuar con mi trayecto, decidí que definitivamente debía irme junto a mis hijos, le ordené a la nana de mis hijos que los levantará de su siesta nocturna y les alistara las maletas para llevarlos junto a mi mamá, además de que ella vive sola, bueno sólo vive junto a su dama de compañía pues mi padre ya falleció, hay mi padre, el gran músico Roberto Cantoral, debí de hacerle caso a sus consejos pero bueno, al salir de la casa, Carlos estaba tirado en el piso, no creo que por la bofetada que le dí más bien fue porque él estaba muy borracho, tome las llaves de mi carro y lo encendí, mis hijos Eduardo Y Roberto subieron, junto a mi pequeña María Itatí y la nana, regresé dentro de la casa, pues se me había olvidado un guión de un nuevo proyecto que tenía en pie, Carlos ya se había levantado, él me jaló del brazo e intento detenerme pero en su estado era muy débil así que logré soltarme, aunque debo admitir que él me tomó del brazo de una manera brusca que me lastimó y mis lágrimas empezaron a salir.

 Me pregunto por que lo aguante tanto, la verdad es que él si tenía por que reclamarme púes según el la causa de nuestros problemas siempre fuerón mis hijos Eduardo y Roberto, sí el siempre me reclamaba e insinuaba que mis hijos no eran suyos y au...

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Pero no le tomé importancia como pude salí de la casa y ya con mis hijos y la nana en el carro yo entre y lo puse en marcha, conduje hasta la casa de mi madre y los dejé a todos ellos allá, le avise a mi madre que me iría a despejar mi mente, le pedí el favor de que cuidará a mis hijos esta noche pero de igual manera ellos tenían a su nana allí, mas bien le estaba pidiendo que los dejará quedarse allí, ella acento con la cabeza, le avise que sólo iría a pensar y no tardaría, que mañana a primera hora yo ya estaría de regreso, salí de la gran casa del Reloj, púes es así como se le llama en mi colonia, puse en marcha mi carro y conduje hasta la carretera que te lleva a las afueras de Cuernavaca que raramente también es la que te introduce a este maravilloso lugar, conduje rumbo a mi lugar preferido para pensar, más bien el lugar que algún día fué testigo de todo el amor que había entre Pedro y Yo. El lugar estaba algo escondido en esta carretera, así que era como un gran refugio para huir de la realidad,había una pequeña cabaña, seguí manejando en mi carro blanco con lágrimas en los ojos, recordando a Pedro, hay Pedro si supieras que tenemos dos grandes bendiciones que siempre nos tendrán unidos, pero rápidamente entre en un llanto terrible cuando recordé mi encuentro con Rebeca en la cafetería años atrás, el día en que me amenazó a muerte, mas bien me  amenazó con hacer daño a mi amado Pedro...
Flash back:
Rebeca: Vaya, al parecer el destino esta a mi favor, me ha facilitado el viaje de llegar a tu casa.
Itati: ¿Qué es lo que quieres?
Rebeca: Bueno, ya que estás acá te lo diré, QUIERO QUE TE ALEJES DE MI PEDRO.(gritó en un tono bajo)
Itati: Estás loca, JAMÁS, YO LO AMO Y ES MÍO..
Grite tan fuerte que todos nos pusieron la mirada encima, enseguida me disculpe y seguí aunque no faltaron las miradas raras y las voces rumoreando ¿De quién hablan?
Rebeca: Ya te dije, si tu no te alejas de él JAJA, yo lo mato, lo amo tanto que si él no esta conmigo no estará con nadie.
Itati: Tú no lo amas estás obsecionada con él, eso es diferente, por que cuando amas a alguien hay que dejarlo ir, además no lo haré.
Rebeca: Yo ya te advertí, haré lo  que sea por él, cariño...
Fin de flash back.
Cariño, cariño, cariño, se repetía en mi mente hasta que regresé a la realidad al ver un carro que se acercaba a gran velocidad hacia mí, le baje a mi velocidad pero al parecer el otro conductor no tenía control sobre su carro, cada vez estaba más cerca y yo quede en Shock, es entonces cuando entré en un terrible miedo cada vez que estaba más cerca...

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