Capítulo 13

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- Es triste...- Dijo él de la nada.

Yo tenía mi cabeza apoyada sobre su pecho desnudo, disfrutando de oír los fuertes latidos de su corazón y el ritmo de su respiración.

-¿Qué dices?- Continuo acariciando sus abdominales con la mano.

-Que es triste que hoy sea nuestro ultimo día juntos.

Me paralicé ¿tan rápido habían pasado los días?

-Mierda...- Murmuro y quitó la cabeza de su pecho, para apoyarme en la almohada- No me había dado cuenta- Mis ojos se aguaron, tenía muchas ganas de llorar. Estos últimos días había generado sentimientos hacia Bingham y me odiaba a mi misma por eso.

-Ven aquí Jazmine- Estiró sus brazos y me envolvió en ellos. Nuevamente escondí mi rostro en su pecho y me largué a llorar- Sabía que tu también me querías- Murmuró mientras acariciaba mi cabello. Yo no dije nada, él tenía razón...me bastaron unos pocos días para saber que lo quería.

Astrid tocó la puerta de la habitación. Bingham rápidamente se vistió y yo hice lo mismo. No me parecía adecuado que una niña de diez años viera a dos personas desnudas porque habían tenido sexo. Todavía no tenía edad para eso.

-Jazmine...- Bingham me llamó desde la puerta.

¿Sí?- Me acerqué hacia ellos y ahí estaba la niña, sosteniendo su ropa interior en la mano levemente manchada de sangre.

-Las voy a dejar solas, para que hablen de mujer a mujer...-Dijo Bingham.

-¡De ninguna manera!- Contesté- La menstruación no es un tema taboo ni algo de lo que avergonzarse.

-Esta bien- Dice riendo- No me grites, por favor.

-Astrid- Me agaché para quedar a su altura- Acabas de tener tu primera menstruación, eso significa que tu cuerpo ya esta listo para reproducirse sexualmente. Tu periodo llegará una vez por mes, pero las primeras veces sueles ser bastante irregular, así que las fechas van a variar.A veces te pueden doler los ovarios, la cabeza , la espalda, etc. La verdad que el periodo es una mierda, pero no es nada de lo que tengas que avergonzarte y , además, sirve para saber si estas embarazada o no.

Astrid me miró extrañada. Quizás le di demasiada información.

-Ya sabía todo eso- Contestó la niña.

-¿Qué?- Preguntamos sorprendidos Bingham y yo al mismo tiempo.

-En la biblioteca de la casa de la abuela había un libro que hablaba de eso...me dio curiosidad y lo leí.

-Eso es genial- Respondí yo- ¿No es así, Bingham?

Él estaba inmóvil, su mirada estaba clavada en su hija.

-¡Papá!- La niña llamó su atención.

Bingham se acercó a mi.

-Ella sabe como vienen los bebes al mundo...- Susurró a mi oído preocupado.

-¿Quieres darle esa charla también? porque yo no tengo problema en explicarle como cuidarse y no...- Él me interrumpió.

-Tiene diez años, esa charla puede esperar ...

-Bien, es tu hija...- Contesté- ¿Vamos al mercado a comprar toallas femeninas?

-Sí- Contestó Astrid.

(...)

Después de volver del mercado con Astrid, me dirigí a lo que era mi habitación para empacar las pocas cosas que había llevado. Yo sabía que iba a ser difícil volver a mi vida normal después de haber pasado casi dos semanas rodeada de ciertos lujos y sobre todo, ya no iba a tener la compañía de Bingham y Astrid.

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⏰ Last updated: Mar 10, 2018 ⏰

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Jazmine LâforetWhere stories live. Discover now