Alas Invisibles

El lugar ideal

 Lo sabía pero aun así seguí, luego de un rato me di cuenta de que debía volver obligatoriamente, ya que no tenía  mis maletas, ni mi billetera, además de que tenía mucha hambre. Mi estomago rugía por comida y  yo no podía hace nada para ayudarlo, el frio me consumía por fuera, estaba congelada, mientras al mismo tiempo el fue que se había encendido en mi pecho con aquella estúpida y pequeña pelea, se apagaba poco a poco. Estaba cansada aun, solo había dormido una hora o dos máximo en aquel avión, y no había comido nada en las últimas 24 horas… o quizás más. Lejos pero aun a la vista se veía una plaza en el fondo, me gustaba la idea de un lugar en calma en el que pudiera ordenar mis ideas y pensar en una solución coherente para mi problema. Camine como pude mientras mis órganos se desgarraban por dentro, llegue por fin luego de un par de minutos. Le di un vistazo; Era hermoso, me extraño que hubieran tan pocas personas presentes para admirar tanta belleza; Pero creo que era mejor así ya que podía completar mejor aquel hermoso lugar. Me senté en la primera banca que divise. Me recosté y comencé a buscar posibles soluciones, después de un rato me quede dormida, no entendí bien lo que paso, pero de un momento a otro levante la cabeza y el estaba ahí, estaba tan cómoda mi cabeza apoyada sobre sus piernas, y mi cuerpo sobre la banca.

-¿Qué haces acá?- pregunte mirando sus intensos ojos que eran casi del mismo azul profundo, como el mar. Solo que ahora tenían unos pequeños detalles en verde, sus ojos te paralizaban y cuando los mirabas fijos por un rato te hacían olvidarlo todo.

-Sabía que no podías vivir sin mi-rio irónicamente mostrando esa sonrisa que me enloquecía- es una broma- casi no lo había escuchado, pero supuse que como el rio yo debía hacerlo también, así que sonreí sin saber por que, luego de un rato volvió a la calma con la misma seriedad- Yo me había llevado tus maletas, y tu no llevabas ni un bolso de mano, cartera , y tu ropa solo tiene un bolsillo pequeño… si tenias hambre obviamente ibas a estar alejada de la avenida donde te deje . Y que cuando estas agobiada te gusta mucho ir a lugares con áreas al aire libre. Con todo lo que te he dicho, más orientarse en la ciudad es fácil saber que estarías en este parque, ya que es el lugar más cercano que coincide con las descripciones anteriores.

Lo mire detenidamente, dándome tiempo para pensar ¿Como alguien puede ser tan perfecto? Finalmente solo le sonreí, el me devolvió el gesto.

-Vamos que se hace tarde, y no estás muy abrigada con ese vestido, y no puedo permitir que te resfríes-levante mi cabeza, me senté en el banco y él me ayudo a pararme. Caminamos hasta la esquina, donde Andrés  paro un taxi.

-Es aquí- dijo el taxista sin despegar su mirada del camino.

-Gracias-

Bajamos, todo era demasiado hermoso, no lo podía creer era como esos hoteles de revista con  un patio (con piscina incluida), que siempre aparecía como “el lugar perfecto”. Me emocione al ver algo como esto, pero luego entre a la realidad.

-Andrés-me puse un poco nerviosa- no puedo pagar algo como esto.

-No te preocupes por eso yo lo arreglo.

-Es injusto.

-¿Por qué es injusto?

-Porque tu vienes solo de acompañante, y no debes pagarlo tú, eso es lo que yo debo hacer.

- Y según tú, si tú lo haces, a donde iremos ahora. Además, no tienes razón, ya que aquello que está pasando es mi culpa, por mi culpa tú no estás feliz con tu familia y en tu país como deberías.

-¡No tiene nada que ver!

-claro que tiene que ver, ya que por hacer mal mi trabajo estamos aquí.

No discutí mas, no estaba dispuesta a gastar saliva en una estupidez que me traía problemas a mí, él era el único que me acompañaba y también era mi único “aliado” en ese entonces, así que no valía la pena pelear con él.

Camine silenciosamente hasta la portería con mis maletas, y Andrés a mi lado. El en la recepción hablo con la persona encargada, mientras yo escuchaba música en mi celular, la verdad, quería saber lo que pasaba, por que se tardaba tanto tiempo Andrés, y que iba  a pasar de aquí en adelante, pero no quería que él se diera cuenta de mi interés en el, y en todo. Andrés se acerco a mí, (cerca del ascensor) y apretó el botón para subir, esperamos paciente mente en silencio. Subimos al piso 11, Salí apresurada mente del ascensor y fui a la izquierda, Andrés tomo mi brazo izquierdo con suavidad, se acerco a mi oído y dijo.

-Vas en la dirección opuesta, ¡vamos! sígueme.

Camine sin romper aquel crudo y frio silencio que me separaba de el. Entramos al departamento, era muy lindo, sus sillones, muebles y cuadros combinaban perfectamente con la gama de colores que tenia la pintura de las paredes, el piso y la alfombra. Parecía un sueño, nadie nunca podría haberlo decorado mejor aquel placentero lugar. Andrés fue a ver las habitaciones del departamento, cundo volvió me dijo.

-tu habitación es la que está al fondo de aquel pequeño pasillo, al lado izquierdo, al frente está el baño. La habitación anterior es la mía- asentí con la cabeza.

Tome mis maletas, y me dirigí a mi nueva habitación, coloque mi equipaje encima de la cama y comencé a desempacar mis cosas, mi ropa la deje en la cajonera con espejo que había ahí. Fui al baño, me mire al espejo, y no voy a mentir lucia horrible, pero la verdad no me importo mucho, siempre supe que yo era fea así que verme mal no me afectaba demasiado, me duche, eso subió mi ánimo, no sabía la razón de mi cambio de ánimo. Salí en la toalla a mi pieza, cuando estaba en mi cuarto me di cuenta de que me faltaba el bolso pequeño donde estaba mi ropa interior, seguramente la había dejado en el sillón del living, soy tan tonta que casi siempre se me olvidan todas la cosas, bueno igual es una exageración decirlo así, a lo que quiero llegar es que se me quedo el bolso y sin el bolso no me podía vestir. No quería que Andrés me viera así, sería raro, además que para algunas cosas soy muy tímida. Espere a que Andrés entrara a si pieza para salir. Cuando volvía choque con Andrés.