CAPÍTULO 1

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Ha pasado una semana desde que los chicos habían vuelto a sus casas después del fin de semana juntos. Poco a poco todos estaban volviendo a la rutina, algunos trabajando en nuevos proyectos y otros continuando con los que ya tenían.

(NARRA ANA)

Acabo de salir de casa de Los Javis, donde nos hemos reunido para empezar a darle forma al musical. Desde que llegué a Madrid no he tenido ni un segundo para respirar, he estado encerrada componiendo canciones para la obra, pensando posibles nombres, contactando a algunas personas para intentar reclutarlas…
Ahora había quedado con Mimi para ir a cenar juntas, porque, a pesar de vivir juntas, llevaba sin ver a la rubia, durante más de cinco minutos, desde que volvimos.

Como siempre mi amiga llegaba tarde, así que aproveché para meterme en las redes sociales, que las tenía un poco abandonadas. Abrí algunas de las notificaciones que tenía y acabé, como siempre, en el Instagram de Miriam. Había subido una foto con Alfred, supongo que habrían quedado para componer la canción de la que hablaron, estaban los dos abrazados con las gafas puestas y mi leona estaba guapísima. Le di like y puse un comentario con emojis de corazón. Es increíble que el simple hecho de poder darle like a una foto suya me hiciese tan feliz, pero es que hasta hace una semana me tenía que conformar con ver sus fotos y contener mis ganas de ponerle un comentario o lo que es peor, pedirle el móvil a Mimi para poder ver sus historias.

No había visto a la gallega desde que volvimos, el trabajo no nos lo había permitido, pero casi todos los días hemos hablado por teléfono, incluso me ha ayudado con algunas ideas para la obra. Había sido un poco mi vía de escape y me moría por quedar con ella y verle, de hecho si por mi fuese le hubiese secuestrado en mi casa durante toda la semana, pero no quería presionarle, prefería esperar a que fuese ella la que me dijese de quedar.

-¿Ya no necesitas mi móvil para cotillearle de incógnita Anita?- después de veinte minutos, por fin había llegado Mimi.
-De hecho estoy pensando que ya no te necesito.- recibí un golpe en la cabeza de la rubia.
-Vete a la mierda banana- reí ante su falsa indignación.- iba a pedirte perdón por el retraso, pero me he dado cuenta de que tú no me has pedido nunca perdón por el tuyo.
-Seguiría con esta discusión, pero tengo mucha hambre, así que vamos a pedir.
Estuvimos poniéndonos al día mientras cenábamos, necesitaba este ratito con mi mejor amiga, siempre conseguía abstraerme de todo.
-Bueno, ¿cómo van las cosas con la leona?
-Bien, hemos estado hablando por teléfono todos los días y me ha estado ayudando mucho con las cosas de la obra.-Mimi ya sabía lo del musical, se lo conté cuando llegamos porque iba a ser complicado escondérselo cuando vivíamos juntas.
-¿Y qué haces malgastando tu noche libre conmigo en vez de estar en una cita con velitas y chorradas de esas con Miriam?
-Gilipollas-le dije riendo- te echaba de menos- Mimi levanto la ceja, indicándome que no se creía la excusa- vale, no es por eso- la rubia se empezó a reír- quiero esperar a que sea ella la que me escriba para verme, no quiero meter la pata y que sienta que le presiono.
-Pero estáis bien, ¿no? Si no me falla la memoria el lunes tuvimos que separaros porque no dejabais de besaros y estábamos ya todos media hora esperándoos en los coches.
-Exageradaaaa, no fue tanto tiempo. Y si, estamos estupendamente, pero ahora que hemos vuelto a la rutina, a la vida real, voy a dejar que ella marque los tiempos. Me dijo que quería ir poco a poco y, obviamente, allí en la casa no podíamos evitar estar juntas y pegadas como lapas, pero ahora que estamos aquí, cada una en su casa y con sus cosas, creo que lo mejor es hacer bien las cosas y dedicarnos las dos a pensar un poco en todo y a asimilar las cosas. No me preocupa no verle, aunque en realidad me muero de ganas de estar con ella, pero de momento puedo conformarme con hablar con ella todos los días y saber que está ahí.
-Guau Anita, que profunda te pones cada vez que hablamos de este tema, pareces hasta una persona madura- me sacó la lengua.

Pagamos y seguimos bromeando hasta que llegamos a casa, como siempre me fui a la cama pensando en Miriam.

*Bueno pues aquí está la segunda parte, para los que no hayáis leído la primera, está en mi perfil y se llama "OT EL REENCUENTRO".
Espero que me sigáis leyendo y que os guste igual o más que la primera, un beso a todos!

PROMESAS (IN)CUMPLIDAS   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora