(NARRA ANA)
No sabía como sentirme ante lo que acaba de pasar. Me hace feliz que Miriam quiera olvidarse de todo porque quiere pasar conmigo esta noche, me hace sentir muy especial, pero se que la tormenta va a llegar mañana. Y lo peor es que Miriam no sabe todavía nada del beso y estoy segura de que cuando se lo cuente va a darle igual que le diga que fue robado y que ni siquiera me dio tiempo a apartarle, me da mucho miedo como pueda reaccionar ante eso.
Nada más entrar busqué a Mimi y a Ricky y les conté todo, lo que me había dicho Miriam, mi miedo a lo que pudiese pasar mañana, todo. Llegué a la conclusión de que si tenía que aprovechar esta noche, demostrarle a Miriam todo lo que se perdería si mañana tomase la decisión de que no quiere seguir con lo que tenemos. En el peor de los casos, si esta va a ser mi última noche con ella, voy a aprovecharla al máximo.
Me acerqué al Dj y le pedí que pusiese ‘Downtown’.
-¿Bailas?- le susurré a la leona, rodeando su cintura desde atrás. Por un momento dudó, pero acabó girándose sobre mis brazos para dedicarme una mirada que me encendió muchísimo.
Agradecía que nuestros amigos estuviesen tan perjudicados, porque no quería que mañana recordasen lo que iba a pasar.
Pasé una mano por la cintura de Miriam y le atraje hacía mi cuerpo, pegándole totalmente a mí. Cambié mis manos a sus hombros, acariciándole el cuello por el camino. Miriam parecía un poco sorprendida al principio, pero en seguida entró en el juego. Aproveché que tenía las piernas un poco separadas para colar mi rodilla en medio, haciendo presión en su intimidad. Recibí un gemido a cambio que consiguió encenderme más aún. Miriam me estaba dejando el control de la situación y eso me encantaba. Paseé una de mis manos por su cuello y su clavícula, mientras clavaba mi mirada en la de ella. Cuando llegó el estribillo me acerqué a su oído y se lo canté. Los gemidos que se le estaban escapando a la gallega me estaban dando la vida.
-Ana me estás volviendo loca- me dijo con la respiración entrecortada.
-Esa es la intención leona- dije apartándole el pelo del cuello y empezando a dejar besos por la zona, sin parar de moverme al ritmo de la música.
La canción cambió, ahora sonaba ‘El baño’.
Bajé la mano por el cuerpo de Miriam, hasta llegar a sus caderas. Giré su cuerpo, dejándole de espaldas a mí y mantuve el agarre firme mientras comenzaba a moverme al ritmo de la música. Pasó una de sus manos por mi cabeza, que estaba apoyada en su hombro, y enredó los dedos en mi pelo. Estaba empezando a sentir la humedad en mi ropa interior, así que jugué la última carta. Aproveché la posición en la que estábamos para bajar la mano que tenía en su barriga y acariciar levemente su zona íntima.
-Ana- dijo dando media vuelta- llévame ya al baño, porque no aguanto más.
Sonreí satisfecha porque había recibido la reacción que quería y tiré de ella mientras nos dirigía al cuarto de baño. Lo mejor de este sitio es que tenía unos diez baños individuales, por lo que nadie iba a interrumpirnos.
Nada más entrar en uno de ellos Miriam me empujó contra la puerta y empezó a comerme el cuello, literalmente. Pasé mis manos por su espalda y le bajé la cremallera del mono. Miriam no tardó mucho más en deshacerse de mi ropa, en estos momentos nos sobraba todo. Cambié nuestras posiciones y ahora era yo la que tenía el control.
-Espero que no te importe que nuestros amigos te escuchen gritar mi nombre, porque con lo que te voy a hacer vas a ser incapaz de ser silenciosa.
Dicho eso empecé a hacer presión en su intimidad, por encima de la tela de las bragas, mientras dejaba mordiscos por toda su clavícula y masajeaba uno de sus pechos con la otra mano. Nuestros gemidos se entremezclaban.
-Ana me estás torturando- dijo entre jadeos.
-Dime que quieres que te haga, es tu noche.
La gallega soltó un gemido y me respondió agarrándome del pelo y empujando mi cabeza un poco hacia abajo. Entendí al momento lo que quería, así que me arrodillé y cogí su pierna para pasarla por encima de mi hombro. Empecé a dejar besos por el interior de sus muslos, entre gruñidos de la leona.
-Ana por favor
-¿Por favor qué?- dije inclinando mi cabeza hacia atrás para mirarle.
-No puedo más, hazme gritar tu nombre ya- tener a Miriam así de entregada me ponía muchísimo.
Sabía que Miriam no aguantaba más, así que pasé inmediatamente a la acción. La gallega puso una mano en mi cabeza, haciendo presión, indicándome que necesitaba más, así que aceleré el ritmo. La presión que estaba ejerciendo con la mano que tenía mi cabeza y la sensación de sus uñas clavándose en mi hombro me indicaron que la gallega iba a llegar ya, así que cambié mi boca por tres dedos.
-Quiero verte la cara gritando mi nombre, vamos bebé, córrete para mí.
Y mis deseos se cumplieron. No se a que volumen estaría la música fuera, pero espero que estuviese lo suficiente alta, porque el grito que había pegado Miriam al llegar se podría haber escuchado hasta en Pontedeume.
Miriam me agarró la barbilla para que subiese y me besó, lento y suave.
Cuando llegamos a donde estaban todos recibimos algunas miradas divertidas, estaba claro de donde veníamos y tampoco es que nos importase que lo supieran.
-¿Quién duerme hoy en tu piso?- me preguntó Miriam de repente.
-Nerea y Thalia creo ¿por qué?- Miriam no me contestó y vi que se acercó a Mimi. Le dijo algo que hizo que Mimi se riese y volvió donde estaba yo.
-Mimi, Nerea y Thalía duermen en mi casa. No quiero a nadie en tu piso hoy, solo tu y yo.
-¿Podemos irnos ya?- la gallega empezó a reírse, aunque yo no estaba bromeando.
-Paciencia canaria, tenemos todo el tiempo del mundo- no sabía si lo decía por decir, pero quería creer que esa frase significaba algo más.
-¿Todo el tiempo del mundo?- dije pegando nuestras frentes.
Miriam se quedó mirándome, sabía que estaba pidiéndole que me dijese algo que no podía decirme. No quería estropear este momento, así que le sonreí para que se tranquilizara y le di un beso. Me iba a girar para irme y darle un poco de espacio, pero sentí la mano de la gallega en mi brazo.
-Ana- resopló, se notaba que estaba pensando lo que iba a decir- te quiero- me dijo cuando nuestras miradas se encontraron.
-Y yo mi amor- y volví a besarle, porque eso es lo único que necesitaba escuchar esa noche.
*El vídeo no tiene nada que ver con el capítulo, solo me apetecía ponerlo y cumplir mi misión de mediavuelter.
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PROMESAS (IN)CUMPLIDAS
FanficLos chicos vuelven a sus vidas después del reencuentro. Miriam y Ana tendrán que luchar por mantener la promesa que se hicieron, enfrentándose a fantasmas del pasado y a nuevas personas que apareceran en sus vidas. ¿Seguirá siendo irrompible su amor...