CAPITULO 8

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(NARRA ANA)

No me podía creer lo que tenía delante, esto es lo más bonito que he visto nunca. Cuando salí del shock en el que había entrado empecé a recorrer toda la habitación.

La primera pared estaba cubierta por un mural de un paisaje de La Laguna, de mi hogar.


Paseé mis dedos por toda la pared, sintiéndome en casa, intentando controlar el remolino de sentimientos que estaba teniendo

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Paseé mis dedos por toda la pared, sintiéndome en casa, intentando controlar el remolino de sentimientos que estaba teniendo.
Continué hasta llegar a la siguiente pared, también cubierta por un mural, pero en este caso, era del sitio que vio nacer a mi gallega, Pontedeume.


Me quedé un buen rato admirando ambos murales, totalmente embriagada de la belleza que tenía ante mí

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Me quedé un buen rato admirando ambos murales, totalmente embriagada de la belleza que tenía ante mí. Empezaba a entender el significado de esta habitación y el corazón me latía a mil por hora.

En la siguiente pared, sobre un fondo gris y escrito en letras doradas, estaba el estribillo de la canción con la que empezó todo, la canción que hizo que diésemos por fin el paso de confesarnos todo lo que sentíamos.

Me giré para ver la última pared, pensando que ya no había posibilidad de superar lo que había visto hasta ahora, hasta que me encontré con un collage de fotos nuestras en blanco y negro, podría haber perfectamente 300 fotos, la mayoría de nosotra...

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Me giré para ver la última pared, pensando que ya no había posibilidad de superar lo que había visto hasta ahora, hasta que me encontré con un collage de fotos nuestras en blanco y negro, podría haber perfectamente 300 fotos, la mayoría de nosotras solas y algunas con las personas más importantes de nuestras vidas.

En el centro de la habitación había un piano, negro, que me recordaba mucho al que había en la academia. A los lados, la guitarra de Miriam en un suporte y una funda con otro instrumento dentro. Me acerqué lentamente a ésta, haciéndome una idea de lo que podía ser, pero sin creérmelo. Cuando la abrí, caí de rodillas al suelo llorando. Era mi flauta travesera, pero no la que me mandaron a la academia, si no la primera que me regaló mi padre cuando tenía 6 años. No me lo podía creer, pensaba que mi padre la había tirado cuando se rompió.

Sentí unos brazos rodearme por la cintura y me giré para abrazarme a Miriam, que se había sentado detrás mía. Estuvimos un buen rato abrazadas en silencio, en estos momentos sobraban las palabras. Esto era sin duda lo más bonito que había visto en toda mi vida y saber que era algo que había hecho Miriam pensando en nosotras era una sensación que no sabía como explicar.

-Miri…Esto es… ¿Cómo? ¿Cuándo?- no era capaz de formar una frase coherente.

-Fue la primera habitación que decoré, justo después de firmar el contrato de compra…- Miriam sonaba nostálgica y triste.- Quería que fuese algo así como nuestro refugio, algo que nos recordase a casa, un sitio donde encerrarnos a escribir, un sitio donde refugiarnos cuando echásemos de menos a nuestras familias, nuestro pequeño mundo de ensueño. Un lugar que nos recordase, cuando lo necesitásemos, de donde veníamos y todo lo que habíamos conseguido, juntas. La habitación que convirtiese esta casa en nuestro hogar- me rompía el corazón escuchar a Miriam hablar así y saber que yo fui la que se cargó todo eso. No me quiero imaginar los días que pasó la gallega encerrada aquí después de nuestra ruptura.

-Es increíble Miriam, no puedo poner en palabras todo lo que he sentido cuando lo he visto.- no podía parar de llorar.

-Shhh amor, respira ¿Por qué estás así?- me dijo mientras me acariciaba el pelo, un gesto que ella sabía que siempre lograba tranquilizarme.

-Porque me duele…me duele saber que yo me cargué todo esto, que tiré a la basura todo lo que teníamos…-Miriam me agarró de la barbilla y me obligó a mirarle.

-No Ana, todo eso ya esta hablado y solucionado- dejó un beso en mis labios- no se puede retroceder el tiempo, pero, ¿sabes lo que si se puede hacer? – no me podía creer lo afortunada que era de tener a Miriam.- avanzar. ¿Sabes? Cuando me has pedido ver la habitación me he asustado, pensaba que había perdido el sentido, pero, cuando he visto tu cara mientras veías todo y ahora que te tengo aquí entre mis brazos, me doy cuenta de que esta habitación no perdería nunca el sentido. Nació del amor más real y más sincero que tenido en mi vida y eso es algo que siempre va a ser así, me alegro de que la hayas visto, porque es tuya también Ana, es de las dos.

Me incorporé un poco y le acaricié las mejillas antes de darle un beso lento y suave, intentando expresarle en ese beso todo lo que no podía en palabras. Me aparté para mirarle a los ojos

-Siento que cualquier cosa que te diga ahora mismo no hace justicia a lo que en realidad estoy sintiendo, te amo Miriam, como no he amado nunca nadie y como sé que no amaré nunca nadie. Espero poder recompensarte algún día por todo el daño que te he hecho y devolverte toda la felicidad y el amor que me das. Quiero que hacerte la persona más feliz del mundo y quiero que lo seas a mi lado y te prometo que eso va a ser por lo que luche cada día a partir de ahora.

Nos envolvimos en un beso lleno de amor, felicidad, gratitud…

Nos interrumpió el sonido de alguien llamando a la puerta.

-Chicas- era Roi- la comida ya está, os esperamos en el salón.

-Es la única persona a la que le he enseñado esta habitación, aparte de ti- por eso había venido el a avisarnos y no había abierto la puerta.- ¿Vamos?- Me dijo la leona ofreciéndome la mano para que me levantase.

-Vamos- le besé cuando me levanté- por cierto, ya has cumplido la promesa que hiciste en la casa rural, este ha sido el día más feliz de mi vida, gracias.

-Y todavía no ha terminado canaria- dijo guiñándome el ojo.

*Bueno pues ya sabéis lo que escondía la habitación. Es el capítulo que más he disfrutado escribiendo, he sentido un montón de cosas mientras lo hacía, espero que os llegue aunque sea una parte de todos los sentimientos que he puesto en él. Un besazo a todos, ahora a disfrutar del concierto, aunque sea en un periscope pixelado jajaja

PROMESAS (IN)CUMPLIDAS   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora