CAPITULO 3

3.1K 122 15
                                    

(NARRA ANA)

Estaba en casa, trabajando en una de las escenas que teníamos ya montadas para el musical, estaba concentradísima, hasta que unos voces explotaron mi burbuja. Salí a ver que pasaba.

-Chicos, ¿por qué están formando tanto jaleo? Estoy intentando trabajar y no me dejan- dije cuando me encontré a Mimi y a Ricky en el salón.
-Aquí tu amiga, que no se le ha ocurrido otra cosa que montar una fiesta esta noche con algunos de nuestros compañeros y los bailarines, que están todos aquí en Madrid por un rollo de una masterclass o algo así.- miré a Mimi, esta vez no iba a poder defenderle, la rubia la había cagado.
-Lo siento, ¿vale? Hablé con Naima y nos hacía mucha ilusión vernos, no sabía que todavía te afectaba tanto lo de Kibo, lo siento de verdad.- el problema es que nuestro amigo había terminado hacía un par de meses su relación con el bailarín y, aunque fue de mutuo acuerdo, Ricky todavía seguía un poco tocado- Mira si quieres hablo con Naima y le digo que ha surgido cualquier problema y que lo dejamos para la próxima, o te excuso a ti y el resto si quedamos.
-No Mimi, ya lo habéis organizado todo, se los has dicho ya a todo el mundo y le has especificado a Naima que yo te iba a ayudar con los preparativos. No quiero que Kibo piense que le evito o que soy tan ridículo que no puedo compartir espacio-tiempo con él.
-Pero no entiendo nada Mimi. ¿Cuándo has organizado todo? Y ¿Por qué no me has dicho nada esta mañana?
-Ha surgido hace una hora, me ha llamado y me ha dicho que tenían el día de mañana libre y que podían salir esta noche sin preocupaciones. Ha reservado una zona vip en la discoteca de un amigo suyo, donde podemos estar sin problemas de que nadie nos vea o nos moleste. Realmente ha surgido todo súper rápido, por eso no lo he consultado con nadie antes de confirmar.- la rubia parecía muy arrepentida de no haberlo hablado antes con Ricky.
-¿A quién se lo has dicho?- pregunté, porque estaba tan metida en mi mundo que no sabía ni qué compañeros nuestros estaban ahora mismo en Madrid.
-Le he mandado un mensaje a todos los que están aquí. De momento me han confirmado Cepeda, Mireya, que viene con Álvaro y estoy esperando a que me llame Roi, que iba a preguntarle a Almaia y Miriam, porque están los cuatro juntos por lo visto- mi corazón se aceleró ante la mención de la gallega, confiaba en Roi y en su poder de convicción.
-Bueno mira, por lo menos si viene la leona por fin dejaremos de soportar la cara e vinagre de aquí mi prima- puto Ricky y puta Mimi que se estaba riendo a carcajadas- te perdono por eso Mimi.
-Iros a la mierda ¡LOS DOS!
-Es broma Anita, aunque no nos puedes negar que cada vez que te la mencionamos o hablas con ella se te pone una cara de cachorrito degollado.
-No se me pone ninguna cara, es sólo que tengo muchas ganas de verle- en realidad si que estaba empezando a entrar en un bucle de desesperación con ese tema, pero no les iba a reconocer eso, era como darle vía libre a que se burlasen e mí.
-Podrías escribirle para preguntarle tú misma, así le dejas caer que tienes ganas de verle
-Ya hemos hablado eso Mimi- dije más seria de lo que quería.
-Vale vale, como quieras- levantó los brazos en señal de rendición.

En ese momento apareció el nombre de Roi en la pantalla del móvil de Mimi y se lo tiré, impaciente por saber lo que le decía.
La muy capulla se fue a hablar a la terraza, no sin antes guiñarme el ojo riéndose.

-Espero que tengas todavía el vestido ese negro con transparencias, porque esta noche tienes que ir vestida para matar amiga- dijo Mimi entrando al salón.
-¿Vienes los cuatro?- intenté no sonar muy desesperada, pero por las risas de mis amigos creo que fallé.
-Si, los CUATRO- dijo Mimi remarcando la última palabra.
-Bueno Warmis, empieza la operación: “LA BIKINA QUE SE COMIÓ A LA LEONA”- ¿en serio Ricky? Algo tan ridículo solo podía salir de él.

Entre bromas y risas nos empezamos a organizar para la noche, a ver que nos deparaba. Por lo menos Ricky ya había cambiado el chip y había decidido que Kibo no iba a estropearle la fiesta.


(NARRA MIRIAM)

Alfred, Amaia y Roi ya se habían ido hace un rato. Yo estaba ahora mismo intentando elegir uno de los cinco conjuntos que había sacado para esta noche. Al principio, cuando Roi nos dijo que Mimi había llamado para decirle lo de la fiesta, me plantee decirle que no y escribirle a Ana para que se viniese a cenar a casa como ya había planeado, pero la verdad es que tenía muchas ganas de ver a los bailarines y no sabía cuando iba a ser la próxima vez que coincidiéramos todos. Además, a Ana iba a verle de todas formas.

Al final me decanté por un mono negro, que tenía bastante escote. Quería dejar a la morena sin aliento esta noche, que no pudiese apartar los ojos de mí. Desde que volvimos no he podido dejar de pensar en la escena del baño, en los besos robados del día siguiente, en la despedida del lunes, dónde nuestros compañeros tuvieron que separarnos literalmente. Me moría de ganas de besarle de nuevo y por supuesto de jugar, me encantaba provocarle.

Roi y Crislo vinieron a casa una hora antes porque habíamos quedado para tomarnos unas copas antes de coger juntos un uber. Cuando llegó el coche nosotros ya estábamos un poco “achispados”, pero mejor así, el alcohol me ayudaba a no pensar ya dejarme llevar, que es precisamente lo que me apetecía esta noche.

Llegamos a la discoteca que nos había dicho Mimi y uno de los porteros nos guio hasta el reservado que había contratado Naima, la verdad es que no nos había engañado, estaba apartado, en la planta de arriba y con cristales oscuros, por lo que nadie podía molestarnos ni vernos. Al llegar, me lancé corriendo a los brazos de Rafa, adoraba a este chico. Después de saludar a todos los chicos me fui a saludar a las chicas, que estaban sentadas en los sofás.
No me pasó inadvertido el repaso que me dio una de ellas, ni como me dio un beso más largo de lo normal cuando le saludé.

*Bueno pues aquí tenéis el siguiente, ¿quién será la bailarina que quiere comerse a nuestra leona?

PROMESAS (IN)CUMPLIDAS   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora