SEXTO MES

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PRIMER SEMANA

La empleada le había dejado su celular a Oliver para que hablara en privado con Kellin y eso era bueno ya que ambos tenían que decirse muchas cosas.

Oliver seguía en cama, ahora usaba una mascarilla de oxígeno pero se la había quitado para poder hablar con Kellin. Al respirar un pequeño silbido se escuchaba por su profunda respiración.

-mi padre podría buscarte... -le dijo Kellin- podrías volver conmigo.

-eso sería genial pero no me dejarían subir a un avión en mi estado actual. -le respondió Oliver mirando el suero a su lado y después volvió a ponerse la mascarilla un momento.

Kellin se quedó callado un momento.
-¿cómo te enfermaste?

Oliver se quedó pensando. Todo había pasado poco a poco y con el pasar del tiempo así que no entendía muy bien eso pero tenía una noción. Se sacó la máscara de oxígeno.
-fue cuando vine aquí.

Kellin suspiró.
-es como un lazo... -dijo en voz baja- ambos nos enfermamos porque estamos alejados.

Oliver sonrió amargamente.
-si tú mueres yo muero... pero tú no puedes morir. -le dijo en tono firme- tienes que seguir por Copeland. Ambos saldremos de esto... -se frotó un ojos y tomó aire como pudo- escuchame Kells, eres todo para mi y nuestra hija también lo será. -del otro lado de la línea de escuchaba como Kellin se había puesto a llorar pero aún así Oliver siguió hablando- el día que te vuelva a ver no te soltaré jamás porque no me arriesgaré a que esto nos vuelva a pasar, porque te amo demasiado como para escucharte llorar a través del teléfono a miles de kilómetros de distancia.

-te amo... -le dijo Kellin con la voz temblorosa- seré fuerte. Por favor, tú también debes serlo porque en cuanto estés mejor mi padre podrá ir por ti. Huye conmigo por favor.

Oliver cubrió su rostro con su mano y sonrió sintiendo una enorme presión en su pecho. Mezcla de alegría y tristeza.
-huiré contigo. Porque eres mi océano... aún me quedan cosas por descubrir de ti.

-si yo soy el océano, tu eres el universo... -le dijo Kellin con voz suave- sé tanto sobre ti, eres hermoso y te ves tan lejano.

Oliver se mordió el labio inferior un momento y después soltó una risa amarga.

-Oliver... -dijo Kellin con voz clara- Oliver Scott Sykes... no sé como terminará esto pero si el océano llegase a consumirse asegúrate de que se convierta en la estrella más brillante que flote en el universo.

Oliver soltó otra risa amarga y un par de lágrimas salieron de sus ojos que se encontraban entrecerrados.
-el océano no puede ser una estrella, el océano estará presente siempre...

Un suspiro se escuchó por parte de Kellin.
-Oli... el océano siempre será parte de la tierra y del universo así que prometelo.

Oliver secó las lágrimas con su mano y susurró contra el teléfono.
-lo prometo.

SEGUNDA SEMANA

-Ya levantate Oliver, basta de éste drama. -le dijo su padre mientras lo tomaba del brazo.

Oliver estaba acotado en su cama con el suero inyectado y su mascarilla de oxígeno. Estaba pálido y más delgado, su cuerpo temblaba constantemente como si tuviera frío y en parte así era, a su cuerpo le costaba mucho generar calor por eso estaba bajo pesadas mantas.

El padre de Oliver no lo había visto en esos meses, se los dejaba a los empleados pero ahora lo necesitaba porque estaban planeando la fiesta de compromiso de él y Amanda.

-mierda, estás matándome. -habló Oliver con voz áspera mientras intentaba liberarse del agarre de su padre, aunque le fue imposible por su estado.

If I'm a Ocean, You're a Universe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora