17. la fiesta: segunda parte

122 20 8
                                    

Kellin y Oliver subieron a la casa del árbol para beber unas cervezas.
La cosa era que ambos estaban hablando de sus ex parejas y decidieron olvidarse de ellos, había que extirparlos y seguir. Entonces allí estaban Kellin y Oliver con unos cuchillos raspando la madera de la pared en donde estaba el corazón con el nombre de Oliver y el apodo de su ex.

No tardaron mucho en lograrlo y lo hacían a penas con la luz que entraba del patio. Ambos dejaron de tallar y sonrieron satisfechos. Ya no se veía bonito pero ya no estaba esa inscripción.

-excelente. -dijo Oliver con una sonrisa y dejó el cuchillo a un lado.

-ahora somos carpinteros profesionales. -dijo Kellin dejando su cuchillo a un lado para agarrar la cerveza y darle un sorbo.

Ambos se sentaron juntos sobre los pequeños fragmentos de aserrín que había caído de la pared.

-Bueno, lo logramos. -dijo Oliver mientras agarraba su botella de cerveza y después miró a Kellin- me daba miedo que no vinieras.

Kellin le sonrió.
-¿te daba miedo?

-si. -respondió Oliver- iba a ser muy aburrido si no venías, además no sé si estas cosas son tu estilo.

Kellin suavizó su sonrisa. Está era la primer fiesta en la que estaba y estaba bastante divertida pero no iba a decirle eso.
-son mi estilo. Quizás un poco. -bebió su cerveza.

-quizis in pici -dijo Oliver- acepta que mis fiestas son geniales.

-no. -dijo Kellin dejando su cerveza a un lado.

-te obligo mejor. -dijo Oliver también dejando su cerveza y acercándose a Kellin.

Kellin rió ligero y se arrinconó ladeando su cabeza.

Oliver aprovechó ese movimiento para acercarse a su cuello y comenzar a dejarle pequeños besos.

Kellin rió ligero.
-se siente bien. -murmuró y se escapó de Oliver moviéndose hacia otro lado.

Oliver siguió a Kellin que iba gateando hasta la salida de la casa del árbol. Lo atrapó y ambos cayeron al suelo. Ambos se quejaron.

-¿estás ebrio Oli? -le preguntó Kellin  porque ese movimiento algo torpe le había extrañado, después se incorporó sentándose un momento para quitarse su campera de cuero.

-no, pero el alcohol pone tonto a mi cuerpo y agiliza mi cerebro. -respondió Oliver con determinación. Quizás estaba un poco entonado.

Kellin rió ligero y Oliver se posicionó sobre él. Ambos se quedaron mirando.

-tengo una enorme casa con casi 30 habitaciones y nosotros nos venimos a jugar aquí. -dijo Oliver en tono irónico.

-lo sé, somos geniales. -respondió Kellin en tono divertido.

Oliver sonrió grande y se acercó a Kellin. Ahora ambos se contemplaban casi inmersos en la oscuridad.

-recuerda la promesa Kells. -le dijo Oliver- pero recuerdalo siempre.

Kellin sonrió y pasó sus brazos por alrededor del cuello de Oliver.
-claro, es importante para mi.

-y para mi también. -respondió Oliver y se acercó para dejarle un beso en la frente.

Kellin rió ligero y le dejó un beso en su mejilla.

-me gusta. -murmuró y besó el mentón de Kellin.

Kellin ladeó su cabeza y corrió su cabello hacia atrás.
-a mi también me gusta.

-ya que estamos a solas deberíamos seguir. -propuso Oliver y acercó sus labios al cuello de Kellin para continuar con sus pequeños besos.

-si. -respondió Kellin y acomodó sus piernas para dejar a Oliver entre medio de ellas.

Oliver levantó a penas un poco la camiseta de Kellin y lo quedó mirando a la cara expectante de alguna reacción ya sea negativa o positiva para saber si continuar.

Kellin sonrió grande mientras lo observaba y eso fue suficiente.

Oliver levantó la camiseta de Kellin y comenzó a dejarle besos en su pecho.

Kellin soltó una bocanada de aire y sintió un calor subir a sus mejillas mientras entrecerraba sus ojos.

Poco a poco los besos que Oliver le dejaba comenzaron a ser más húmedos y comenzó a recorrer todo su torso. Un intenso aroma a fresas se sintió en el aire cuando Oliver llegó a besar uno de sus pezones y se detuvo un momento al sentir el intenso perfume.
-es muy rico. -murmuró.

Kellin asintió con su cabeza y vió a Oliver pasar su lengua pobre su pezón, entonces Kellin soltó un jadeo e inundó otra vez la atmósfera con su perfume.

Oliver cerró sus ojos sintiendo como ese dulce aroma invadía sus sentidos y se puso a la altura de Kellin para mirarlo a la cara.

Kellin tenía sus labios entreabiertos, sus ojos brillaban y su respiración estaba pesada y lenta.
-Oli... -susurró.

Oliver acercó su cuerpo al de Kellin para quedar en completo contacto. Ambos soltaron un suspiro y sus frentes quedaron juntas.

Oliver se acomodó encima de Kellin y comenzó a moverse lentamente creando fricción entre sus miembros por encima de su ropa.

Kellin quedó boquiabierto. No se esperaba nada de eso, pero se sentía bien y sólo cerró sus ojos sintiendo como comenzaba a excitarse.

Oliver contempló el rostro de Kellin y siguió moviéndose. El calor iba invadiendo el cuerpo de Oliver y el ambiente se vió envuelto de un intenso aroma a almendras, entonces decidió apartarse.

-espera... -le dijo Oliver incorporándose y tomó la mano de Kellin para acercarlo.

Ambos se sentaron. Tenían la respiración irregular y estaban sonrojados.

Kellin respiró hondo sintiendo ese perfume a almedras invadir el aire. Eso era nuevo para él y le parecía delicioso.

-estamos empezando mal... -dijo Oliver y suspiró- joder... ¿cómo pasó esto? -preguntó con una sonrisa al final.

Kellin sonrió también. Se sentía contento con todo eso. Oliver era un chico hermoso y todo a su lado era felicidad.
-creo que pasó como cuando te estás durmiendo... -dijo con voz suave- primero lentamente y de repente es de golpe.

Oliver sonrió grande ante esas palabras.
-hagamos que sea como un sueño entonces. -habló acercándose a Kellin- primero hagamos que parezca real y después desatemos la magia.

Y en ese momento ambos se unieron en un beso. Un beso lento y suave, un beso que terminaba de describir que era ese afecto que estaba creciendo entre ellos, era más que atracción, más que química...

If I'm a Ocean, You're a Universe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora