Primer Acto

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Si, así es, Lucar de la nada se volvió aquel bufón, ese que tomo los sueños de muchos e ilusiones de otros, como él querer ser él favorito de Octavio ya que se sabía bien los beneficios que llevaba él tenerle de lado, siendo así que sus actos le llevarían a la cima , con cada lágrima y gota de sudor derramada ante sus actos, podría llegar a llamarse "Bufón" a quien complace con él sólo verle, hay basta diferencia entre payasos, bufones y pierrot, un payaso el aquel encargado de dar alegría y felicidad con sus coloridos cabellos y trajes de diferentes tonos de color, suele usar la tradicional nariz color roja, siendo así que a veces le aplasta, causando que haga un sonido gracioso, nip, nip, nip, suele sonar al apretar esta, el bufón es quien hace reír viendo cosas de la realidad, haciendo ver la estupidez de su amo, ¿Pero cómo puede ser un bufón si amo? ¿Acaso es necesario tenerlo para ganarlo? No puede ser, salta al escenario y sin más da su acto, entusiasta mientras que sonríe al andar, sus proezas físicas le hacían excepcional, saltando de un lado a otro, mostrando su delicada y erótica figura ¿Quién podría creer que es un chico siendo de aquella manera? sin más, aquel pequeño de solo 5 años creció, hasta la grata edad de 17 años, pero la desgracia de él es que pese a su edad seguía viéndose menor, ¿Tragedia o ventaja? ¿Dicha o desdicha? aquella felicidad de entrenar su acto para él era inmensa.

— No, así no Lucar, tienes que alzar más tu cabeza.

Él menor yacía con la cabeza alzada levemente como si se esforzara.

—Cualquiera puede hacer eso Lucar, tú tienes que ser excepcional, alza más tu cabeza.

Exalta mientras que el sudor del cuello de Lucar caía sobre del suelo, alzando su mentón cada vez más, tratando de tener la altura deseada, puesto que ahora se encontraba suspendido en el aire, mientras que al estar sostenido de ambos brazos por los cortinas de ceda, endereza más su cuerpo mientras que el sudor quitaba algo de su maquillaje dentro de la máscara, notándose como escurría levemente.

—¡Vamos Lucar!

Exclama por lo que sin más, el menor termina por perder la fuerza cayendo. 

—¡Lucar!

Grita Octavio asustado al subir al escenario logrando atrapar a Lucar, quien se le veía el rostro cansado. 

—Es mejor que paremos ahora, no quiero que llegues a lesionarte.

—Pero, pero.

—Sin peros, ahora vayámonos.

—Pero yo quiero continuar papá, sé que esta vez lo puedo hacer bien, por favor déjame hacerlo nuevamente.

—no debes de esforzar tu cuerpo Lucar, debes de cuidarte delo contrario...

—Pero papá.

Se coloca de pie estando firme.

—Quiero que todos vean lo que me has estado mostrando, sé que aún no es suficiente pero yo quiero que todos vean tu grandeza, por lo tanto.

Se sostiene de una de las cortinas de seda las cuales yacían colgadas.

—Seguiré, y seguiré entrenando pese a lo que pase, quiero demostrar que un payaso y un bufón pueden hacer grandes cosas yo... 

Se sostiene de las cortinas con fuerza comenzando elevarse en el aire.

—Yo seré aquel que la multitud ovacione de pie.

Comienza a llegar a la cima, balanceando su cuerpo de lado a otro mientras que los actos acrobáticos que se dieron en el aire impresionaron un tanto a Octavio.

—Yo seré aquel por el que las personas paguen por ver, yo seré quien dirá y se cierra el telón yo... yo seré.

Logra quedar con la cabeza y la altura correcta mientras que sus cabellos llegaban a tocar su pies por la posición dada.

Los Sueños Del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora