Mar & Sol (Marisol)

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Julio no podía creer que su amada mujer era quien se encontrara en esos momentos en brazos de aquel hombre quien la apresaba con fuerza y fiereza

—No...

No lo podía creer, que fuera su amada quien estuviera entre los brazos de un aparente a desconocido quien sería el ausente de toda su locura y amargura

—¡No!, esa no puede ser Rosa

Gritaba en medio de su desesperación, la rabia, la ira que sentía dentro de si mismo al ver como es que la única mujer que había amado durante toda su vida y que le correspondía se encontraba en brazos de otro hombre cuando ella le había jurado eterna lealtad

—Todo fue un sueño, una simple farsa que se desapareció durante todo este tiempo... ¿Qué me hizo pensar que ella estaría conmigo? Por favor si y soy su padre... ¿Qué esperaba obtener de este enfermizo y corrupto amor?

Cabizbajo se dispuso a irse del lugar, más sin embargo quería perderse entre sus pensamientos intentando no cometer una locura que sería lo más lógico en ese momento de ira y rabia, pretendía entrar a aquel lugar y encargarse de todo eso el mismo, pero era bien sabido que el amor que tenia hacia su hija era inmenso que no podía hacerle daño de esa forma

—¡No ya basta, déjame en paz!

Se escuchaba que gritaban desde el interior de aquel camerino, pero para la desgracia de Rosa su amado Julio se había retirado del lugar ya que no quería ser testigo de cómo es que su amada se entregaba a otro

—Ya basta, por favor malditos pensamientos salgan de mi mente

Este se encontraba rumbo al circo percatándose de un par de fenómenos, o más bien uno, eran dos chicas que estaban unidas al mismo cuerpo, pero se veían demasiado alegres.

Debido a la superstición de Bonifacio hacia esta clase de personas Julio les tenia un tremendo pavor, así como asco incontrolable

—Pero vieras de ver la cara de esta chica

—Si la vi, realmente me causaba lastima

Se encontraban hablando aquellas gemelas que parecieran venir del circo Bargue, así que la curiosidad le invadió terminando por escuchar aquella tan interesante platica entre las gemelas siameses

—Si, lo malo del caso es que el señor Bonifacio no nos haría caso por nuestra condición

—No te preocupes hermanita, si lo amas demasiado podrías cortarme la cabeza y de esta forma tu te quedarías con el cuerpo no hay problema por mi

—¿Pero que cosas dices Mar? Si sabes que no puedo vivir sin ti... Mi Mar

Ambas sonrieron de forma perversa besándose a si mismas mientras que se encontraban tocándose sus zonas intimas, en ello Julio sale de entremedio de la maleza jalando de su escote alzando a estas

—Me canse de escucharlas, ahora díganme todo lo que sepan acerca de la chica que comentaron, ¿Cómo era ella? ¿Tenia cabellos color rosa? ¡Hablen de una vez carajo!

—Nosotras no sabemos nada

—¿A no? Bien ustedes así lo han querido

Toma la cabeza de una de estas comenzando a jalarla con fuerza, así como si quisiera arrancarla, al grado de que se podía apreciar claramente como es que su piel se transparentaba casi con la intención de cortarla, hasta que finalmente paso, logro gracias a su fiereza del ataque cortar pedazo de la piel de una de ellas

—¡No digas nada!

Se podía escuchar que gritaba una de ellas mientras que jalaba la cabeza

Los Sueños Del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora