Recuerdos Carmesí

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Ante la repentina caída de Octavio ante los pies de Alucard quien le había hecho creer que se había ido le toma en brazos limpiándole de todo rastro de sangre, llevándolo hacia su habitación donde se encontraba Lucar, quien al verle queda algo asustado debido que le vio su trasero al inyectarle, pero al notar que quien traía en brazos era su padre algo asustado comenzó a tratar de gritar

— aaahhh, aaahhh — jadeaba Lucar al tomar de los brazos de Alucard a Octavio, pero no le dejaba al menor acercarse siquiera

— espera, tu padre está bien, solo que está dormido si me permites poder hacerle despertar

Pese al leve retraso en el cual se encontraba Lucar podía comprender perfectamente la situación, sabía demasiado bien que Octavio no se encontraba en lo más mínimo bien, ya que jamás se había quedado en aparente a dormido siendo de día, pero después de haber sido inyectado esperaron ambos unos minutos, para después ver cómo es que abría levemente sus ojos

— ¡Papá! — exclama con extrema felicidad Lucar quien al parecer ya no tenía seña alguna del temible resfriado de la mañana

— vez de lo que te hablaba Octavio — mira a él joven

— bien, iré — se acomoda levemente de pie — pero siempre y cuando Lucar no se entere más de esto, que quede entre nosotros, sobre todo nada de contarle de este incidente a Bonifacio

— así será señor Octavio, Lucar tienes un padre valiente — sonríe de manera cálida mientras que Lucar se esconde tras de Octavio sacándole su lengua

Cuando por fin Alucard se retiró del lugar Octavio tomo de la mano a Lucar saliendo de la cama ayudándole a vestir con algo de ropa contra del frio saliendo antes de que Bonifacio les atrapase;

— quiero enseñarte algo, espera aquí

Le ayuda a colocarse su gorro, así como a colocarse orejeras, bufanda y una gruesa chamarra mientras que él se coloca lo mismo, así como por debajo unas mallas tomando al menor ayudándole a salir de la habitación, así como el, no sin antes dejar u a carta escrita para Bonificación, por fuera solo se alcanzaba a leer

De: Octavio, para: Bonifacio.

cuando a ese lugar la dicha estaba por ser retomada de una manera algo helada no hubo impedimento alguno, Octavio estaba decidido a mostrar a Lucar la maravilla de su hogar, fuera del lugar se encontraban de igual manera los letreros de cerrado, puesto como Lucar sr había enfermado no podían dar seguimiento a su acto, ya que era quien habría lado de su padre la función

— quiero que veas esto pequeño

Al retirar las manos de los ojos de Lucar pudo apreciar una tenue capa de hielo cubrir todo el lugar, así como de igual manera la escarcha se encargaba de proteger los árboles de quemarse del frio, las carreteras estaban totalmente tapizadas de hielo, las banquetas no se podían distinguir por la espesura de la nieve, ese escenario fue tal que a Lucar le hizo recordar cuando llegaba a jugar de pequeño con su padre

— ¿puedes escuchar cómo es que el silencio abraza a esta helada mañana? — abraza por la espalda al menor — ¿puedes ver cómo es que la pureza de la nieve parece inquebrantable? — toma su mano con delicadeza a la vez que le lleva hacia los interiores de la nieve — ¿puedes sentir la suavidad con la cual la naturaleza se expresa? — estar en el centro de la nieve le da media vuelta dejándole ver la carpa del circo estando cubierta de nieve — ¿puedes ver cómo es que se nos bendice con tu llegada mi amado Lucar?

Le hace admirar deseo donde se encontraba la nieve para llevarlo por un sendero de árboles helados que de alguna extraña manera les llenaba a ambos de calidez

Los Sueños Del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora