Brenzie a better ship name?

Buscando

Mackenzie pov
Estaba estática, no era capaz de moverme. Todo a mi al rededor se había parado, por un momento incluso parecía que mi corazón no latía, he incluso prefería eso al echo de que Johnny hubiese desaparecido. ¿Se había ido él? ¿Lo habían secuestrado? ¿Qué rayos estaba pasando?
-Mamá que hacemos.- Pronuncié a duras penas cuando conseguí salir del trance en el que había caído.
-Pues buscarlo por todas partes, no los queda otra.
Y no me lo pensé dos veces. Salí de casa corriendo hasta llegar al parque. Quizás había ido ahí, o puede que fuese yo porque me recordaba al parque de Canadá, a la entrada secreta. Supongo que tenía la esperanza de que el también recordase eso, de que aún le importase lo suficiente como para recordarlo.
Pero cuando llegué busqué por todo el parque y no había ni rastro suyo. Las lágrimas ya bajaban libres por mis mejillas. ¿Por qué el mundo es tan cruel?
Volví a casa y cuando estaba a punto de entrar al baño, alguien tiró una piedra contra mi ventana. Me asomé a ella y lo vi.
Bajé corriendo a la velocidad de la luz, las escaleras, abrí la puerta y me dirigí al lateral derecho de la casa, encontrando me directamente con sus ojos. Y se me formó una sonrisa en la cara, no pude evitarlo solo hacía un par de horas que no estaba y ya pensé que se me caía el mundo en cima. Corrí hacia él y lo abracé con fuerza, puede que incluso más de la necesaria. Pero que se fastidie, y si no que no me hubiese asustado de ese modo.
-Mackenzie... No puedo respirar.
Yo lo solté un poco a regañadientes.
-¿Se puede saber donde estabas? Me asustaste. Bueno a mi y a todo el mundo.
-Quería despejarme un poco la mente.
-¿Y por eso desapareces?- Y no lo evité le pegué en el brazo con la poca fuerza que conservaba.
-¡Auch!
-Te lo tienes merecido.
-No sabía que te importaba tanto.- Dijo con sonrisa pícara.
-Eres mi amigo, me preocupo por ti. Pero que no se te suba a la cabeza, que no eres Lauren.
-Qui ni iris Lirin.
Yo reí. Y fue ahí cuando me di cuenta de que puede que me duelan los comentarios de la gente, puede que me moleste y me haga daño que mi madre le preste más atención a mi hermana que a mi, pero todo se simplifica, todo duele mucho menos cuando estoy con Johnny. Él siempre es capaz de hacerme sonreír, saca lo mejor de mi aunque prácticamente me esté pudriendo. Por eso y por muchas otras razones más me enamoré de él, y por esa y muchas razones más, sigo enamorada de él.
-Ahora enserio. ¿Por qué te marchaste tan bruscamente?- De verdad que quería saber lo que había pasado en realidad. Pero temía que fuese algo malo.
Él cambió su semblante a uno un poco más serio y desvío su mirada hasta sus pies.
-Mi padre quiere que deje de dedicarme a la música durante un tiempo para que me vaya con él a Londres. Ya sabes lo han contratado allí y quiere que me vaya con él una temporada.
No podía hablar enserio. No ahora, que me acababa de dar cuenta de que con él todo era felicidad, de que si ya me contaría dejarlo marchar a Canadá, sabiendo que lo podré ver casi cuando quiera; cuanto más a Londres.
¡Londres!
Dios esto es demasiado. Juro que so hoy con tantas penas no me da algo, es que soy inmortal.
-¿Cuándo te vas?- Dije intentando no parecer demasiado triste.
-No pienso irme. De echo eres la única que sabe que he aparecido.
Me quedé con los ojos muy abiertos. Tanto que creo que se me iban a salir de las órbitas.
-¿Por qué monte importa que yo lo sepa?
-Porque necesitaba hablar contigo, desahogar me.
Me gustó el echo de que confiase en mi. Y Mo pude evitar a la vez sentirme un poco mal. Él poniendo toda su confianza en mi, incondicionalmente y yo a la primera de cambio ya creía que estaba con otra.
Entonces, para mi mala suerte, me dejé llevar por el momento y sintiéndome acalorada me remangué el brazo izquierdo de la sudadera lo suficiente como para que viese mis cortes. Enseguida reaccioné y lo bajé, pero él ya se había dado cuenta.
-¿Mackenzie que fue eso?
-No se a que te refieres.- Dije haciéndome la boba.
Johnny no le dio más vueltas y me destapó ambos brazos dejando ver todas las heridas que me había echo tan solo unas horas atrás. Lo que te puede cambiar la vida en un momento.
-¿Mackenzie por qué te hiciste eso?- Dijo mirándome enfadado mientras apretaba los puños.
Mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas pero no cayó ninguna.
-Contestame por favor.
-Solo no soportaba ni un segundo más. Estaba harta de todo, del mundo de que las personas solo me utilicen...
-¿Esto es por Brandon?- Dijo interrumpiéndome mientras revolvía su pelo.
-No. Eso solo fue la gota que colmó el baso.
-Kenzie, necesito que me prometas que no volverás ha hacerte esto nunca más.
Yo asentí.
-Pero solo si tú también me prometes hablar con tú padre para solucionarlo todo. Creo que escapar no ha sido tú mejor baza para quedarte.
Él asintió.
-Luego te cuento.
Y volví a asentir.
Y cuando iba a marcharse se despidió de mi dándome un beso en la mejilla. Un leve cosquilleo se instalo en esa parte de mi cara, y pude sentir como me subían los colores, y como una sonrisa se dibujaba en mis labios.
Entré en casa sintiendo que lo que había pasado esta mañana y a la hora de comer, ya no tenía ni la más mínima importancia, aunque si tenía pensado disculparme con mi madre. No tenía pensado perder el afecto que me tenía.
Así que cuando entré en casa no me esperaba para nada lo que venía.