Carta

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Mackenzie pov
Llevaba dos meses ingresada en el hospital y cada vez me encontraba peor. Todos me decían que tenía que ser fuerte que ellos estarían a mi lado y que yo podría con cualquier cosa pero... ¿De verdad lo pensaban? Porque yo no. Me había cortado porque era débil, no fuerte, porque soy una persona sensible que no encuentra su lugar en el mundo, y que en el único lugar donde se siente cómoda llorando es entre los brazos de su novio.
Durante estos dos meses había intentado no llorar delante de nadie, aparentar ser la chica dura que todos esperan que sea y se que a ellos les pasa lo mismo. Todos los días veo sus ojos rojos he hinchados de tanto llorar, pero desde mi primer día en el hospital salvo a mi madre nunca he vuelto a ver a nadie llorar. Se que ellos piensan que así me ayudan y no voy a mentir, me siento mejor sabiendo que de vez en cuando puedo sacarles una sonrisa o al revés, pero la situación cada vez se complica más. Tenía fiebre todos los días y nunca había sido inferior a 39.7°, había perdido el apetito por completo y tenía sudores nocturnos desde hacía más de un mes, y aunque los médicos le habían asegurado a mi madre que era algo bueno que aún no presentase todos los síntomas de la enfermedad, nunca llegaron a poder decir que me salvaría. Desde el segundo días después de que me ingresaran empecé con la quimioterapia, y aunque aún no he perdido demasiado cabello, empiezan a notar se calabas en mi cabeza. Me agrada saber que cuento no solo con el apoyo de mi familia y mis amigos si no que también cuento con todo el apoyo mis fans que son maravillosos y de algunos compañeros con los que había llegado a trabajar. Incluso Sophia que se había comportado como una verdadera zorra conmigo, me había venido a visitar al hospital; quería transmitirme su apoyo en persona y decirme que a pesar de todo lo que había pasado jamás le desearía un mal como el mío a nadie. Supongo que incluso el peor de los monstruos (en este casa la peor) tiene cargos de conciencia.
No voy a mentir la quimioterapia es dura, mucho más de lo que me había imaginado en un principio y aunque intento llevarla con la mayor calma y normalidad posible, no lo consigo, todas las noches sin que nadie se de cuenta lloro del dolor que me causa y cuando dejo de llorar por eso, empiezo a llorar por el dolor que le causa mi situación a las personas que quiero. Desde hace dos meses mi madre, y Johnny casi no han salido de mi habitación para nada, al igual que mi hermana y mi padre aunque ellos no se quedaban a dormir; Lauren y su madre, Nadia y Ruby que había venido en cuanto me contó la noticia su hermana, y Hayden se habían quedado en las sillas que se encuentran fuera de la habitación. Algunas noches dormían ahí, otras, cuando se encontraba demasiado cansados se iban a la casa que había alquilado la madre de Lauren cerca del hospital, ya que desde hace casi un mes su padre tuvo que irse, por su trabajo y el contrato de alquiler que tenían en la otra caja ya no servían, por lo que aprovechó para alquilar una que estuviese más cerca.
Y aunque agradecí y agradezco tanto esfuerzo me duele que no sigan como siempre, que no vivan sus vidas, que las hayan parado para quedarse conmigo. Y aunque no cabe duda de que me siento halagada y afortunada me gustaría que por que mi vida se esté yendo a pique ellos hagan lo mismo con mas suyas.
Hoy me tocaba quimioterapia de nuevo, lo que significaba que cuando yo me fuera entrarían todos a mi habitación esperando a que volviese para preguntar me como había ido, como siempre. Así que decidí escribirles una carta, quería contarles todo lo que no conseguí decirles durante estos dos meses en los que hemos todos en el hospital, porque aunque yo fuese la única enferma, todos estuvieron conmigo, dándome ánimos, sin separarse de mi para nada, ni siquiera para pensar durante un segundo en ellos mismos.
Así que me puse a escribir hasta que vinieron a buscarme.

Maddie pov
Acaban de llevarse a Kenzie a quimioterapia por lo que por fin dejé escalar mis lágrimas, como hicieron la mayoría de los presentes en la decadente habitación de hospital donde había estado encerrada ella durante dos meses.
Y cuando me dispuse a sentarme en el sillón vi que debajo de las sábanas de la camilla había un papel escrito. Era una carta. Y era de Kenzie. Comencé a leer en alto mientras los demás escuchaban con atención:

Brenzie a better ship name?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora