Capítulo 7.

579 25 8
                                    


• Narra _____ ↓

No sé cómo hize eso, nunca me había desahogado de esa manera con nadie, ni con un psicólogo.

Ahora me encontraba llorando, llorando por recordar lo que fue una parte de mi vida, una parte que para muchos se convertiría en algo traumante, pero para mí solo en algo triste. Muy triste.

-_____... No pensé que te había pasado algo tan terrible... Lo siento...- susurró- ¿Cómo te puedo ayudar?

- Abrazame

- ¿Que?

- Abrazame. Por favor, es lo único que necesito. Un abrazo.

Se acercó lentamente hacia mí y me rodeó con sus brazos. Me dió su hombro para llorar, olía bien. Exageradamente bien.

Mientras lloraba, él me abrazaba cada vez más fuerte con cada sollozo que daba y me acariciaba el pelo.

- Ya está, ya pasó. Yo te voy a proteger.

Escuchar estas palabras me hizo comprender que eso era lo único que necesitaba escuchar, y que el no me mentía: me iba a proteger.

Cuándo me empezé a calmar, sentí que dejaba besos suaves en mi pelo, tranquilos, pero sabía que escondían una pasión incontenible.

- Che _____, ¿Vos sabes dón...? Uy, perdón chicos. No ví nada.- La puta madre que te parió Mike

Nos separamos rápidamente, miré a Billie y le dirigí una mirada de agradecimiento, después me fui al living.

- Sos un pelotudo.- Escuche decirle Billie a Mike. Reí por lo bajo.

- Waches, yo me voy yendo, gracias por todo.

- Te acompaño.- Dijo Billie

- Bueno dale, vamos. Chau chicos- me dirigí a Mike y Tré.

El trayecto hasta mi casa fue en silencio, pero no en uno incómodo, si no en uno de los más lindos que había vivido. No hacía falta hablar, ya sabíamos todo.

Cuándo llegamos a la puerta de mi casa, le ofrecí a Billie pasar y este aceptó.

- Te advierto que es un quilombo, me mudé hace una semana y todavía vivo entre cajas e instrumentos.

- No pasa nada, peor que la mía no puede ser. - Comentó riendo.

- No lo creas

Subimos las escaleras ya que el ascensor se descompuso y al entrar vi su cara de asombro.

- Esta casa es increíble... Cómo vos.

Reí nerviosa- gracias, igual no es para tanto.

- Parapara, ¿Que cosa no es para tanto?

- Las dos

- Esta casa es increíble, llego a vivir acá y no salgo ni para comprar polenta, es el paraíso de la música punk... Y nena, sos increíblemente hermosa.- Me sonrojé.

Vi cómo se acercó lentamente hacia mí

- Sos tan linda cuándo te sonrojas

- Y vos sos un chanta- reí

- ¿Chanta? ¿Por que?

- Por que eso se lo decís a todas

- Nada que ver... Solo a vos.

En estos momentos el nivel de calentura sexual que reinaba, provocaba que nuestros tonos de voz sean leves y sensuales

- Ah ¿Sí? ¿Me vas a decir que solo a mi me tenés ganas?- Rió

Basket Case. [BJA & _]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora