Después de despedirme de Suga y Jin, tomé mi móvil y salí del departamento. Había quedado con JungKook de salir para distraernos de la semana tan pesada que habíamos tenido en la universidad por los exámenes; no me gustaba mucho que Kook estuviera un año más arriba que yo ya que esto hacia nuestros encuentros fuesen de tiempo contado, y debía admitir que la compañía de él castaño era lo que le daba un toque de alegría a mi vida, sin embargo, a veces era bueno tener un poco de privacidad, ya que así podía escribir sin distracciones para mi clase de literatura avanzada. En ese tema también entraba el chico de ojos platinados, ese que se había vuelto un dolor de cabeza los últimos días ya que diariamente lo veía en esa clase. La primera vez que puse atención a su nombre, no pude sacarlo de mi cabeza. En todo lo que pesaba era “Jimin, Jimin, Jimin”. Mi mente era un collage de su nombre escrito en diferentes tamaños y tipos de letras,
Desde aquel día que me pilló en los vestidores no volvimos a hablar. Las miradas solo eran encuentros que tenían nuestros ojos sin siquiera poner atención a lo que decían las pupilas del contrario. Pero en mi caso era como si supiera que estaba ahí y mis ojos lo buscaran inconscientemente, aunque aún me planteaba que fuese porque en realidad quería verle.
Verlo por los pasillos o en el comedor era un constante nerviosismo de mi parte, él parecía no darse cuenta de mi presencia. Aunque por curiosidad, y una extraña necesidad, quería verlo, me conformaba viendo su nuca en clase de literatura desde mi asiento al final de la clase, viéndolo como una acosadora cuando hacia ese ademán que tenía de pasar su mano entre el sedoso cabello con que contaba mientras tontamente trataba de concentrarme en mi escritura o en el maestro explicando. Igual me gustaba observarle caminar de esa manera tan suya al finalizar la clase mientras mantenía la cabeza baja y la mirada clavada en su celular.
Me llamaba mucho la atención la forma en que se metía en problemas y se ponía furioso por cualquier cosa por más mínima que fuera, y también me sorprendía que sus amigos le siguieran, y no lo decía literal, sino porque si él se metía en problemas, todos recibían el castigo por él, ¿Eso es a lo que le llaman hermandad o será que son unos idiotas y les gusta ser castigados?
—Sury —la voz del castaño me hizo salir de mi ensoñación formando una sonrisa cuando besó mi mejilla.
—Hola, JungKookie —comenzamos a caminar mientras platicábamos de cosas sin sentido y reíamos por cualquier cosa que se le venía a la mente a cualquiera de los dos, hasta que decidimos comprar batidos.
—No tardo —asentí y el castaño se giro andando hacia la barra para pedir los batidos; decidimos tomar una mesa con vista hacia el parque ya que a ambos nos gustaba, eso y porque era la única mesa desocupada y no queríamos tomar nuestros batidos sentados afuera del pequeño local o quedarnos parados.
A los pocos minutos Kook regresó con ambos batidos en sus manos, y con esa sonrisa tan suya que me hacía sonreír inconscientemente. Tomó asiento frente a mi y dejó la copa frente a mi.
—Chocolate —sonreí y tomé la pajita con mis labios antes de dar un sorbo que me hizo sentir esa explosión chocolatina en mi lengua.
—Es deliciosa —di otro sorbo incapaz de separar mis labios del glorioso sabor que inundaba mis papilas gustativas y gemí.
—¿Cómo te fue en tus exámenes?
—Por favor, Kook, no hablemos de escuela ahora —hice un puchero volviendo a tomar la pajita entre mis labios y asintió revolviendo con la suya su malteada.
—La próxima semana va a haber una fiesta en casa de un amigo ¿quieres venir?
—Sabes que no me gustan las fiestas, Jongkook.
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Hurt Me|Park Jimin
FanfictionSury, una chica quien le toma mucha importancia a los comentarios de los demás, llega a vivir con su hermano a Seúl, donde conoce a Jimin, un chico al que no le importa ser despreciado por su padre al no querer ser como él. Ambos de mundos distintos...