Tal vez no era necesario haberme alejado de Sury aún sabiendo que no tenía nada de malo relacionarnos, pero tenía que admitir que no me gustaría involucrarla en todo lo que estaba metido. ¿Me gustaba? No lo sabía, lo que tenía seguro era que sentía una enorme necesidad de protegerla, de saber de ella, de descubrir sus secretos y, si era posible, hacernos cercanos.
—Deberías de dejar de mirarla así, pareces un pedófilo —miré a Nam molesto y sonrió inocentemente antes de volver su vista a su móvil. Estábamos en las gradas, observando a todos en una de las horas libres que nos daban todos los días. Nam, Taehyung y Hoseok platicában entre sí y yo me dedicaba a mirar a la castaña que se encontraba al final de las gradas, escribiendo sin percatarse de que mi mirada estaba fija en ella.
—No puedo —bajé la mirada.
—Si tanto te interesa ¡háblale! No pierdes nada —me aconsejó Hoseok dándome una sonrisa y volví a mirarla, ahora estaba guardando sus libros en aquella gastada mochila negra que llevaba desde que empezó el año. Mordí mi labio y asentí. Tomé mi mochila del suelo abruptamemte y me dirigí gradas abajo, quería observar sus ojos otra vez, quería que me mirara con ternura como la última vez, quería ver reflejada mi imagen en sus nada usuales pupilas y quería que su imagen se quedara grabada en las mías. Algo loco, lo sé, pero quería que así fuera.
La seguí con algo de margen de distancia y se detuvo en su locker, me acerqué a ella y me recargué de lado de la puerta —¿Estás ocupada esta tarde?
—¡Mierda! —miré al suelo, donde ahora estaban sus libros y le ayudé con ellos. Tal vez debí de haber tocado su hombro antes de hablar.
—No quería asustarte —le entregué sus libros y los tomó sin levantar la mirada.
—N-No pasa nada, Ji-Jimin —apretó contra su pecho los libros y elevé una ceja, ¿estaba nerviosa?. Sonreí de lado.
— Sury —la llamé esperando que elevara la vista, pero no lo hizo, sólo hizo un sonido indicando que me escuchaba, pero yo quería que me viera —. ¿Podrías verme cuando te hablo? —apretó los labios y, tras un suspiro de su parte, elevó la vista hacia mi, ese destello que tenían sus pupilas era el que me motivaba cada día a querer despertar.
—Perdón.
—Deja de disculparte, no has hecho nada —me en cogí de hombros y seguí —: en fin, solo quería saber si...
—¿Te está molestando, Sury? —fruncí el ceño y giré encontrándome con el chico que siempre acompañaba a Sury a donde fuera. Decir que me caía mal era poco, simplemente no lo soportaba. Apreté la mandíbula cuando se acercó a la pequeña chica que sólo bajó la mirada.
—Tranquilo, Kook, solo hablábamos, es todo —su voz, su jodida voz. ¿Tenía que tener un timbre tan dulce?
—¿Segura que no te estaba molestando? Porque si es así puedo arreglar eso —Jongkook me miró apretando los puños y solté una ristra ante su nada ruda actitud.
—Podría romperte la cara, pero ya te dejaron algo mal la última vez ¿recuerdas? —me acerqué a él y bajó la mirada apretando fuertemente sus puños.
—Vete de aquí.
—Voy a hablar con Sury.
—No lo harás.
—¿Y quien me lo impide? ¿Tú?
—Sí, yo, eres un imbécil —tomé su cuello y apreté la tela entre mis puños acercándolo a mi rostro, molesto, dándonos miradas fulminantes y cargadas de furia por lo menos de mi parte.
—Piérdete, Jeon.
—No te tengo miedo, Park.
—Chicos, por favor —la delicada mano de Sury se posó sobre mi hombro y sentí mi piel erizarse, volví mi mirada a la chica que nos miraba asustada y solté la tela de la playera de Jungkook desordenado mi cabello más de lo que ya estaba —. No quiero que peleen; Jungkook, hablaré con Jimin un momento, espérame en el estacionamiento —el chico asintió y caminó apretando la mandíbula, no pude evitar sonreír —. Perdón.
—No importa, tú no tienes la culpa de su comportamiento tan neanderthal —me encogí de hombros.
[...]
Incómodo. Así me sentía, desde cuando estar con una chica era la causante de que no supiera que decir?
El silencio estaba reinando el pasillo en que nos encontrábamos, y temía que, ante cualquier ruido, la pequeña confianza que se había empezado a formar entre Sury y yo, se rompiera.La miré. Estaba recargada contra los casilleros con la mirada baja, mordiendo su labio inferior con tanta fuerza que creí se haría daño. Sin pensarlo, dirigí mi diestra a su rostro, acariciando sus labios y sonriendo al ver sus ojos tan abiertos como platos al sentir mi toque. Elevó la vista a mi, tímida, y sonreí alejando mi mano de ella al ver que había dejado de torturar su labio.
—Dime algo, Sury —al fin, después de varios intentos fallidos, había logrado formular esas tres palabras sin titubear —. ¿Saldrías conmigo? —pregunté nuevamente ya que anteriormente la cita nunca se pudo dar. Su rostro empezó a tomar un color rojo, y sus ojos se desviaron hacia sus manos. Ví que temblaba, tragando duro antes tartamudear:
—¿T-Tú me e-estás invitando a sa-salir? —confusion, combinada con ese gesto de impresión que tanto la caracterizaba, estaba en sus facciones. Asentí encogiéndome de hombros.
—Debo admitie que me gustaría conocerte más, me pareces linda y debes saber que lo que me gusta siempre pasa a ser mio..
—E-Entoces ¿Te gusto?
—Sería una mentira si te dijera que no —me acerqué a ella, recargando uno de mis codos contra los casilleros, al lado de su cabeza. Su mirada seguía en la mía, sin embargo, en unos segundos, su ceño se frunció, esta vez dándome una mirada desafiante.
—Te tengo una mala noticia, Jimin —cruzó los brazos y elevé una ceja.
—Dime.
—Que no soy un objeto del cual puedes adueñarte —urgió, molesta antes de alejarme de un empujón y caminar en dirección a la salida ¿Qué había hecho? No lo sabía.
—¿Por qué...? ¡Mierda! —gruñí desordenado mi cabello con frustración, debí ahorrarme el comentario anterior: “debes saber que lo que me gusta siempre pasa a ser mío” —. Oficialmente eres un imbécil, Park Jimin.
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Danny BL
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Hurt Me|Park Jimin
FanfictionSury, una chica quien le toma mucha importancia a los comentarios de los demás, llega a vivir con su hermano a Seúl, donde conoce a Jimin, un chico al que no le importa ser despreciado por su padre al no querer ser como él. Ambos de mundos distintos...