Dolía como el infierno. Sentía que, aunque me moviese poco, la bala dañaba la parte donde estaba insertada; desafortunadamente no me había traspasado, y eso hacia que el dolor fuese más insoportable.
Me levanté aún sabiendo que el esfuerzo me haría perder sangre cuando ví al hombre acercarse con una sonrisa, me miraba como si fuese un robot; sus ojos estaban más hundidos y con grandes bolsas negras debajo de los mismos. La piel pálida, y la misma sonrisa amarillenta a causa del puro que jamás olvidaba.
Llevé mi mano a la herida y lo miré.
—Creí que tardarían menos en llegar por la chica ¿No era que te gustaba?
—¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué buscas dañarme? ¿a mis amigos?
—Te lo explicaría, pero ahora tengo algo para ti —hizo un movimiento con los dedos y dos tipos, Suga y Jungkook, aparecieron tomando inmediatamente mis brazos —. Pónganlo frente a los demás, iré por la chica —ambos asintieron llevándome hacia donde él había dicho; los chicos estaban atados a sillas, golpeados. Lo que me extrañó fue que había una silla sola.
Ambos chicos me tenían inmóvil, y nos detuvimos a unos metros de mis compañeros. Estaba furioso.
Poco después Taewun entró con Sury, empujando su espalda y obligándole a caminar, después la aventó frente a mis pies. Apreté la mandíbula.
—Bien, princesita, llegó el momento de elegir —sentenció el hombre de traje negro, Sury lo miraba asustada.
—Deberías dejarnos en paz, Taewun —dije. Inmediatamente el hombre se giró hacia mi.
—¿Ya no soy tu padre?
—Dejaste de serlo cuando mataste a mi madre —lo miré con rencor, recordando aquel día en que mi padre decidió apretar el gatillo dando justo en la frente de su esposa.
—Mira, Jimin, deberías saber ya que estos mundos son así; a veces se gana... A veces se pierde.
Bajé la mirada observando como la pelinegra se movía lenta y pausadamente hasta ponerse de pie, sabía que todavía le dolía el cuerpo.
»Si tu madre murió fue porque no supo defenderse, fue su culpa, decidió salvarte a ti en lugar de conservar su vida. Siempre fue una dejada, una débil y...
—¡CÁLLATE! —grité —. ¡NO TE ATREVAS A HABLAR DE ELLA! —me incliné hacia él molesto, tratando de golpearlo al escucharlo hablar cínicamente, pero no pude tocarlo gracias a que Suga y Jungkook me sosteníam. Entonces recibí el dolor en el ojo a causa de su golpe.
—Cálmate, Jimin, y mejor vallamos al grano —se giró, viendo a la chica a su lado que mantenía la vista baja y se quejaba con el mínimo movimiento —; Esto es así, mis queridos —llamó la atención de los presentes —: Jimin jugará el juego Elijo a, donde, como su nombre lo dice, va a elegir entre dos personas o más, dependiendo —me miró —. Ven aquí —entonces me soltaron —, y cuidado con querer hacer algo, que tu amiguita puede pagar tus estupideces —me acerqué a pasos lentos, y me posicioné a su costado, observando todo el espacio y creando un plan para escapar.
No podía dejar de mirar a Sury, no elevaba la mirada, y parecía asustada y confundida, shokeada. Negué empuñando las manos.
»Traigan al rubio y... A la chica —noté la burla en sus palabras, sabía que haría cualquier cosa para vengarse por mi traición, pero no era mi culpa que él decidiera haberse quedado en estos pasos; varias veces le dije que podíamos escapar de este pozo, pero sólo se negó. No me quejé, sólo observé con la vista fija en la chica que ahora tenía Jungkook por los brazos. Posicionándola frente a su hermano, quien miraba a mi padre con odio.
—Ahora —sacó su arma y la tendió en mi dirección —, elije: la chica o el chico —tomé el arma y puse mi dedo sobre el gatillo, mirando el suelo, debatiendo entre mis posibilidades de poder dispararle y después a los traidores de Jeon y Suga, pero las posibilidades de salir ilesos, además de los golpes que ya poseíamos todos, eran nulas.
—No.
—¿Qué?
—Dije que no —lo miré —: no voy a elegir. No soy como tú, te lo dije antes y te lo seguiré diciendo —aún con la vista en sus ojos, le quité las balas al arma y la arrojé lejos de nosotros.
¿Molesto?, ¿Cabreado? No lo sabía. En estos momentos cómo se sentía mi padre era lo que menos me importaba.
—Te estás equivocando, Jimin, otra vez —negó tirando lo que quedaba de su puro al suelo, después se acercó a mi con la mirada más pesada, sin emociones reflejadas en su rostro. Totalmente neutro.
—Ya tomé mi desición.
—Bien —hizo el ademán de que se alejaría, pero entonces giró abruptamente e impactó su puño contra mi nariz. Me tambaleé hacia atrás y sentí un leve mareo que me hizo caer de culo, no obstante, me levanté sintiendo que el suelo se movía. Lancé un golpe hacia su rostro, pero lo esquivó con facilidad devolviendo rápidamente uno contra mi estómago, sacando el aire de mi cuerpo y haciendo que me doblase en busca de oxígeno.
—Siempre fuiste predecible, Jimin —se acercó y atestó un golpe contra mi boca, haciéndome retroceder.
»Débil —otro golpe en mi rostro —, como tú madre —y un último golpe directo a mi nariz. Caí al suelo de golpe, sintiendo el dolor en la mayoría de mi anatomía, sintiendo como mis ojos se cerraban poco a poco.
Se acercó a mi, veía borroso, mi mente pedía a gritos que moviese mi cuerpo, pero el dolor no me lo permitía. Sacó de su saco un arma de color dorado, un dorado brillante, tal vez de oro o yo que sé, él siempre fue pretencioso.
»Debiste elegir estar de mi lado, Jimin —me miraba desde arriba, contemplandome como si fuese alguien despreciable, pero poco me importaba cómo me veía en los ojos de mi padre; la única persona importante en estos momentos, era Sury, la chica que me había vuelto loco desde la primera vez que la había visto. La que invadía mis pensamientos a todas horas, que me veía con esos ojos tan especiales que poseía, y que ahora estaba observándome, con lágrimas en los ojos y ese tono morado en una de sus mejillas y labio. Todo se había vuelto en mi contra, no podría verla más, no podría escuchar de nuevo su risa. No podría besarla de nuevo.
Miré por última vez a mi padre: no había una pizca de arrepentimiento en su mirada. Sabia que las acciones y vivencias que tuvo de joven al verse liado con la mafia, fue lo que lo llevó a ser como era y a hacer lo que hizo, pero no por eso hiba a dejarlo hundirse más en el pozo en que estaba.
—Te perdono —gemí, más muerto que vivo, no sentía mi cuerpo, la sangre en mi se había derramado por la herida en mi pecho y me sentía desfallecer.
Cerré los ojos.
Entonces disparó.
---
Danny BL
ESTÁS LEYENDO
Hurt Me|Park Jimin
FanfictionSury, una chica quien le toma mucha importancia a los comentarios de los demás, llega a vivir con su hermano a Seúl, donde conoce a Jimin, un chico al que no le importa ser despreciado por su padre al no querer ser como él. Ambos de mundos distintos...