— maldición.... — suspiró el cocinero, mientras miraba al techo con algo de desdén. — ¿no pueden quedarse callados un momento?
Todos en el Sunny estaban festejando, se acercaba la fecha en que Ronin y Tora se unieron a los Mugiwara, y estaban felices por ello... además de que buscaban un pretexto para que Sanji los dejara tomarse el sake de la reserva, claro está.
— ¡cantemos todos por los chicos, salud! — la voz de Ussop llegó a la cocina.
— ¡salud! — definitivo, todos estaban en cubierta.
El rubio no hizo más que sonreír, mínimo estaban más quietos de lo normal, en este punto, Luffy hubiera salido disparado del barco, Ussop ya estuviera borracho, Chopper inconsciente en el suelo, Nami ebria, entre otras cosas. Normal para el pobre cocinero, que terminaba limpiando el desastre por ser a quien menos le afecta el alcohol.
— hey. — escuchó la voz de su esposo entrar a la cocina, llamando su atención.
— oh, Zoro, buenas noches. — sonrió, al fin algo lo distraía de ese ruido.
Pero, venga, sabemos que Roronoa Zoro no va a la cocina de gratis, siempre es por tres motivos: comida, bebida, y el más reciente, sexo rápido.
Sanji apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando esa alga andante le besó con deseo, dejando claro que no tenía hambre, al menos de comida en sí. Ignorando el ruido de fuera, y aprovechando que seguramente no les escucharían, el cocinero se dejó llevar. Sus lenguas bailaban una danza demasiado sensual, y sus cuerpos estaban demasiado cerca uno del otro, un empujón bastó, y Zoro pudo acorralarlo contra la pared de la cocina, demasiado sencillo, un pequeño salto, y las piernas del rubio le enrollaron la cintura, dándole santo permiso de tomarlo ahí mismo. Sus labios seguían sin detenerse, en momentos como éste, un hombre debe proteger su orgullo, y en la ocasión presente, el primero en emitir algún sonido de gusto, perdía, automático y sencillo.
Aquel cálido contacto era tan reconfortante ante el escandalo vivido, se habían perdido totalmente en el deseo de sus labios, y eso que todavía tenían ropa puesta... menos mal así era.
— ¡padre, señor Sanji, el señor Frank..! — exclamó un pequeño Tora, bastante confundido al notar la situación.
Roronoa mostró enojo ante la interrupción, pero Pierna Negra estaba rojo a matar, sumamente avergonzado.
Ambos niños venían a Sanji como un maestro, ya que les enseñaba su estilo de pelea y todo lo referente a la cocina, así que él sentía culpa por verse de esa forma ante el menor de sus "hijastros".
— Tora... ¿Qué te he dicho sobre las puertas? — gruñó Zoro, un aura asesina lo rodeaba.
— tocar antes de entrar. — repitió, algo asustado.
— ¡Wakame*, vete de aquí! — exclamó Sanji, tratando de salir de ese aprieto.
(*nota: Wakame es una alga, de un tono más oscura que el Marimo, Sanji toma la referencia de que el cabello de Tora es más oscuro que el de Zoro).
— p-pero... — murmuró, tratando de entender.
— ¡solo vete! — tras ese grito, el menor salio corriendo. — ¡Marimo idiota, no puedes amenazar de esa forma a tu hijo! — gritó, empujándolo.
— ¡¿amenazar?! ¡Tú fuiste quien empezó a gritar, maldito cocinero! — lo soltó, dejando caer a su esposo de golpe al suelo. Solo se escuchó un respingon, pero ignoró ese instante para volver a verlo furioso.
— ¡oh, vamos, casi lo matas con la mirada! — se levantó del suelo, golpeando el pecho del más alto con el dedo índice.
— eso se gana por interrumpir, casi volvemos a hacerlo. — reprochó, bastante malhumorado.
— ¡ahora no lo volveremos a hacer hasta que te disculpes con él! — señaló la puerta de la cocina entre gritos.
Roronoa Zoro a perdido esta partida.
Nota:
Hola :3 espero estén disfrutando de estos drabbles todos feos.Están inspirados en el reto de 30 Days Of OTP +18, así que llevará un orden y todo eso. Trataré de actualizar seguido, espero lo entiendan.
Jápeto se despide ;3 viva el ZoSan...
Por cierto... hay dos partes que me exigen versatilidad, así que si no te gusta el SanZo... pues no leas, sólo serán dos, no es para tanto...
Ahora si me voy...
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Ninfómano | Drabbles ZoSan.
FanfictionSanji pidió a Zoro mantenerse virgen hasta el matrimonio, cosa que cumple, pero al llegar ese día, el deseo se apodera de ambos, y nuestro espadachín favorito se vuelve adicto a tener relaciones con su cocinero. Zoro se volvió ninfómano, y ni el lug...