West Coast

Escapando

Te dije no importa lo que hagas siempre estare a tu lado porque soy de las que andan o mueren asi pierdas o ganes pero mierda, almenos lo intentaste.-Blue Jeans

Me beso de nuevo. Era lo que yo quería. No quiero sonar como una mujer fácil, pero sus besos eran una adicción y me estaba volviendo una viciosa que siempre iba a querer cada vez más. Lose lo conocí hoy pero estoy segura de que el amor a primera vista existe, lose porque el tomó mi primer beso. Si el me besa es porque me quiere. Torpemente le sigo el beso. Se aparta y me sonríe. Su sonrisa decía peligro con letras grandes y yo no hacía nada más que ignorar el hecho de que podría ser mi perdición. Yo le sonrió de vuelta.

-Sube a la moto.-Dice con autoridad ,lo hago. Le dejó espacio para que se suba en frente.-No cariño tu vas enfrente.

Me recorro y

se sube detrás de mi. Siento su respiración en mi oído. Me estremezco cuando comienza a besar mi cuello dejando pequeñas mordeduras. Por inercia suelto un pequeño jadeo.

-Me encanta que hagas eso-su voz sonaba ronca e hizo que se me erizara la piel.

Arranca el motor y conduce por quince minutos hasta llegar a un callejón. Paró y se bajó de la motocicleta. Me mira y ríe al ver mi cara de confusión.

-Tengo que hacer unas cosas no te muevas de aquí.

-Muy bien.-Respondo

Camina hacia una puerta situada en una de las paredes, una vez dentro no se escucha nada. Ahí estaba yo esperando cualquier cosa menos lo que sucedió después de veinte minutos de espera. La puerta se abrió de golpe y un Dániel apurado se hizo presente.

-¡Sube rápido a la motocicleta!- Llevaba un arma en la mano. Rápidamente la guarda en su bolsillo. Mi cara no era más que horror. Se subió en frente de mi y yo me aferré a su torso.

En menos de dos minutos dos hombres con pistola en mano salen con una expresión de enojó extremadamente notable.

-¡Ahí está el hijo de puta!-nos señala uno de los hombres con su arma.

-¡Mi madre no siempre fue así!-Grita Dániel y suelta una sonora carcajada.

Estaba apuntó de disparar. Nos libramos de eso gracias a que la motocicleta giro. Yo no podía hacer más que rezar el ave María cuántas veces pudiera en el oído de Dániel.

-¡Deja de hacer eso! Le quitas la emoción a el momento.

-Lo siento.- No puedo decir nada más, estoy demasiado asustada.

Conduce por media hora. Llegamos a un edificio. Dániel baja de la motocicleta y entra. Camino tras el. Subimos varias escaleras. Llegamos a lo que parece ser su apartamento ya que abre con sus llaves.

-Pasa- Me dice. Lo hago sin Responder nada. No le puedo mirar a los ojos, Le tengo miedo.

-No mate a nadie.

-No te puedo juzgar si lo haces.

-Bien, entonces deja de evadirme la mirada .-Se acerca y me toma de la cintura.-y espero que no me juzgues por lo que estoy apunto de hacer.-pega su cuerpo al mio de un solo movimiento.

-¿D..de que hablas?- Seguía asustada.

-No te libras de tu castigo.

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Siento que sea corto. ):  

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Multimedia: Daniel Jones ( Dave Franco).