Dating

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Usa tu método de cristal estabas tan alto, bronceado conduciendo alrededor de la ciudad coqueteando con las chicas deciendo "eres tan linda" . Conduce rapido, ya casi puedo saborearlo Los Angeles.-American, Lana del rey.

Son las cuatro de la mañana, me encuentro sentado a la orilla de la cama ya vestido con unos vaqueros oscuros ajustados y una camisa blanca. Arielle sigue dormida.

-Levanta te.- Muevo el hombro de Arielle.

Ella suelta un gemido rehusando se a levantar se de la cama.

-Son las cuatro de la mañana, ¿Podrías dejar me dormir?- Su voz suena muy adormilada.

Mi ceño se frunce.

-Habla bien.

Últimamente la he estado presionando para que hable como una persona normal.

-Sabes que no me gusta.- habla con los ojos aun cerrados.

-Sabes que no me importa. Haz lo.

Ella se voltea y sus ojos expresivos y llenos de exasperación me escanean. Rueda los ojos.

-¿Podrías ir te a la mierda y dejar me dormir?-Elevo una ceja y ella suelta un bufido - Vete a la mierda y deja me dormir-Se rectifica y hunde su cara en la almohada.

-Tienes veinte minutos.

Abro las puertas corredizas de cristal que llevan hacia el exterior del balcón. Saco un cigarrillo del paquete que se encontraba en mi bolsillo junto al mechero y lo enciendo. Le doy una calada y siento mi cuerpo relajar se. Mi mirada se encuentra en el mar, escuchó la puerta correr se.

-Si no llevas puesto un vestido o una falda ni te molestes.- Le digo soltando el humo  y sin mover la mirada del horizonte conectándose con el mar. La puerta se cierra y se que se fue a cambiar. Me recargo en la barda de cristal y madera. Escucho la puerta correr se una vez más, volteo aun que se quien es. Ella lleva una falda suelta que le llega a medio muslo con una blusa ajustada su cabello gotea agua de las puntas.

-¿Podrías ayudar me con algo?-  Pregunta con vergüenza. Asiento tirando el cigarrillo al piso y aplastando lo con la punta de mis gastados Vans.- No se como aplicar me esto sin perder un ojo- Extiende un pequeño envase de color negro hacia mi. Lo tomo, Es rimen.

-Arielle, no tengo ni puta idea de cómo hacer eso.

-Sólo aplica lo en mis pestañas, no puedo hacer lo yo sola.

-Eso es para maricas.

Ella eleva una ceja.

-Sólo haz lo.

Se acerca. Abro el envase y lo tomó por la parte de el pequeño cepillo. Se acercó demasiado y no puedo evitar tomar la de la cintura con un brazo para acercar la mas a mi. Acercó el pequeño cepillo a sus pestañas, lo paso una vez por cada ojo terminando rápido.

No puedo evitar lo, esta demasiado cerca. Me inclino con intención de depositar un beso en sus labios. Ella pone ambas manos en mis hombros recuperando un poco de distancia, no lo permito apretando un poco mas mi agarré de su cintura pero ella voltea el rostro y lo recarga en mi hombro.

-No.-Dice segura.

-¿Porque no? ¡Maldita sea!-Odio que se ponga a la defensiva.

-No quiero.

-Bien.- Digo pero no la suelto.

-¿Porque no puedo usar pantalón?-Dice cambiando de tema.

-Me gustan tus piernas, aparte ¿Puedo hacer esto con pantalón?-Meto la mano debajo de su falda y le doy una nalgada.

El rubor se extiende por su rostro y vuelve a esconder su cara en mi cuello.

-Ya son las cinco y media.- Habla desde mi cuello.

-Vamos.- La suelto y entró a la casa. Tomo las llaves de la motocicleta y antes de abrir la puerta para salir la puerta de la habitación donde Evan duerme se abrió revelando lo a medio vestir subiendo sus pantalones a gran velocidad.

- A donde vas?

-Tienes algo aquí-apuntó a mi mejilla mientras miró con asco el rastro de saliva seca que hay en su mejilla.

-A donde vas?-ignoro mi comentario.

-Que te importe una mierda y dos culos. Nos vemos en el club.

-Vete a la mierda.

Me encamino hacia fuera.

-¿A donde vamos a ir?-Pregunta Arielle.

-A la mierda.- Me subo en la motocicleta y Arielle se sube detrás de mi agarrando se con fuerza de mi cintura.

-Nunca te tomas nada en serio.- Noto exasperación en su tono.

-Lo haría si me importará.

La motocicleta corre lo más rápido que le permitió por las calles desiertas. Paramos en un café, "El café de Sally" para ser más específico. Es un restaurante estilo los 60's y mi lugar para comer favorito desde niño.

Entró y le hago una seña a Arielle indicando le que busque una mesa libre mientras ordenó. Me toman la orden y me siento donde Arielle se encuentra.

-Es un lindo lugar.-Dice admirando lo.

-Lo es.

La mesera llega y deja las hamburguesas y papas fritas frente nosotros, Arielle comienza a comer en cuanto le es posible.

-Buen dia Dániel.- Dice Layla soltando una risita nerviosa.-Buen provecho.

-Gracias preciosa-digo guiñando le a lo que ella responde con una sonrisa y las mejillas rosadas.

Da tres pasos en dirección a la cocina pero se devuelve arrepintiendo se de su antigua acción mientras toma una inhalación profunda.

-Estarás libre al rato? Mi turno acaba en unas horas y podríamos salir si quieres...-Dice rapidamente y luego agrega-  Si no quieres esta bien.

Lo pienso, estoy a punto de negar su oferta, es decir, salimos antes y la pasamos bien pero nunca quise nada con ella, cosas de una noche. Es entonces cuando miró a Arielle; me observa expectante con una ceja elevada. Ella cree que le pertenezco o algo así...no puede estar más equivocada.

-Esta bien.

Layla sonríe con suficiencia.

-Mi turno acaba a las seis-Dice sin dejar de sonreír y luego se va.

No puedo estar más divertido con la situación; Arielle me mira con la quijada en el suelo y Layla piensa que me interesa.

-Que haces?- Me pregunta con confusión para luego continuar su acción tomando un mordisco de su hamburguesa.

-Consigo una cita, deberías hacer lo mismo.- digo imitando su acción.

Aprieta los labios juntos debatiendo en su cabeza que responder me.

-Bien.- Se limita a decir, o al menos eso creo hasta que se levanta y sale del establecimiento.

Camino detrás de ella pero a una distancia grande.

Lleva caminando como 15 minutos cuando un tipo en un Mustang  se detiene a su lado. El le habla y ella le responde pero no logró escuchar lo que dicen así que acelero el paso para estar más cerca. Entonces ella voltea a mirar me esperando algo pero al mismo tiempo con desafío.

-Claro, me encantaría.- Le dice al tipo y se sube al auto.

Entonces el auto arranca dejando sólo una nube de polvo donde solía estar.

West CoastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora