IX: Los Dias en Alemania

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The Days - Avicii
"These are the days we where waiting for"

Sebas y yo como que teníamos una conexión extraña. Pues aveces pensábamos en lo mismo. Hubo un día en el que Sebas y yo llegamos a pensar, en que cada semana de clases nunca se iría a parecer como otra semana. Por ejemplo, siempre en al menos un día de cada semana tenía que pasar algo que convertía a la semana en algo no normal. O sea, nunca llegamos a tener una semana común y corriente. Piensen en la primera semana, todas esas chicas que nos hicieron preguntas solo fue esa semana, ya nunca volvió a pasar.

Hubo una semana en la que tuvimos que correr para obtener una conexión a internet.
Ok, para obtener internet de la escuela tenías que usar datos celulares. El internet de la escuela era gratis, pero no era que le picabas a la red y ya tenías internet. No, no es así de fácil. Era de esa típicas redes gratis que te encuentras en cualquier restaurante, en el que le picas y luego te pide tu correo electrónico. Y después cuando lo pones, ¡bum! Ya tienes internet.

Pero la red de la escuela como que necesitaba confirmación de más. Después de que ponías tu correo electrónico, decía que te iba a enviar un e-mail y que tenías que responderlo en menos de 30 minutos. No pues, fácil, activas tus datos celulares, revisas el e-mail, y ya tienes internet gratis en la escuela.

Pero nosotros teníamos un problema diminuto... No teníamos datos celulares. Entonces, habíamos aprovechado un día, en el que mi papá nos había dicho que nos vayamos al MacDonald's caminando, y comiéramos ahí. Era el momento perfecto para pedir una solicitud de internet e irnos corriendo al restaurante, tomar internet de ahí y responder el e-mail a tiempo.

Ya habíamos salido de clases, ahora lo que seguía era irnos al MacDonald's. Sebas y yo ya habíamos pedido nuestra solicitud para conectarnos al internet de la escuela, solo faltaba Diego, él estaba tardando un poco para pedir su solicitud. Al final, nos quitó como 5 minutos a mí y a Sebas tratando de obtener la solicitud, ahora solo nos quedaban 25 minutos.

Una vez que Diego ya había pedido su solicitud, se los juro, iba bien apresurado. Aunque nosotros éramos los que teníamos que llegar antes que él, Diego prácticamente estaba 20 metros más adelantado que Sebas y yo. Hasta Sebas puso temporizador y nos sobró tiempo. Quedaban cinco minutos o más.

Llegamos a una calle, en la que sabrá Dios porque, los carros que pasan por ahí no marcaban la dirección a la que iban a girar. Así que teníamos que esperar a que un carro, cruce o no cruce por esa calle para poder pasar. Y todos estábamos esperando a que un carro marcara si iba a pasar o no, no podíamos saber si iban a pasar. Así que como no sabíamos si iban a cruzar o no, decidimos arriesgarnos y cruzamos lo más rápido que pudimos.

Pero entonces seguía la fase dos; cruzar la segunda calle más larga. Entonces teníamos que esperar a que un carro nos haga el milagro para que nosotros tres podamos pasar. Hasta que mi hermano Diego se hartó y cruzó la calle así nada más. Afortunadamente no venía ningún carro que pasara cuando Diego cruzó la calle, pero en cuanto yo iba para alcanzarlo, iba llegando un carro, por lo que tuve que correr como loco... Logré cruzarla.

-¿¡Diego estás loco!? -me había enojado con él.
-No. Es que se me está acabando el tiempo para responder la solicitud.
-Diego, a mí y a Sebas nos quedan 13 minutos, seguramente a ti te queda más tiempo que a nosotros. En este caso nosotros debíamos ser los apresurados, no tú.
-¡Pero me estaban apresurando!
-¡Te estábamos apresurando para que tú pidieras tu solicitud, no para que llegaras al MacDonald's más temprano que nosotros!
-¡Pues especifiquen! -seguramente a Diego se le estaban acabando las excusas, no le costaba nada decir la verdad.
-¿¡Especificar!? -ya había empezado a gritar, Diego ya me estaba cansando-. ¿Especificar para qué? ¿No era obvio que te estábamos apresurando para que pidieras tu solicitud rápido?
-No Matthew, no era obvio.
-¡Diego! ¡Es que la neta estás bien... !
-¿Bien que? ¿Eh? DILO, en este instante. -Diego se empezó a hacerse el jefe-.
-Estás bien... -quería decir "idiota", pero sonaría bien vulgar y agresivo-ñ Nada... Ya nada.
-Eso pensaba.

Sebas después de un rato, ya había cruzado la calle mientras Diego y yo estábamos molestándonos.

Llegamos al MacDonald's y Diego, Sebastián y yo ya podíamos usar el internet de la escuela. Aquel momento entre Diego y yo se había puesto ridículo, pues desde un punto de vista, Sebas solo podía ver a dos personas gritando y molestándose el uno al otro.

Les hablaré sobre mi hermano Diego. Él es muy ordenado, tiene una pequeña obsesión con lo ordenado, pues si ve algo que está fuera de su lugar, aunque el lugar sea ajeno o no, él hará lo posible para hacer que se vea bien. Otra cosa que hace él, es ordenar lo que ya está ordenado. Ok, por más complejo que suene es verdad, imagínense que tienen su recamara ordenada como ustedes la tienen, después de eso, ahora piensen que llega mi hermano y quiere ordenar su cuarto, y cuando lo hace termina... desordenando su cuarto. Ya sé cómo describirlo, hace que se vea ordenado peor no que esté ordenado.

La otra vez, tomé mi control de mi consola de juegos, jugué un ratito, y cuando dejé de jugar puse el control en otro lado. Hasta que llegó Diego y me habló de una manera muy agresiva, todo porque no puse mi control en donde él lo había puesto. Lo que dijo fue esto: "Mugre Matthew, ¿por qué no pones las cosas en donde deben de estar, eh? Cara de escoria" A lo que yo contesté: "Perdóname, Dios del Orden."

Si no saben que es "escoria" aquí se los pongo: Cosa despreciable y repugnante.

Bueno, continuando con el tema de lo de MacDonald's. Pedimos nuestra orden y buscamos un lugar en donde sentarnos. Teníamos que esperar como dos horas para que mis papás llegaran por nosotros, por lo que tenía que encontrar algo que hacer rápido. Así que me puse a descargar juegos con los que distraerme un rato. La comida no tardó en llegar, así que ya tenía algo que hacer.

Yo tengo un mal hábito de comer muy rápido. Por lo que me termina doliendo el estómago porque no mastico del toda la comida. Ese mal hábito nació desde que mi hermano Sebas me agarra mi comida sin pedirla. Por ejemplo, imagínate a que estás en un restaurante y llega la comida que pediste, imagina las papas fritas y todo eso. Entonces, tú hermano (si es que tienes), agarra tu comida sin pedirla.

La otra vez me pasó. Ya había llegado la comida, entonces me fui al baño para lavarme las manos y cuando regreso, la mitad de las papas fritas no estaban, es más, era menos de la mitad que había en el plato. Entonces pregunté quien fue, y fue mi hermano Sebas. Lo mismo me pasó, pero fue más extraño. Yo había pedido un frappé de caramelo con galletas, y entonces le ofrecí a mi hermano, y milagrosamente no quiso. Entonces llegó la comida y cuando empecé a comer, él agarra mi frappé y le toma. Di un suspiro y empecé a hablar con él.

-Mira, te había ofrecido y todo pero no quisiste. Pero luego, me agarras sin haberme pedido. ¿Pues que te pasa?
-Nada es que... Ahora si se me antojó.
-Ah. ¿Y eso te da el derecho de tomarle o qué?
-No. Pero vi que no le estabas tomando así que aproveché y le tomé.
-Ah, que conveniente.

Había terminado de comer mi hamburguesa en el MacDonald's así que me puse a esperar y a distraerme. El tiempo pasó, y pasó. Hasta que finalmente mis papás llegaron por nosotros.

Había sido mucho esperar por mis papás, porque hasta cuando pones el temporizador hasta tarda más tiempo. Fue un largo día, pero terminó siendo divertido.

Diario 1: Una Vida en AlemaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora