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El día estaba algo gris. Desde la mañana, los pronósticos de tiempo decían que lloveria temprano.

YoonGi caminaba por las frías calles mientras trataba de proporcionar calor a su cuerpo con el delgado suéter que llevaba puesto. Mientras esperaba el transporte, sacó de su mochila sus audífonos, junto con su celular y se puso a escuchar la radio.
Una canción conocida para el, se escuchó de inmediato. Su nueva canción favorita.





Dale la vuelta.
Empuja los pensamientos negativos.
Siempre cree en ti mismo.
Sigue desafiandote a ti mismo.
Antes de que todo termine.
Nadie sabe que pasara al dar un paso adelante.

Cada momento es una oportunidad, saca ese lado negativo de inmediato, incluso si caes seis veces, levántate siete.
Toma tu propio vaso y llenalo, no dejes que el mundo te destruya.
Mira a tu al rededor ¿quien está a tu lado?
La gente que te ama.



Al terminar la canción, una sonrisa apareció en sus labios y se arrepintió por no ponerse los audífonos un poco antes, así pudo haberla escuchado completa.

Después de una larga espera y abrumador frío, llegó a una puerta color beige y sacó sus llaves con un pequeño llavero de kumamon para abrirla. Al entrar, se dio un momento para apreciar lo que tenía a su al rededor.
El sofá tan cómodo, su centro de entretenimiento, las pequeñas pinturas al rededor. La mesa, la gran cocina, la puerta de cristal que daba a otra parte de la casa.
Vio las escaleras por unos momentos y con toda la tranquilidad, subió a su habitación.

El olor a perfume entre dulce y sexi llegó a sus fosas nasales en cuanto abrió la puerta. Amaba ese aroma.

Se acostó boca abajo con los ojos cerrados. Estaba un poco cansado, la escuela y el trabajo lo estaban matando. Normalmente no era así, normalmente todo era muy tranquilo, pero estaba en semana de evaluaciónes finales y no podía darse el lujo de reprobar alguna materia. Pero al final, por fin era viernes y no tenía que hacer nada, hasta el Lunes por la mañana.

Escucho el ruido de una puerta siendo abierta y se incorporó.
Jimin estaba entrando a la habitación con un pequeño pastel de chocolate, justo para dos personas.

-¿Estas despierto?

-Si, estoy despierto.-se incorporó para sentarse en la cama y quedar frente a Jimin, sorprendiendose por el pastel que llevaba en sus manos.-¿y eso?

-Sorpresa- dijo en un tono alegre.- hoy terminaron tus exámenes, y estoy seguro que te fue muy bien.

YoonGi solo pudo sonreír con una enorme alegría.

-Pruébalo, te gustara.

-¿Dónde lo compraste?

-Parece que no conoces a tu gran novio. Yo lo hice.

-Jimin, tu ni siquiera puedes hacer una sopa maruchan

-Bueno... Esta bien. Honestamente lo hizo mi mamá.

-Eso si te lo creo.

YoonGi se mantuvo viendo los ojos de Jimin, esos ojos avellana que tanto amaba, y que jamás se cansaba de apreciar.
Esos ojos dónde se podía perder una eternidad y no querer regresar a la realidad nunca.
Quien diría que tres años pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

-Jimin, ¿te he dicho cuanto te amo?

-Lo haces cada día.

-¿Te he dicho...lo feo que eres?

SUFRE [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora