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No entendía las bromas de sus compañeros, ni siquiera el motivo por qué lo apuntaba y sonreían. Al principio pensó que estaban felices de verlo pero, cuando un niño lo señalo y lo llamo "monstruo" supo que no era algo bueno.
Las maestras salieron para detener el maltrato, incluso lo cargaron y trataron de que parara de llorar, aunque era inútil, el daño ya estaba hecho.

-Mami, ¿por qué no me quieren?—Pregunto el chico con tristeza, miro sus manitas lastimadas y sorbió su nariz, tratando de evitar llorar de nuevo. — No fui malo.

-No, no. — Su madre lo estrecho entre sus brazos. — No eres malo, eres el ser más puro que conozco. Sólo ellos aún no lo notan.

El pequeño escondió su rostro en el cuello de su mamá y agarro con fuerza su blusa.
¿Cuándo se darán cuenta? Duele mucho oír sus palabras y correr para no ser perseguido.

¿Acaso fue malo?

No lo entendía.

Pero desde ese instante comenzó a verse a través de los ojos de los demás, un niño de 6 años comenzó a odiar su reflejo.

Hermoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora