Hermoso.

Extra 3

Un día en la mente de Inuyasha Taisho.

Cuando comencé a crecer la inocencia se alejo de mi, no pude detenerla aunque gritaba y suplicaba para que no me abandonará. Comprendí que no todos les gusta mi forma de vestir, comportarme o simplemente mi rostro y cuerpo, que cosas tan simples pueden llegar a generar un odio; odio que daña con heridas que, tal vez, nunca cicatrizan.

Las personas no entienden que las palabras duelen, te destruyen en segundos y vives repitiéndolas una y otra vez. Que la palabra: "Feo" Es destructiva. 

Que tan solo una mirada puede hacerte sentir horrendo y no merecer amor, de que obtienes las sobras de los demás y debes conformarte con esto. Aunque, también nadie te enseña que para ser feliz necesitas hacer sacrificios.

A mis quince años de edad, aprendí que los seres humanos tienen la satisfacción de dañar cuando no comprenden alguna cosa, que están tan asustados de esto que prefieren romperlo y olvidarle. Porque es más fácil de esta manera.

Con el tiempo, comprendí que la sociedad nunca estará de acuerdo conmigo, me dañaran y trataran de matarme con sus insultos, pero que tanto como ellos, yo aprendo cada día una nueva forma de defenderme de sus ataques. Que sus miradas son solo eso: Miradas. Destructivas y malas. pero simplemente un acto que puedo decidir que no me dañara.

A mis dieciocho años de edad, aprendí que no entiendo a la sociedad, que con cada paso que doy parece que ellos avanzan cinco más. Y mamá, estoy cansado.

Aunque no todo es malo, claro que no, hay personas a mi lado y que me enseñan, que aunque la sociedad esta creciendo a un ritmo que no puedo seguir, también es el momento para actuar y tratar de ser humanos. Levantarme y sonreír.

Si eres como yo y buscas cambiar una realidad, entonces comienza desde hoy.

Abraza.

Llora.

Ríe. 

perdona.

Porque pasos pequeños, te llevan a crecer y confiar que todo cambiara.

Lucha y sobrevive un día más.

-Chico con sueños, Fuera.