Disturbance-Supercorp

Please God No.

Mi madre y yo solíamos estar muy unidas, yo era la única que había escuchado su corazón desde adentro, decía.

no la recuerdo mucho, aveces olvido su rostro y tengo que recordarlo en base a fotos.

hace meses por ejemplo volví a olvidarle pero no tengo ganas de saber de su rostro otra vez,antes creía que era un sacrilegio olvidarle, ahora creo que todo en realidad da igual.

sueño mucho con ella de todas formas, mi sueño es algo así.

jugamos a las escondida (nuestro juego favorito) en un bosque que no conozco, me pierdo y solo escucho que me llama por mi nombre "melissa" grita desde algún lugar. corro con mis pies de ocho años (ahora tengo dieciocho) e intento alcanzarla, el bosque esta oscuro y comienzo a tener mucho miedo. en eso veo a mi mama desnuda, sentada con la cabeza escondida en sus rodillas.

me acerco a abrazarla, pero al tocarla puedo ver la sangre que esta en mis manos ahora, su sangre, me asusto de sobre manera y la miro solo para percatarme que ya no es mi madre la que esta allí sentada, ya no soy la yo de hace diez años.

soy la de ahora y la que esta desnuda frente a mi es alguien a quien apenas puedo verle la cara, solo la distingo por una cabellera negra que cubre sus pechos y una parte de su cara, la que recuerdo.

sin mucho afán entonces recuerdo a mi madre por esa pesadilla, mis vagos recuerdos y mi auto-control intentando recordarla cada noche.

mi vida es una mierda y lo se, eh  nacido para ser infeliz y lo descubrí el día que mi madre murió, por que una parte de mi se fue con ella bajo tierra, mi alma.

conocí a stephen a los catorce en una fiesta, nos unimos por el sufrimiento, mi madre había muerto y mi padre era un hijo de puta que apenas me cuidaba y al que le daba igual si respiraba o estaba ahogada en alguna carretera. su trabajo primero. y por supuesto los padres de stephen eran los típicos pobres ignorantes que habían crecido en la droga y el alcohol. pero stephen era diferente, ese era su sueño.

desde ese día supongo que comenzamos a salir. dos muertos en vida realmente sacaban chispas entre los demás. eramos sid y nancy, bonnie y clyde, freddie y jason.

entonces conocimos a grant, sus padres ricos no le prestaban atención. chris, sus padres habían muerto y solo vivía con sus abuelos, el creía que merecía morir también. mechad, un maldito que no tenia ningún motivo mas que el que le gustara jugar a ser los chicos malos.

eramos una familia, una familia de gente que ya había muerto hace mucho.

Yo... Pues.

Entre despacio a la casa de james, mi padre.
El comisario de el pequeño pueblo en el que vivimos.

Quería sacar comida sin que el se diera cuenta, después de todo no teníamos muchas oportunidades de comer si no era robando, pero yo no robaría, sabia que mi padre siempre mantenía el refrigerador lleno por si yo tenia hambre.

La idea en realidad era que el no me escuchase llegar, quería evitar el sermón que no faltaba en una conversación siempre que teníamos la oportunidad y yo no estaba escondida de el o el no me encontró en algún lugar para decirlo.

Pero como siempre la suerte me jugaba en contra y apenas entre a la casa el empezó a bajar las escaleras, como si yo tuviese un puto localizador en el culo.

-Melissa... Al fin en casa-decía acercándose a mi con las manos en los bolsillos.

-no te emociones viejo, solo vengo por comida para mis chicos y para mi-.

Me miro molesto.

-¿cuando aprenderás? Tienes dieciocho años, eres una mujercita que vive con cuatro rufianes en un lugar abandonado melissa, eso no es vida, tienes que volver a casa con tu familia-.