Lady In Red

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Habían pasado seis meses, el cumpleaños número veinte de Katie y el mío también eran parte del pasado.

Mi relación con ella al contrario de lo que podía sospechar una persona como yo (que no conocía el amor) se intensificaba cada vez más... Si, justo como eso.
Cuando creías que un oyo no podía ser más profundo, tú solo continuabas cayendo como una pluma con el presentimiento de que no te detendrías.

Todo iba nefastamente espectacular, pintaba color de rosas cuando era tan negro como el infierno.

Ese era el problema.

Yo era tan feliz que esperaba con un miedo aterrador el día que  me clavaran una daga en el corazón por ingenua.

El día en que ella dijera "es una broma" o "¿De verdad creías que me podía enamorar de alguien como tú?".

El día en que ella llamara a la policía para poner una orden de restricción que me separara para siempre de ella.

O peor aún, el día en el que se cumpliera la estúpida profesia de los sueños.

Patética y asustada, intensamente arrastrada por mis groseros labios que pedían más de sus labios, más chupones, más mordidas.
Mi delicado y atrevido corazón que soñaba con poder sentir sus latidos más cerca, profanadora y completa.
Mi alma vieja que soñaba con pedirle que fuera mi eterna esposa y la madre del hijo que tendría sus ojos y sus defectos.
Mi obsena y poetica intimidad que hervía si una noche cualquiera ella no podía ser mia.

Saliendo del dramatismo que me acompaña desde mi más tierna infancia, diría que todo iba bien entonces.

Ella me demostraba que me amaba, tenía detalles y cada vez que podía me recordaba que daría la vida por mi.

...

Estaba terminando de guardar algunos cuadernos y libros que ya no ocuparía, por que si, había logrado pasar el último grado y estaba a punto de graduarme con todos mis compañeros.

En otra ocasión hubiera quemado todos los libros, mi mochila, mis lapizes y toda la verga pero ahora no, los guarde por qué algún día cuando tenga 70 años quiero revisarlos y darme cuenta de lo pendeja que era y que escribía como el orto.

De pronto sonó el teléfono.

Conteste.

-¿Qué haces mel?- preguntaba mi novia al otro lado.

- ordenando -.

-por supuesto, creo que me cambiaron a la chica-.

-ja ja qué graciosa mcgrath- bufé.

-oye mañana iré a comprar el vestido para la graduación ¿Tú vas con James?-.

-no... Su gusto para la moda es parecido al de un árbol ¿Puedo ir contigo?-.

-claro, si puedes aguantar a chyler...-.

Mierda.

- de pronto me siento cómoda con el gusto extravagante de mi padre-.

-benoist, bailaras conmigo esa noche y no te quiero vestida de cualquiera, vendrás con nosotras-.

Parece que la graduación la ponía de malas.
Bueno si tomo en cuenta que todos estos días solo se a dedicado a adornar la escuela y hacer los preparativos junto con sus amigos, tiene sentido para mi.

-si señora- respondí sonriendo.

-buenas noches, te quiero un montón- decía riendo del otro lado.

Disturbance-SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora