Capítulo 17 Un fantasma y una leona

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Al abrir los ojos Byul se dio cuenta de que se había quedado dormida luego de una tarde romántica, privada y sensual. Al girarse toma su reloj de mesa para ver que ya eran las seis de la tarde. Se percata de que Solar ya no estaba acostada a su lado cuando un delicioso olor llega hasta a su nariz, lo que hace que suene su estómago, después de todo no habían llegado a almorzar por todo lo sucedido hace unas horas.

Se levanta cubriéndose con una sábana (puesto que aún estaba desnuda) y se dirige a la cocina para ver a la chica que amaba en ella terminando de preparar lo que provocaba el olor que la sacó de la cama.

Al acercarse la abraza por la espalda depositando un beso en su hombro — ¿Cómo durmió la señorita? — preguntó Solar mientras iba quedando de frente a la ahora envuelta en una sábana.

— ¡Oh!, yo juraría que dejé a una chica en esa cama no a un fantasma— dijo riendo al ver a su chica envuelta en aquella sábana blanca.

— Morí de felicidad después de haber hecho el amor con la mujer que amo— dijo siguiéndole la corriente.

—La quiero de vuelta, viva, siendo un fantasma no podré sentir el calor de su cuerpo, ni sus labios cálidos tocar los míos— decía mientras rozaba la cintura de la chica.

— Pues eso se puede arreglar, dicen que un beso es capaz de arreglar situaciones como esta— respondió sonriendo.

— Entonces...— dijo para besar a Byul en una mejilla a lo que la menor negó con la cabeza.

— No, debe ser un beso de amor, un beso en los labios por supuesto— dijo soltando un suspiro.

— Ante tanta insistencia— dijo Solar antes de besarla.

— Bien ahora este fantasma necesita ir a tomar un baño antes de volver a morir, pero esta vez de hambre— sonrió y se dirigía al cuarto de baño.

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(...)

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Ya sentadas en la mesa se podía ver lo que había preparado Byul hace unas horas calentado y un plato que había preparado Solar más kimchi, lo cual era amado por Byul en todas las comidas quería esto, aunque llegara a ser repugnante la cantidad.

Terminando de comer caía la noche — Supongo que dormiremos hoy aquí—, dijo mirando como oscurecía al otro lado de la ventana.

— Si, no quiero que nos arriesguemos a ir por la carretera en la noche, mañana nos levantamos temprano y salimos.

— Bien, les mandaré un mensaje a las chicas para que no se preocupen.

— Hazlo, luego tenemos que continuar con nuestra próxima actividad física favorita.

.

(...)

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Mientras en casa...

— Hyejin las chicas dicen que dormirán fuera hoy, que no nos preocupemos que no se han matado entre ellas aún— grita a la que estaba en la habitación luego de leer el mensaje que Solar le mandó.

Al escuchar lo que Wheein le decía sale de la habitación para acercársele a la rubia rodeándola por la cintura con sus brazos — ¿Sabes lo que quiere decir?

— ¿Qué? que probablemente perdí la apuesta— respondió resignándose a la realidad.

— No, que tenemos el apartamento para nosotras— dijo antes de comenzar a besarla en el cuello lo que hizo que Wheein se agitara.

— Hwasa espera...yo... — intentaba decir algo, pero la besaban con más pasión recorriendo con sus manos el cuerpo de la más baja.

— Esperar, no lo creo, llevo días aguantándome, ahora que estamos solas no me detendré— dijo esto último a punto de quitarle la camisa.

— Pero yo... no... puedo.... Estoy en mi semana (refiriéndose a Andrés)

— ¡Oh!, eso lo complica un poco pero aun así no es problema para mí, vayamos a la ducha— le dijo agarrándola por la cintura la iba empujando levemente aun besándola por el cuello.

— En serio eres una fiera, todo te da igual— le dijo ya más relajada y con una voz más sensual.

— No me dicen Hwalion por nada— diciendo esto último cerraría la puerta del baño para comenzar con la diversión de esa noche.

Por Idiota Donde viven las historias. Descúbrelo ahora