Capítulo 38 Fin del eclipse...

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— Si la ambulancia hubiera llegado

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— Si la ambulancia hubiera llegado... cinco minutos antes, hubiera sobrevivido — le comenta un médico a otro luego de salir de una sala de operaciones.

— Es una lástima, tan joven la chica que murió— susurra una enfermera a otra.

— Sus familiares y amigos parecieran que les quitaron un trozo de su vida, lo que escuche fue que eran realmente cercanos a ellas, una relación de años— comenta otra enfermera.

— ¿Por qué tenía que morir? ¿por qué? — el grito desgarrador de una chica, todos suponían que estaba con la fallecida.

[...]

— Un médico, por favor ayúdenla— se escuchó la súplica de una chica con un corpulento cuerpo que entraba corriendo junto a otras chicas y una camilla en dónde había alguien herido.

— Soy la doctora Kim Yongsun, llamen al cirujano Moon, díganle que se apresure que es una herida de bala en el hombro izquierdo y que ha perdido mucha sangre, ya les hice los primeros auxilios, pero apúrense, ya— decía Solar luego de aquella entrada con Byul en la camilla acercándose a las enfermeras.

— ¡Solar!, ¿qué sucedió con ByulYi? por Dios tu pierna, ¿cómo sucedió esto? — pregunta un joven doctor que se unió a ella mientras llevaban la camilla a la sala de operaciones a gran velocidad.

— No es nada Xiumin, ya hice lo que pude con mi pierna quien es ahora importante es Byul, recibió un disparo en el hombro y ha perdido mucha sangre— explica tratando de mantener la calma, puesto que era doctora sabía que el perder la calma complicaría más las cosas

Se abren las puertas del salón de operaciones — Te la encargo—, pide a punto de llorar.

— No te preocupes, no voy a dejar que muera en mis manos— dijo dándole una sonrisa para intentar aliviarla cuándo las puertas del salón se cerraron.

.

.

Habían pasado tres horas desde que Byul entró al salón de operaciones, las enfermeras entraban y salían corriendo, pero no decían nada sobre su estado, evitando hablar con las menores a pesar de sus suplicas, Solar se mantuvo todo el tiempo de pie frente a la puerta a pesar de su herida en el pie la cual ya había sido atendida. Si moverse de ahí, solo repitiendo una y otra vez la respuesta que le daría a esa idiota cuando se recuperara — Sí, sí quiero, si quiero casarme contigo idiota—, repetía bajo con el anillo de pequeño diamante puesto en el dedo del corazón de la mano izquierda.

Inmediatamente después entrara al salón de operaciones Wheein llamó a sus padres y en menos de una hora ya estaban todos allí, llorando, maldiciendo, pidiendo explicaciones, respuestas.

Las hermanas pequeñas de Byul quienes tenían 16 y 18 años respectivamente se mantenían llorando mientras que Wheein y Hwasa las abrazaban y trataban de tranquilizar, eran como parte de la familia, prácticamente hermanas mayores de las chicas.

Por Idiota Donde viven las historias. Descúbrelo ahora