Capitulo 6

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-Ya nos podemos ir, amor  –las palabras lo sacaron de sus pensamientos y se encontró con Emily frente a él.

-Claro, vamos –salieron del lujoso salón y se dirigieron a la camioneta que habían rentado y arreglado con flores para ese día.

Andy debía comprar un nuevo carro cuando volvieran de la luna de miel y encontrar alguna excusa para hacer a Emily pagarlo, pero eso ya se arreglaría después. Se dirigió a su puesto en el coche y miró como su esposa se quedaba fuera del auto ¿Qué estaba esperando?, notó la gran mirada de Emily en la suya, buscando alguna reacción de parte de él y finalmente subió. Todo el camino estuvo callada y tensa a su lado.
Extrañamente a Andy no le costó nada llegar al departamento, aunque apenas había llegado ayer ahí tenía una buena memoria y pudo identificar fácilmente las calles y avenidas. Bajó rápidamente y esperó a que Rudd lo hiciera también para así poder entrar, pero ella no se movió. Cuándo noto que él se estaba cansando de esperarla pero que tampoco hacía ningún movimiento, salió de la camioneta.

-Dennis, no te tomes esto a mal, y tampoco te estoy cuestionando ni nada por el estilo. –tuvo que inclinar la cabeza para mirarla a los ojos.- Desde nuestra primera cita me has abierto la puerta del carro, tanto como para entrar como para salir. Es algo que me dejó muy sorprendida desde la primera vez que lo hiciste, y siempre pensé que lo hacías por ser un caballero. Si ya no lo harás no es un problema para mí, puedo y sé como abrir una puerta, solo pensé que siendo el día de nuestra boda y por lo tanto el comienzo de nuestro matrimonio, sería un poco… ya sabes… tú abriéndome la puerta, cargándome en tus brazos mientras entramos a la habitación. Dime ¿nuestra vida va a ser como aquellas de las que se habla? ¿De cómo el noviazgo es tan romántico y al ponernos un anillo todo eso se rompe y se vuelve un amor a la fuerza, solo porque un papel lo dice?

Para Andy si era un matrimonio a la fuerza y un amor por contrato, pero no podía decírselo a ella… al menos no por ahora.

-Entonces ¿debo de llevarte en mis brazos? Está bien, lo haré –se agachó un poco, posando su mano en la cadera de ella, pero esta se alejó.

-¡NO! Ese no es el punto. Ahora lo estás haciendo porque yo dije que lo hicieras, yo quería que saliera de tu mente y de tu alma.

-Pues deberías entender de una vez que los hombres no vemos películas románticas que incluyan bodas y lunas de miel, que no sabemos si debemos cargarlas, o darles champán, o besarlas, o abrirles las puertas ¡No lo sabemos!

-¡No estoy esperando que lo sepas! Yo lo que quería era…

-¿Podemos entrar?, está haciendo un frío espantoso y estamos gritando a media calle –la interrumpió Andy.

Emily soltó un suspiro, mientras entraban al edificio sin ni siquiera tomarse las manos ¿Dónde había quedado su Dennis? Aquel pelinegro que le repuso una camisa sin que ella se lo pidiese, ese que llegaba con rosas y chocolates a su casa, el que la abrazaba y cargaba sin tener que hacerle peticiones. Su novio había cruzado el aeropuerto siendo un príncipe azul cariñoso y había regresado a casarse siendo un sapo gruñón que miraba a mujeres en su fiesta nupcial. Porque Emily lo había visto, y había aguantado las ganas de llorar y de darle una bofetada. Andy no había dejado de ver a la prima de Emily durante toda la noche, le había regalado miradas que nunca le había dado a ella.

-Las damas primero –ella rodó los ojos y entró al departamento.¿Y ahora cómo se supone que tendrían su “noche de bodas”’? no llevaban más del 4 horas casados y ya habían tenido su primera pelea. Tal vez era su deber alivianar un poco las cosas.

-Perdóname por haberte hablado así Emily-tragó dificultosamente mientras se preparaba para decir una palabra que no pronunciaba desde hace tiempo –Te quiero.

-Yo te am…-la calló con un beso mientras le quitaba el estúpido velo del cabello que solo hacía que le picara la nariz. Después bajo al cierre del vestido y desabrochó los botones que estaban por los lados. Niña buena o mala, linda o hermosa, con pelea o sin pelea… hoy era su noche de bodas y él tenía que cumplirle como marido. Ella tenía los ojos cerrados, apretados fuertemente, tal cual una niña asustada por los monstros en su armario.

-¿Me tienes miedo? –preguntó Andy parando la ruta de sus manos. Ella negó con la cabeza, pero no abrió los ojos. Andy sonrió.-¿Estás segura que quieres hacer esto? –volvió a preguntar.

Tal vez le habían entrado dudas y miedos. No necesitó más respuesta que los labios de ella sobre los de él, dejó caer el vestido delicadamente mientras ella se quitaba las horquillas del cabello, haciéndolo caer en ondas hasta sus caderas. Andy la posó en la cama y se dedicó a prácticamente arrancar su smoking, Emily por fin abrió los ojos ante la ausencia de las manos de su marido en su piel y quedó paralizada por un momento al verlo frente a ella. Parecía una escultura, tenía tatuajes por doquier, ella no sabía cuándo ni cómo habían aparecido, pero lucían perfectos en él. Se acercó a ella rápidamente, inclinando su peso en su brazo derecho y empezó a besarla mientras desabrochaba su sostén y acariciaba gentilmente sus senos al momento en que ella empezaba a gemir suavemente. Subió rápidamente el nivel de sus besos, llevándolos a ser pasionales y desesperados. Necesitaba estar ya dentro de ella.
Bajó sus bragas y se acomodó encima apenas dándole la oportunidad a Emily para respirar y empujó hacía dentro, quedándose quieto al instante.
Emily pasó del placer al dolor en un segundo y gritó mientras se hundía instintivamente en la cama en un intento de suavizar el impacto.
Andy no se movió y maldijo en silencio. El pequeño flashback que le cruzó por la mente fue rápido pero perturbador, Él, Olive, hace 2 años atrás… todo parecía tan idéntico.

Pero Emily no era Olive y él no era el Andy de hace cinco años. Pasaron varios segundos antes de que él pudiera hablar.

-¿Por qué no me lo has dicho? - le preguntó mientras se apoyaba en los codos.

-Sí lo hice –otra maldición escapó de los labios del rubio, se lo había dicho a Dennis no a él, pero no podía poner esa excusa, ahora él era Dennis.

-Lo siento mucho –ella parecía dolorida e increíblemente frágil, debió haber ido con más cuidado.- Creo que deberíamos parar…

-No –protestó ella- Estoy bien, solo ve un poco más despacio.

El empezó a besarla de nuevo pero ahora delicadamente, saboreando su boca, acariciando su cuerpo, ella hizo lo mismo, se abrazaban y besaban, sentían que sus cuerpos eran uno solo, pasaban de estar uno encima de otro por toda la cama, no había prisa, solo quería sentir a Emily entre sus brazos y besarla. Después de un tiempo él la empezó a preparar con sus dedos para que el dolor desapareciera, una vez que ella estaba lo suficientemente mojada Andy la acomodo de tal forma que ella estuviera cómoda y lentamente la penetró. Andynotó que ella apretaba los músculos a su alrededor y se salió un poco; luego, la oyó tragar saliva cuando empujó otro poco, lentamente, y ella empezó a seguir su ritmo. Poco después, la hizo que le rodeara la cintura con las piernas y siguió moviéndose hasta que lo hicieron al unísono. Cuando vio que ella lo veía sin ninguna muestra de dolor empezó a intensificar sus embestidas, Emily grito su nombre junto con un orgasmo y él segundos después se le unió, gruñendo escandalosamente y abrazándola mientras trataba de salir de ella.

-Quédate conmigo –le pidió mientras caía poco a poco en los tentáculos del sueño.

-¿Te lastime mucho?

Emily negó ligeramente con la cabeza; entretanto Biersack la posaba sobre él, aún entrelazados y más juntos de lo que habían estado durante todo ese día. Lentamente fueron quedándose dormidos, escuchando sólo el latido de sus corazones…

El Farsante (Andy Biersack & Emily Rudd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora