CAPITULO FINAL

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Andy sonríe, acariciando los nudillos de su esposa poco antes de apretar sus manos brindándose calor.

-Son tan... –comienza Emma.

-Bonitos –completa John, meciendo a James en sus brazos.- No me canso de verlos. Cada vez que vengo estan más grandes.

-Se parecen a Andy –musita llena de admiración la rubia, Carlos está detrás de ella, mirando atento a los gemelos que duermen con serenidad, perdido entre sus pensamientos.
Emily está casi segura que se está imaginando a un bebé con los ojos verdes de Em y los cabellos negros de él.

-¿Se parecen? –Cuestiona John en un tono irónico.- ¡Son idénticos! Es como si él renaciera en dos cuerpos. Lo único que tienen de Emily es la sangre.

-No es así –contradice la rubia- James tiene los ojos de nuestro papá. Grises como una noche de tormenta.

John asiente un poco cohibido y observa a sus sobrinos que son el retrato de Biersack: con el cabello negro, la nariz pequeña, los labios rosados casi tanto como lo estaban sus mejillas, con sus pestañas largas y negras. Dennis con ojos azules y James, tal como Emily lo había dicho, de un gris azulado.

-Mamá siempre me contaba la historia de cómo se conocieron papá y ella y como a veces los ojos de Nicholas cambiaban de azul a gris y viceversa, ella creía que usaba lentes de contacto, pero después de un tiempo se dio cuenta que así eran sus ojos. Papá siempre creyó que en algún momento se quedaría ciego, pero todos los doctores le dijeron que era completamente normal. Estoy seguro que James no tendrá problemas.

-Será un galán -bromeó Andy- conquistará a todas con esos ojazos.

Emily sonrió recordando como siempre que se lo pedía, su madre la abrazaba y le contaba una y otra vez como había conocido a su papá en un día llovioso... cuando su coche se había descompuesto y su padre se había ofrecido a llevarla. Decía que sus ojos combinaban con aquella tormenta y que eso la hipnotizó.
Emily casi había gritado cuando su pequeño James había abierto los ojos mostrándole que poseía los mismos ojos de su abuelo.

-Es extraño que hayan predominado los ojos claros en los bebés¿verdad?

-Amy tiene los ojos azules y mis abuelos también –murmuró Andy.

El padre de Emily y su bisabuela también los tenían. Se encogió de hombros y jaló el cuerpo de su esposa para mantenerla más cerca, el frío cada vez era más fuerte y según los pronósticos del tiempo en pocos días comenzaría a nevar. Dennis se retuerce un poco entre los brazos de Emma y empieza a llorar con fuerza, la rubia casi inmediatamente alza los brazos hacía Andy entregándole al bebé con miedo.

-No hiciste nada malo Em –dice y agarra al bebé con dulzura.- Yo también me culpé la primera vez que lloró en mis brazos, pero así son los bebés y así es su forma de comunicarse por ahora, debe de tener frío o hambre. -Lo abraza un poco y le acaricia el poco cabello con calma.- Chss chhss –lo tranquiliza.- cálmate campeón, tu mami ya viene. No tienes por qué llorar, vas a despertar a tu hermanito.

Dennis empieza a calmarse un poco y con su frágil mano envuelve el pulgar de su papá. Los ojos de Emily brillan con orgullo cuando se acerca, así ha ocurrido desde que salieron del hospital. Andy tiene la magia para hacer que sus hijos se consuelen, es una conexión que va más allá de su entendimiento. Y sabe dentro de sí que eso nació desde que sus bebés pateaban con entusiasmo cuando lo escuchaban. Lo amaban, amaban a su padre aún sin ser completamente conscientes de lo que ocurría a su alrededor. Lo adoraban desde que estaban en el vientre de su madre y Emily podía notar que Andy no se quedaba atrás conforme al cariño, por las noches los arrullaba con su guitarra y cuando despertaban en la madrugada los llevaba a la habitación para que ella pudiera alimentarlos, los besaba, los cargaba de aquí para allá.
A cada persona que se acercaba para mirarlos de cerca, sorprendidos de ver a dos bebés idénticos, Andy les sonreía y con una voz feliz alardeaba del hecho que eran sus hijos.

El Farsante (Andy Biersack & Emily Rudd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora