Capitulo 25

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Emily estaba perdida entre sus pensamientos, frotando levemente su abdomeny viendo sobre su ventana la inmensa ciudad de Nueva York. Aun era tan confuso todo, esperaba vagamente todavía que Andy le dijera en cualquier momento que se arrepentía de lo que había dicho y que la dejaba, pero eso no había ocurrido y empezaba a dudar en que ocurriría; Andy se había comportado como toda mujer hubiera deseado ¡Le había pedido que fuera su novia! Y dijo que amaba al bebé, pero¿todavía podía confiar en él? Era tan difícil.

-¿Emily? -ella volteó encontrándoselo, perfecto, como siempre. Era como una escultura.

-¿Sí?

-¿Estás dudando, verdad? De mi promesa -su boca formó una línea tiesa.

-¿Cómo lo sabes?

-Eh aprendido a leer tus reacciones, tienes miedo, y me aterra demasiado que lo tengas siempre -ella hizo una cara, confusa- ya sabes, toda tu vida sin poder confiar en mí, eso me da terror. Me refiero a que sé que te mentí y sé que no es fácil confiar en una persona cuando tu relación con él empieza con engaños...

-Y con estafas -interrumpió.

-Sí -suspiró- engaños y estafas, pero solo quiero que sepas que haré todo lo que esté a mi alcance para probarte que quiero ser un hombre diferente, me quiero ganar tu confianza y tu cariño.

-Ya tienes mi cariño. No dudo de eso.

-¿Entonces de qué dudas? Ya te eh dejado claro que no me iré.

-¿Cómo viviremos? Hablo de que tú no tienes trabajo, no has trabajado nunca y...¿vivirás de mi dinero?

Andy negó -No, nena. Ya estoy buscando trabajo.

-¿De verdad? -preguntó insegura.

-Sí, estoy viendo posibilidades para ser contratado por una empresa, me quieren para escribir canciones.

-Dijiste que no escribías canciones... -¿le estaba mintiendo de nuevo?

-Creo que eh encontrado a mi musa, y a mi fuente de inspiración para escribirlas-le dijo al momento en que acariciaba su mejilla.- Si no consigo ese empleo, me gustaría ser maestro de música.

Rudd sonrió -Eso me gusta, cualquiera de las dos opciones suena bien.

-Cambiaré, juro que lo haré.

-Tampoco quiero que cambies radicalmente, solo sé más responsable y ámame mucho -rió-.

-Oh, eso no se tiene que pedir, Emily. ¡Te amo, te amo, te amo! -gritó al momento que la abrazaba y le daba varias vueltas.

-¡Para, me estoy mareando! -se detuvo y la posó frente a él.

-Tienen una buena vista desde aquí -murmuro viendo hacía la ventana, las luces nocturnas de Nueva York lucían tan preciosas a esa hora. Emily asintió con la cara un poco descompuesta -¿Tienes nauseas?

-Sí -volvió a acariciarse el estomago- esto de los mareos es horrible.

-Perdóname -le pidió y dio un beso pequeño en sus labios, después bajo lentamente hasta su vientre y subió la camisa de Emily- Perdóname tú también, bebé, prometo ya no ser tan brusco con mami

Depositó un beso sobre su ombligo y siguió un camino de besos hasta su pecho, aventó la camisa por algún lugar de la habitación y la recostó sobre la cama. La atrajo hacía él y la besó dulcemente con la necesidad plasmada en sus ojos, sus manos buscaron su espalda y delicadamente desabrochó su sostén, empezando a hacer pequeñas figuritas por detrás de la espalda de Emily, los besos empezaron a ser más demandantes y pudo sentir como  gemía su nombre de él entre sus labios, y Andy se dio cuenta que era la primera vez que estaban juntos y que ella sabía que era Andy y no Dennis, la primera vez que la oía gemir de placer su verdadero nombre.

El Farsante (Andy Biersack & Emily Rudd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora