Lo que se esconde a plena vista Parte 1

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Expuesto, esa era la palabra que decía Athena cada vez que su padre encontraba su diario, bueno sea de paso todos sabían donde lo escondía. Aún así, Scorpius jamás comprendió porque su hermana se quejaba de que alguien de la familia supiera algo, el al igual que su padre había leído Quel diario muchas veces.

Ahora delante de él había una persona que sabía todo de él. Pero Scorpius no sabía de dónde lo conocía. Se inclinó incómodo para tomar el vaso de agua delante de él.

— ¿Entonces? — pregunto el hombre, porque aunque tenían la misma apariencia para Scorpius parecía un hombre. — ¿No sabes quién soy?

Frank alzó una ceja al ver la cara de su amigo. — Ahora desconocido. — Scorpius tenía la misma expresión boba de siempre, pero había cierta inocencia que hacía años no había visto.

— Mira, sé que dicen que sufrí un accidente, pero todo esto. — Señaló la ropa y el cabello que sinceramente aún no terminaba de entender ¿Porque rayos lo tenía teñido? — Nada de esto es algo que me interese, no lo recuerdo, así que no veo porque tengo que hablar contigo, aunque seas el hermano de Alice.

— Al menos sabes que soy el hermano de Alice, eso ya es un avance.

— Está tu foto ahí. — Scorpius señaló detrás de Frank. — Un poco más delgado y con cara de idiota pero eres tú.

Frank Carraspeo algo enojado, no recordaba que Scorpius haya sido tan grosero, quizás se colaba a su consulta cuando se le daba la gana y quizás interrumpía sus horas de sueño con mil y un llamadas cuando tenía problemas para dormir, pero jamás había sido grosero.

— ¿Por qué estás vestido de esa manera?

— Debo ir a la boda de... — Su respiración se aceleró un poco, nuevamente recordó aquella mueca que fingía ser una sonrisa amable. — Teddy se casa.

Frank anoto aquel cambio en la manera de referirse al chico Lupín.

— ¿Porque pareces sorprendido?

— Porque, no sé porque debo ir, ni porque me debe importar lo que hagan, es decir prácticamente me hacía la vida impo... Simplemente no entiendo muchas cosas y mi padre está preocupado que Lucius se entere que estoy así. — Se señaló. — No sé que es estar así, todo esto no me importa nada.

— Que interesante que tengas ese pensamiento, es decir incluso actúas como un chico de catorce años.

— Solo recuerdo hasta esa edad. — Scorpius puso un rostro que Frank podía considerarse épica, si tuviera una cámara tomaría una foto, pero aquello no sería profesional. La hora termino, pero no por eso dejaría de tener sesiones con Scorpius, sin duda el era un caso interesante ¿Por qué ahora? Esa era la pregunta ¿Que había disparado que sus recuerdos de la escuela regresarán?

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Rose se levantó temprano gracias a su reloj biológico que habita en su cabeza como un novio feo del que no te puedes deshacer.

Su estómago que por alguna razón la traicionaba a esas horas la hacían tener uno de sus habituales viajes al baño, los cuales terminaban con ella con una sonrisa igual a la del Joker después de haber golpeado a Batman, nada sexy según las palabras de su prima Roxane. Aún así Rose agradecía que su sistema digestivo fuera como un reloj, eso le evitaba pasar malos ratos en el trabajo, como aquella vez que alguien se había tirado un gas y todos la habían visto, aunque ella sabía que no era la culpable todos asumieron que había sido ella. Aunque para esas alturas ya estaba curada de espanto sobre pasar vergüenza ajena, sus padres la habían vuelto inmune a esas cosas, sobre todo su padre quien asustaba a sus compañeros y quien por alguna razón siempre le recordaba que el sexo era malo, muy malo.

Beautiful ChaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora