5° *¿encubierta?*

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Muy bien. Déjenme hacerles un resumen de lo que pasó esta semana conmigo y la misión.

Maider y yo no nos separamos en ningún momento. Cosa que me agradó, ya que eso me unía más a ella y su grupo.

Cada vez que esa chica con nombre de gato se acercaba a molestar, le decía unas cuantas palabras, dejando de lado la amenaza de Aaron y notando como aquello lo estaba comenzando a irritar.

Conocí a Claudia y ahora también me junto con ella, ya que es la famosa amiga animadora de Maider. Algo que olvidó decirme.

Raider y yo nos hemos vuelto amigos, ya que si no era su amiga Maider obviamente se distanciaría, a parte es muy gracioso y hasta me recuerda a alguien que conocí en la agencia hace unos años.

Y por último, Allen y yo hicimos una competencia de chutella todo el fin de semana, la cual nos dejó todo el domingo en cama yendo a vomitar cada media hora. Nutella + chupitos ¿Entendieron? Bien.

Y pues, en resumen, Eso es todo lo que pasó esa semana en nuestra vida secreta. Hoy el Lunes y de nuevo debo ir al instituto de pijos bravucones, algo que no llama mucho mi atención.

Entré por las grandes puertas del establecimiento y empecé a caminar por el pasillo, ganándome varias miradas de algunos de los alumnos, las cuales podía intuir que no eran para nada buenas.

Si. Creo que humillar a Cat me ha dado una reputación de chica mala. ¿Cool, no? Así nadie se me acerca. Aunque claro, quizás me traiga uno o dos problemas con Aaron. Pero yo debo vigilar a su hermana, no a él.

Llegué a mi casillero e introduje la contraseña en el candado, abriéndolo y dejando ala vista unos cuantos libros que habían quedado aquí ayer. Los acomodé mejor y comencé a dejar junto a estos los que usaría hoy.

Mi primera clase era gimnasia, por lo que no tendría que llevar mochila ni ninguna clase de cuaderno o lápiz. Mi clase favorita sin duda.

Amo esa clase por la simple razón de que se me da muy bien, ya que si quieres ser espía, debes entrenar mucho y tener un buen acondicionamiento físico.

Guardé mi uniforme de deporte en mi mochila y junto a un desodorante, toalla y perfume, cerré mi casillero al igual que mi mochila.

- ¡Hermanita!- me sonrió Allen mientras rodeaba con sus brazos- ¿Recuerdas esa vez en la que yo te regalé Nutella y prometiste ayudarme en forma de agradecimiento?

- No, Porque eres tan egoísta que nunca me haz comprado nutella- rodé los ojos, viéndolo mal.

- si ¿Y si te doy estas más mis oreos en casa?- levantó su mano, dejando ver una Nutella gigante. Al instante se la arrebaté y guardé en mi mochila.

- te ayudaré solo si no es nada sexual o ilegal. No me vestirme de conejita de nuevo- el asintió mientras me dedicaba una amplia sonrisa, la cual no me daba buena espina.

- no, no. Tú tranquila, solo necesito que me consigas una cita con Maider- abrí mis ojos como plato, sintiendo como mis labios se alzaban hacia arriba.

- ¡Lo sabía!- Allen soltó una pequeña risa nerviosa.- en cuanto la viste supe que te habías enamorado. Fuiste muy obvio, querido.

- Lo sé, y por eso es que he intentado hablarle, pero nada. Me ignora por completo o simplemente sale corriendo.- sonreí y sobé su hombro, a modo de burla y consuelo.

- Allen. Ella es una chica tímida, es claro que no te hablará al primer intento. Solo dale tiempo y una conversación conmigo y BOOM, estará a tus pies- el sonrió y me abrazó, arándome unos centímetros del suelo.

Identidad Secreta ® #IS1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora